Los agricultores de todo el mundo hacen frente al déficit de fertilizantes debido a las sanciones contra Rusia, el principal productor de fertilizantes del planeta, según el periódico Wall Street Journal que cita a los agricultores de diferentes países.

«Posiblemente, encontraremos una o dos opciones aparte de Rusia, pero será muy caro», dijo Malick Niang que ha vendido fertilizantes a los productores de arroz y maíz en África occidental a lo largo de nueve años.

En Indonesia, el productor de maíz Nurhadi dice que compró solo la mitad de la cantidad habitual de fertilizantes y planea utilizar en cambio estiércol animal, aunque no es tan efectivo y esto, en su opinión, resultará en la reducción de la cosecha.

En Colombia, que depende de Rusia en una quinta parte de sus fertilizantes importados, la productora de patatas Ana Elvira Sanabria ha cambiado a la cría de ganado y cultivo de la fruta local uchuva, porque necesitan menos fertilizantes.

Se indica que las exportaciones de fertilizantes desde Rusia disminuyeron drásticamente por las sanciones impuestas a este país después del inicio de su operación en Ucrania y por el rechazo de algunas empresas de entrar en el puerto de San Petersburgo para recibir mercancías.

Como resultado, los precios de fertilizantes crecieron tres o cuatro veces en comparación con 2020, alcanzando un nivel récord.

Los expertos predicen que la reducción de la cosecha afectará, sobre todo, a los países en desarrollo porque sus Gobiernos se verán obligados a importar muchos alimentos básicos como trigo a los precios elevados.

«Me preocupa profundamente que el conflicto violento en Ucrania, que ya es una catástrofe para los directamente involucrados, también sea una tragedia para las personas más pobres del mundo que viven en áreas rurales y no pueden soportar el aumento de precios de alimentos básicos e insumos agrícolas, causado por las interrupciones en el comercio global», declaró la semana pasada Gilbert Houngbo, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de la ONU, citado en el artículo.

Numerosos países condenaron la operación militar que Rusia lanzó en Ucrania el 24 de febrero pasado y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible.

Por vez primera, las sanciones incluyen la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, la inmovilización de las reservas internacionales de su Banco Central y, en el caso de países como Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido y Australia, el embargo sobre la importación de petróleo ruso.

Decenas de empresas anunciaron desde finales de febrero la decisión de suspender sus negocios en y con Rusia.

(Sputnik)