El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dejó a «profesionales» evaluar el incendio en un depósito de combustibles de Bélgorod —resultado de un ataque ucraniano, según el gobernador de esta provincia limítrofe con Ucrania— pero señaló que no favorece el proceso negociador. 

«No incumbe a nosotros sino a nuestros cuerpos de seguridad hacer evaluaciones de lo ocurrido», declaró Peskov a los periodistas. Sin embargo, aseguró que «la superioridad aérea de Rusia [sobre Ucrania] es un hecho absoluto». 

Al mismo tiempo, el portavoz de la Presidencia rusa dijo que el incidente de Bélgorod «no es, claramente, algo que pueda crear condiciones confortables para continuar las negociaciones». 

El gobernador de la provincia de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, afirmó por la mañana del 1 de abril que el incendio en un depósito de combustibles situado en el este de la capital provincial fue «resultado de un ataque aéreo de dos helicópteros de las Fuerzas Armadas de Ucrania que incursionaron en el espacio [aéreo] ruso a una altitud baja». 

El incendio, ya extinguido, no causó víctimas pero sí afectó varias cisternas de combustible, provocó el desalojo de tres calles adyacentes al depósito y derivó en colas en las estaciones de servicio, a pesar de que las reservas de gasolina en la provincia, según el gobernador, alcanzan para 15 o 18 días. 

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ordenó el 24 de febrero pasado una «operación militar especial» en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al «genocidio» por parte de Kiev. 

Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania. 

Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica. 

(Sputnik)