Las sanciones económicas impulsadas por Estados Unidos contra Rusia están empezando a tener un efecto bumerán para Occidente, en especial para las grandes corporaciones.
El caso más reciente fue la debacle de la cotización de Netflix pero también lo están empezando a sufrir compañías aéreas estadounidenses y europeas, empresas de energía, entre otras.
En términos generales, el impacto negativo se está reflejando en aumentos de precios generalizados impulsados por el alza de los alimentos y la energía.
La suba de la tasa de inflación está derivando entonces en decisiones de política monetaria de las bancas centrales de subir la tasa de interés.
Esta medida acompañada de la aceleración de la tasa de inflación tiene como consecuencia la ralentización del crecimiento de la economía mundial.
El saldo micro y macroeconómico de las sanciones es un incremento del malestar social de la mayoría de la población por el encarecimiento de los productos básicos y el consiguiente deterioro del poder adquisitivo de los ingresos de los hogares.
El caso Netflix
El último balance trimestral del gigante del streaming Netflix revela que perdió 200 mil suscriptores, pero en realidad había sumado 500 mil, pero al suspender el servicio en Rusia perdió 700 mil en ese país.
Con ese saldo registrado en el rubro cantidad de clientes, en el día que difundió estos resultados, la acción de Netflix bajó 35%. Este derrumbe implicó una pérdida de mercado de unos 5500 millones de dólares.
Un monto considerable y una muestra del costo económico que están empezando a contabilizar las compañías estadounidenses por las sanciones a Rusia.
Además, usuarios de Netflix en Rusia presentaron quejas por la suspensión del servicio en el país. El bufete de abogados Chernyshov, Lukoyanov & Partners ha preparado una demanda contra Netflix ante el tribunal de Khamovnichesky en Moscú. El motivo de la demanda fue una violación de los derechos de los usuarios rusos debido a la negativa unilateral de Netflix de brindar servicios en Rusia. Buscan una compensación de 724.000 dólares.
A esta situación habría que sumar que en febrero Netflix no cumplió la ley Vitrina TV que obliga a transmitir 20 canales gratuitos rusos a plataformas audiovisuales con más de 100.000 suscriptores.
Además de la suspensión de su servicio de streaming de películas y series, Netflix puso en pausa proyectos que preveía realizar en Rusia. Tenía en cartera cuatro producciones originales en el país, incluyendo una adaptación de Anna Karenina, la célebre novela del autor ruso León Tolstoi, publicada en 1978. El rodaje estaba en marcha y ahora se suspendió sin fecha de reanudación.
Más costos para las líneas aéreas
Entre las varias sanciones aplicadas, Estados Unidos cerró su espacio aéreo a las aerolíneas rusas. La medida se tomó después de que la Unión Europea y Canadá ya habían prohibido la entrada de aviones rusos.
Esta prohibición es simbólica para Rusia. La compañía aérea rusa Aeroflot apenas operaba unos cuantos vuelos a la semana con destino a Estados Unidos, mientras algunos vuelos de United Airlines pasaban por el espacio aéreo ruso en su camino hacia y desde la India. Los transportistas de carga FedEx y UPS también dejaron de prestar servicio a Rusia.
A la vez, Boeing y Airbus informaron que dejarán de suministrar piezas de recambio y asistencia técnica a las aerolíneas rusas. La mayoría de los aviones de las flotas rusas son fabricados por una de esas dos compañías.
Pero Airbus tendrá que retrasar la ampliación de la producción del A350 debido a las sanciones a Rusia. El fabricante ya había demorado a principios de febrero su plan de aumento de producción. El objetivo era pasar de fabricar cinco A350 al mes a seis hacia principios de 2023. Las sanciones impuestas por occidente a Rusia impiden al fabricante con sede en Toulouse entregar aviones a Aeroflot.
A los países que prohibieron la entrada de aviones rusos en su espacio aéreo, Moscú respondió con igual medida. De ese modo, para las compañías aéreas de Estados Unidos y, fundamentalmente, para las de la Unión Europeales implicará un quebranto importante, ya que ahora aumentarán los tiempos y el costo de sus vuelos hacia y desde Asia, que suelen atravesar el espacio aéreo ruso.
