Las élites globales, que apenas si representan 1% de la población, pretenden mantener su dominio a pesar del inminente e inevitable colapso del sistema capitalista, tal como se ha conocido hasta ahora. Lo harán reciclándose de la misma manera que las familias feudales consiguieron la transición al capitalismo financiero a partir del siglo XVI; y para lograrlo están dispuestos incluso a destruir buena parte del planeta y a exterminar a miles de millones de personas. 

El pronóstico, que delinea claramente la distopía hacia la que avanzamos, fue realizado por el sociólogo y pensador descolonial puertorriqueño Ramón Grosfoguel, en una nueva intervención en el programa Desde Donde Sea, que modera el filósofo y comunicador político venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela. Es la tercera participación del también profesor de la Universidad de Berkeley desde que se inició la guerra entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte y Rusia en territorio ucraniano. 

Grosfoguel se propuso esta vez explicar por qué las clases dominantes europeas parecieran actuar en contra de sus propios intereses al seguir la política de provocación y ruptura con Rusia. A su juicio, si se mira el proceso histórico del capitalismo desde una perspectiva más amplia, esa aparente antinomia cobra mucho sentido en la órbita de lo que calificó como ecofascismo. 

A continuación, una versión del diálogo que mantuvieron Pérez Pirela y Grosfoguel durante poco menos de dos horas. 

Miguel Ángel Pérez Pirela (MAPP): Como siempre, es un gran honor tener con nosotros al amigo y hermano Ramón Grosfoguel, intelectual nuestroamericano, uno de los grandes representantes del pensamiento descolonial , y puertorriqueño hasta los tuétanos. 

Ramón Grosfoguel (RG): Un placer, como siempre saludarte a ti y al hermano pueblo venezolano. 

MAPP: Esta es la tercera entrega de una reflexión tuya sobre la guerra en Ucrania. En el primer momento, avanzaste una hipótesis impactante: hay un golpe de Estado internacional de Estados Unidos y marcaste así una postura vertical e inédita. En la segunda entrega hablaste de un nuevo orden internacional. Ahora a los tres meses, cuando ya se aprecia una normalización de la guerra en territorio europeo, ¿cuál sería la reflexión no coyuntural y descolonial a estas alturas? 

RG: Me gustaría hacer un análisis estructural porque hay cosas que no hacen mucho sentido dentro de las lógicas del sistema-mundo internacional o capitalismo global, a menos que tomemos en cuenta las estructuras de larga duración de ese sistema, que se crea a partir de la expansión colonial europea, durante el siglo XV, sobre todo a finales de esa centuria. Veamos algunas de esas cosas que parecen no tener sentido. Por ejemplo, ¿cómo es posibles que las élites del capital financiero (fusión del capital bancario con el capital industrial) que se ha concentrado en monopolios y oligopolios y que invierten o desinvierten según su conveniencia y controlan los mercados como nunca antes en la historia, estén actuando aparentemente en contra de sus propios intereses económicos? Por ejemplo, el gran capital financiero europeo está asociado con empresas energéticas, de automóviles y de todo tipo. Son enormes conglomerados financieros que están detrás de todas las grandes empresas mundiales en todos los renglones (uno creo que se llama BlackRock y el otro Vanguard), que están detrás del Foro Económico de Davos. Entonces, no se entiende bien por qué están permitiendo la destrucción de Europa y el ascenso del nazismo. Si miras los intereses de estos conglomerados, la guerra de Ucrania y las sanciones de EE.UU. son un problema muy serio porque la producción industrial alemana dependía del gas y el petróleo ruso. Están permitiendo que los costos de producción se les eleven y les impidan competir en el mercado global. 

MAPP: Es decir, que han asumido una postura casi suicida. ¿Por qué? 

RG: Es obvio que EE.UU. se ha beneficiado. Si volvemos con el informe de la Rand Corporation que cité en el primer programa, vemos que se ha cumplido al pie de la letra. Con la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia, ellos han logrado mercados para sus productos, que venden a precios de monopolio. La pregunta es por qué las élites europeas son cómplices de esto que los está arruinando. Incluso, figuras del establishment estadounidense, como Kissinger, han salido a decir que esto es una locura, que estamos al borde de una guerra nuclear. Los grandes estrategas militares de EE.UU. tampoco entienden por qué se reta a Rusia de esa manera y se despierta la posibilidad de un conflicto nuclear. Eso tampoco suena racional. Allí hay que meterse en lo histórico para entender. Immanuel Wallerstein es el teórico del sistema-mundo que viene diciendo desde los años 80 que la hegemonía estadounidense se está derrumbando y que el sistema-mundo capitalista está en su etapa final, va a caer en el siglo XXI. El habló del período que va entre 2020 y 2040 o 2050 como una etapa de bifurcación en el que emergerá un nuevo sistema histórico. En los años 90, cuando desaparece la Unión Soviética y se queda EE.UU. como la única superpotencia, muchos de quienes lo escucharon acusaron a Wallerstein de estar volviéndose loco, porque aquel era el momento más álgido del imperialismo estadounidense, que ahora podían hacer lo que les diera la gana. Una de esas decisiones fue no desmantelar la OTAN, que ya no era necesaria, sino por el contrario, expandirla, sobre todo hacia las fronteras con Rusia. Eso lo hicieron a pesar de que ya Rusia no era una potencia socialista, sino un país capitalista que quería unirse a la Unión Europea. Le dieron una bofetada porque lo que hicieron fue saquearla y expandir a la OTAN hasta sus fronteras. Wallerstein, contrario a las narrativas marxistas y weberianas, opinaba que el capitalismo no surge de una lucha de clases entre la clase burguesa y la aristocracia europea, sino sostenía que lo que ocurrió es que el sistema feudal europeo entró en crisis terminal en el siglo XV y ante eso, las élites feudales lo que hacen es emprender la expansión colonial hacia Abya Ayala, hacia Nuestraamérica, creando el sistema-mundo, el mercado mundial capitalista. De esa manera, el feudalismo cae en Europa, pero las élites no caen. Las mismas familias feudales europeas se reciclan en el siglo XVI como capitalistas financieros internacionales. Así salvan sus privilegios de la crisis terminal y la caída del sistema feudal, creando un nuevo sistema histórico peor que el feudalismo, porque ha sido más destructivo de la vida a escala planetaria que ninguno otro anterior. Y hablamos de la vida en general, incluyendo lo ambiental, pero sobre todo de la vida humana porque son millones y millones las personas asesinadas en el proceso de creación de un nuevo sistema histórico. Se salen del territorio europeo y dominan primero las Américas y luego Asia y África hasta principios del siglo XX, durante la Primera Guerra Mundial con la caída de los otomanos, que era el último rastro de algún sistema histórico fuera del sistema-mundo. Fue una expansión civilizatoria, es decir, que fueron destruyendo todas las civilizaciones que se encontraron y fueron convirtiendo en periferias todos los territorios, todos los pueblos diferentes. Esas familias de la aristocracia feudal recicladas como familias del capital financiero internacional se hacen mucho más fuertes porque entran representantes de diferentes partes del planeta, con centro vital en los estados imperialistas occidentales. En un primer momento, en el siglo XVI fue “cristianízate o te mato”. Siempre es un discurso de salvación, nosotros, los seres superiores, venimos a salvarte y sabemos lo que es verdad, realidad y lo que es mejor para ti. Lo que tú opines es irrelevante porque eres un ser inferior. Ahí está el racismo epistémico, a través de eso está la semilla del genocidio. Como vengo a cristianizarte, si te resistes eres un bárbaro que no quiere ser salvado y para salvar tu alma de tu barbarie, si te tengo que matar te mato. Lo que está debajo de esa retórica es la colonialidad, la dominación capitalista del mundo. Millones de seres humanos asesinados a nombre del cristianismo. En el siglo XIX, este discurso se seculariza y pasa del “cristianízate o te mato” al “civilízate o te mato”. Eres un primitivo, un salvaje, un obstáculo al progreso. Se inferioriza a los pueblos espacialmente y temporalmente, te dicen que estás en las zonas periféricas o estás en el pasado. Sarmiento hablaba de civilización o barbarie y basado en eso se desarrolló en todo el mundo una serie de exterminios a nombre de la civilización, sobre todo de pueblos originarios, mediante el colonialismo de población. En el siglo XX fue “desarróllate o te mato”. Se responsabilizó a los pueblos por ser pobres y subdesarollados a pesar de que esa pobreza y ese subdesarrollo fue causado por esos siglos de “cristianízate o te mato” y “civilízate o te mato”. En esa fase les dicen a los gobernantes de nuestros países que para desarrollarse tienen que seguir las recetas de ellos y si no las siguen usan la fuerza, vienen los golpes de Estado que se dieron durante el siglo XX, organizados por la CIA. Son millones de seres humanos asesinados, no solo en América Latina, sino también en el resto del planeta. En Indonesia, por ejemplo, dieron un golpe en los años 60 y solo en el primer mes mataron a más de un millón de personas. En el siglo XXI el lema es “democratízate o te mato”. Tú eres un autoritario, no sabes lo que es democracia y yo te voy a enseñar. Así se dan contradicciones como, por ejemplo, tuvieron que amenazar con el “democratízate o te mato” a dictadores que ellos mismos habían puesto en la etapa de “desarróllate o te mato”, como fue el caso de (Hosni) Mubarak, en Egipto o Sadam Husein en Irak. En los 22 años que llevamos de este siglo esto ha significado millones de personas asesinadas. Llegamos a un momento terminal de este sistema histórico, tal como lo planteaba Wallerstein, quien lamentablemente murió en 2019.  

MAPP: Lo que cambia es que la postura de Europa en este momento parece ir contra sí misma ¿no? 

RG: Wallerstein planteaba que viene un punto de bifurcación en el sentido de que este sistema se cae y el nuevo va a depender de la acción política de los diferentes actores. Puede pasar algo como lo del siglo XV: que la élite del sistema de capitalistas financieros generen un nuevo sistema histórico peor que este. La otra opción es que los pueblos se organicen y creen un sistema más justo, ecológico. Él lo llamaba la lucha entre Davos y Porto Alegre. En Davos se reúne el 1% de la población a fraguar sus distopías, buscan crear un nuevo sistema histórico que le dé solución a la caída de este, manteniéndolos a ellos arriba, manteniendo sus privilegios. Porto Alegre, el Foro Social Mundial, él lo veía como la respuesta política ante esas distopías. Lo que estamos viendo es al mismo tiempo la caída de la hegemonía estadounidense, que ya no compite en tecnología con nadie y hasta ha perdido autoridad porque son apenas unos pocos países los que han aceptado ese proceso de sanciones contra Rusia. EEUU han dilapidado su dinero en guerras inútiles, mientras Rusia y China invertían en la producción. Hay que escucharlos. Bill Gates habla de la crisis ecológica mundial y dice que el problema es que hay demasiados seres humanos, es decir, está reciclando las teoría maltusianas del siglo XIX. Es lo que puede llamarse el ecofascismo. En 2020, la reunión de Davos se planteó el Nuevo Reseteo. Allí anunciaron el nuevo sistema histórico. El tema ecológioco no es que haya una civilización de muerte, sino que hay demasiados seres humanos. Para Gates el asunto es que hay 5 mil millones de personas que están de más. El capitalismo ecológico, que son los lobos cuidando a las ovejas, lo que plantea es cómo deshacerse de una parte sustancial de la población mundial. Ya esas élites han concentrado tanto el capital (muy por encima de lo que pronosticó Lenin, que se quedó en pañales) lo que les da una independencia sobre los Estados, aunque al mismo tiempo dependen del aparato militare de los Estados imperialistas. Es una simbiosis: sacan dinero público de esos Estados para la industria farmacéutica durante la pandemia; para la industria armamentista con las guerras. Es decir, que estas élites están acumulando una riqueza enorme, llevando a la quiebra a los mismos Estados imperialistas, que están quebrados. El Estado imperialista de EE.UU. está quebrado: tiene más de 30 trillones de dólares en deuda externa, muy por encima de cualquier otro Estado del mundo.  

MAPP: Los Estados europeos también están quebrados. 

RG: Absolutamente. Esta gente lo que está haciendo es llevar al mundo a una situación de colapso, de destrucción masiva de pequeños propietarios. Ya en el Congreso de EE.UU. se está discutiendo abiertamente que el covid fue una creación de los laboratorios del Pentágono, como quedó probado con lo que se ha descubierto en Ucrania. Se sabe que esos laboratorios estaban trabajando con virus de murciélagos desde 2018, y ya entonces hablaban de covid, y lo estaban manejando como arma bacterológica. Jeffrey Sacks, el famoso economista estadounidense está pidiendo una investigación. Rusia llevó la evidencia al Consejo de Seguridad de la ONU de que fue un crimen contra la humanidad. Demostró que están usando aves para diseminar virus, lo que está penado por leyes internacionales. Ya la discusión no es si se trata de un virus creado, sino si se escapó o “lo escaparon” de los laboratorios.

MAPP: ¿Podríamos crear una línea entre el covid-19, el puente pospandemia y la guerra de Ucrania? 

RG: Cuando la OMS dejó de ser subsidiada por fondos públicos, en 2010, y comenzó a serlo por Bill Gates y los laboratorios de las farmacéuticas, se empezaron a redefinir conceptos. Las palabras pandemia y epidemia cambiaron. En 2017 tenemos videos de (Anthony) Fauci, mafioso de las multinacionales farmacéuticas, el director de la autoridad sanitaria de EE.UU. Es alguien que está de escándalo en escándalo desde los años 80. Él dice en 2017 que habrá una pandemia antes de las elecciones de 2020. Luego está el proyecto 201 de octubre de 2019, que fue un ensayo, una práctica de un coronavirus que se hace pandémico en el mundo. Se hizo un ensayo de tres días. Eso está online y era con el coronavirus de un murciélago. ¿Qué sabía esa gente que nosotros no sabemos? ¿Por qué un tipo con Gates que está planteando reducir la población, anda anunciando pandemias y financiando estos estudios? Cuando se dieron los primeros datos acerca de los laboratorios en Ucrania y se dijo que Hunter Biden, el hijo de Joe Biden, estaba metido hasta el fondo en eso, pero se alegó que era campaña sucia, cosas de la inteligencia rusa. Ahora nadie lo duda en EE.UU. Hasta el New York Times lo dice porque apareció en una laptop de este señor. A mí me queda la duda de qué se trae entre manos esta gente. Suena a ciencia ficción, pero pónganse a investigar. Una de las cosas que están haciendo es la fusión de la informática con biotecnología para tener control de la población como nunca antes ha existido, desde dentro de los cuerpos de las personas. Eso ya lo escribió Klaus Schwab, el autor de El gran reseteo, una de las mentes de Davos. 

MAPP ¿Estamos frente a un biopoder generalizado, una dictadura sobre la vida? 

RG: Están haciendo movidas en esa dirección y es allí donde viene mi teoría: están provocando una guerra que destruya a Europa. En 2021 se firmó un tratado entre EE.UU. y Rusia en el que se comprometen a no usar armas nucleares un país contra el otro. Cuando leí eso pensé que está gente se está preparando para un conflicto muy grande. Y a los pocos meses, se inicia la guerra en Ucrania. Ahora existen las llamadas bombas nucleares ecológicas, creadas en la universidad donde yo estoy (Berkeley, California). Supuestamente son de menor alcance que las de Hiroshima o Nagasaki, que pueden destruir pequeñas zonas de una ciudad, sin comprometer la ecología del planeta. