La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que la economía de Venezuela crecerá 5 % en 2022, lo que representa el valor más alto de América del Sur y bastante por encima del valor promedio de la región (1,8 %), según se desprende de las últimas proyecciones publicadas este miércoles.

En Suramérica, además de Venezuela, solamente Colombia, Bolivia y Uruguay computarán crecimientos superiores al 3 %, mientras que en América Central se prevé que todas las naciones se recuperarán económicamente, especialmente República Dominicana, Panamá, Honduras y Guatemala, que verán alzas en su economía sobre el 4 %.

Comparativamente, las economías caribeñas se expandirán mucho más que las del continente, computando una tasa de crecimiento estimada en 10,1 %, valor que se debe al alza proyectada del Producto Interno Bruto de Guyana (49,0 %) en virtud de su ingreso al club de países exportadores de petróleo.

El coletazo de la guerra en Ucrania

De otro lado, en la nota de prensa se precisa que la guerra en Ucrania se convirtió en «una nueva fuente de incertidumbre para la economía mundial y está afectando negativamente el crecimiento global, estimado en 3,3%, un punto porcentual menos de lo que se proyectaba antes del inicio de las hostilidades», en el ámbito de Latinoamérica y el Caribe, «el menor crecimiento esperado se verá acompañado por una mayor inflación y una lenta recuperación del empleo».

Más precisamente, se advierte que «las economías de América del Sur crecerán 1,5 %, las de América Central más México un 2,3 %, mientras que las del Caribe crecerían un 4,7 % (excluyendo Guyana)».

En relación con el marco global, la Cepal alerta que la demanda externa regional se contraiga, toda vez que sus principales socios comerciales –Estados Unidos, China y la Unión Europea– tendrán tasas de crecimiento inferiores a las previstas antes del inicio de las hostilidades, con más afectación para las economías estadounidense y europea, antes que para la de China, que, no obstante, crecerá 0,7 % menos a lo calculado previamente.

El organismo también considera que el conflicto bélico que se libra en suelo ucraniano trajo consigo el aumento de los llamados ‘commodities’, en especial «hidrocarburos, algunos metales, alimentos y fertilizantes», a lo que se añaden las alzas en los precios derivadas de la crisis de contenedores y otras interrupciones en las cadenas de suministros presentes por la pandemia.

«Estas alzas han redundado en un impulso de la inflación a nivel mundial, que en algunos países ha alcanzado máximos históricos en 2022. Ante la persistencia y aumento de la inflación se esperan mayores alzas en las tasas de interés de los países desarrollados», destaca el reporte.

La comisión regional asevera que la inflación se está acelerando en la región, alcanzando 7,5 % al cierre del pasado mes de marzo, con previsiones de empeoramiento en lo que resta de 2022 debido al incremento en los precios de la energía, la elevación de los costos de transporte de las mercancías y la guerra en Ucrania, frente a lo cual la respuesta ha sido adoptar políticas monetarias más restrictivas y alzar las tasas de interés «de manera significativa».

Así las cosas, «se prevé que el retiro del impulso fiscal se acelere en 2022, en consonancia con la evolución de las condiciones macroeconómicas y el aumento de los costos de financiamiento. El gasto público se contraería, reforzando la reducción observada en 2021, reduciendo el aporte de la política fiscal al crecimiento».

Finalmente, se puntualiza que aunque «los mercados laborales dan señales de recuperación, esta ha sido lenta e incompleta. Para 2022 y, en concordancia con la desaceleración que se espera en el ritmo de crecimiento de la región, se prevé que el ritmo de creación de empleo se reduzca».

(LaIguana.TV)