Fuerte alza del costo de la energía
La salida de la pandemia del coronavirus y ahora el conflicto en Ucrania y las sanciones a Rusia han repercutido en el regreso a tasas de incrementos de precios que hacen crujir los bolsillos de las familias. La inflación se está acelerando notablemente en la zona euro.
En los últimos 12 meses subió 7,5%, según Eurostat, el Instituto europeo de estadísticas. (). Esta cifra es más alta de lo que esperaban los economistas del Banco Central Europeo (BCE) cuando la proyectaron previo a las sanciones.
La disparada de la inflación tiene primero una explicación en los precios de la energía, que están subiendo más rápido que antes debido a las sanciones europeas contra Rusia. En la zona euro, los precios de la energía aumentaron 44% interanual en marzo, después de registrar un aumento de 32% en febrero. Los precios de los alimentos, el tabaco y el alcohol también subieron 5% en marzo, al igual que los de los productos industriales.
El encarecimiento del gas, insumo vital para la producción de energía en la mayoría de los países europeos, es el principal factor detrás de la escalada en el precio de la electricidad de los últimos meses, que en algunos países ha llevado a que la factura eléctrica se multiplique por cinco en sólo 12 meses.
Ese gas proviene fundamentalmente de Rusia, y Europa ha decidido castigar el presupuesto de su población al lanzarse a participar en el conflicto en Ucrania y al aplicar sanciones a Rusia, lo que derivó en un alza del precio de los combustibles.
La tasa de inflación más elevada de los últimos 40 años
«La inflación se ha convertido en un riesgo claro e inminente», alertan desde el Fondo Monetaria Internacional y recuerdan que antes del conflicto bélico ya había subido por la escalada de los precios de las materias primas y los desequilibrios entre la oferta y la demanda.
El Fondo Monetaria proyecta que la inflación permanecerá elevada por mucho más tiempo. «En Estados Unidos y algunos países de Europa ha alcanzado máximos inéditos en más de 40 años”, destaca el informe.
Además, el conflicto aumenta el riesgo de una fragmentación de la economía mundial en bloques geopolíticos con distintos patrones tecnológicos, sistemas de pagos transfronterizos y monedas de reserva.
«Un ‘desplazamiento tectónico’ de este tipo ocasionaría pérdidas de eficiencia a largo plazo, incrementaría la volatilidad y plantearía un grave problema para la estructura normativa que ha regido las relaciones internacionales y económicas durante los últimos 75 años», destaca el estudio del FMI.
Menor crecimiento de la economía mundial
La crisis humanitaria en Ucrania está resonando en toda Europa. Unos 5 millones de refugiados han huido de los combates en el mayor éxodo que el continente ha visto desde la Segunda Guerra Mundial, y hay varios millones más de personas internamente desplazadas. La mayoría ha abandonado el país a través de las fronteras con Polonia, Rumania, Hungría y Moldavia.
Mientras la economía mundial intentaba recuperarse de la crisis causada por la pandemia del coronavirus, el Fondo Monetario Internacional informó ahora acerca de las perspectivas financieras globales e indicó que se desacelerará el crecimiento económico y avivará la inflación.
En su reciente actualización de las perspectivas de la economía mundial, el FMI revisó a la baja sus proyecciones de crecimiento mundial al 3,6% tanto para este año como para el que viene, una estimación inferior a la prevista en enero pasado.
La corrección del Fondo se debe principalmente al impacto directo del conflicto y a las sanciones a Rusia. De este modo, las perspectivas de crecimiento de este año para la Unión Europea se verían recortadas al 1,1%.
También proyecta un mínimo crecimiento para América Latina y el Caribe durante este año, al ubicarlo en 2,5% e igual porcentaje en 2023.
En el informe sobre las perspectivas de la región lo dice, en esta oportunidad, sin eufemismos: «La guerra en Ucrania está sacudiendo la economía global y generando incertidumbre sobre las perspectivas de América Latina y el Caribe».
Para concluir que «el impacto se está sintiendo en América Latina a través de una mayor inflación que está afectando los ingresos reales, especialmente de los más vulnerables».
(Sputnik)