En Colombia han causado indignación las imágenes difundidas en las redes de una suntuosa boda, a la que asistieron representantes de la clase dirigente conservadora, que fue celebrada mientras el Clan de Golfo, con su ‘paro armado’ en once departamentos del país, mantenía confinada y sitiada a la población de Montería (Córdoba), en el norte colombiano.

Los asistentes de la fiesta compartieron en las redes las fotos del evento, que se celebró sin contratiempos, mientras los habitantes de la zona estaban sometidos a un toque de queda impuesto por los integrantes de uno de los principales grupos criminales del país suramericano, en protesta por la extradición a EEUU de quien fuera su máximo líder, Dairo Antonio Úsuga David, alias ‘Otoniel‘.

En una nota publicada por Las 2 Orillas, se afirma que «la élite conservadora y política de Córdoba» se reunió en el Club Campestre de Montería, para asistir al matrimonio de Laura Camila Sotomayor y Ricardo Pimienta.

Entre los invitados se encontraban el senador y excandidato presidencial, David Barguil; el miembro de la Cámara de Representantes Erasmo Zuleta, quien además es precandidato a la Gobernación de Montería por el Partido de la U, de origen uribista; el miembro de la Cámara de Representantes Jorge Rodrigo Tovar, hijo del exjefe paramilitar Jorge 40, quien se vio envuelto en una polémica porque obtuvo una curul en el Congreso destinada a las víctimas del conflicto armado.

Según la mencionada publicación, uniformados del Ejército escoltaron al cortejo desde la Catedral de San Jerónimo, en el centro de la ciudad, hasta el Club Campestre, a unos cinco kilómetros. Allí se mantuvo el esquema de seguridad hasta que culminó el festejo.

Las críticas en las redes no se hicieron esperar. Los usuarios rechazaron que realizaran este tipo de celebraciones mientras la población estuvo sumida por varios días en la angustia y zozobra. Solo en el departamento de Córdoba se reportaron tres personas fallecidas por estos hechos.

¿Cómo va el paro armado?

Después de varios días de acciones violentas en más de cien municipio de once departamentos colombianos, los medios han reportado el retorno paulatino a la normalidad a las zona donde los hombres armados impidieron el libre tránsito, el desplazamiento de la población y las actividades comerciales.

El saldo de esta operación del grupo paramilitar Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), como también se conoce al Clan del Golfo, es de ocho personas muertas (cinco militares y tres civiles), según El Tiempo. El Ministerio de Defensa aún no ha publicado las cifras oficiales.

Los civiles fueron asesinados en el municipio Copey, en el departamento del Cesar, y en los de Cereté y Puerto Libertador, en Córdoba. En cuanto a las cinco bajas en la Fuerza Pública, se registraron en Antioquia, Córdoba y Chocó.

Las acciones violentas del grupo armado ilegal, que comenzaron el pasado 5 de mayo, tuvieron una respuesta catalogada de lenta y poco eficiente por parte de los cuerpos de seguridad del Estado. Dos días después de que empezara el ‘paro armado’, el presidente colombiano, Iván Duque, anunció las medidas que tomaría su Gobierno para contener los ataques.

La presencia militar en los departamentos afectados se hizo más contundente desde el domingo. El pasado lunes, el ministro de Defensa, Diego Molano, se trasladó a Antioquia, uno de las entidades más afectadas por la ofensiva, para anunciar el reforzamiento de la seguridad en la región del Urabá y preparar la extradición de once integrantes del Clan del Golfo.

Del mismo modo, en Montería, donde se celebró el matrimonio, las autoridades informaron que la Fuerza Pública «garantiza la normalidad de las actividades».

Según las Fuerzas Militares, se han realizado 391 caravanas terrestres, 59 marítimas y fluviales y 10 sobrevuelos. Asimismo, se ha acompañado a 11.312 vehículos de carga.

El Clan del Golfo había anunciado que el ‘paro armado’ culminaría a la medianoche de este martes.

(RT)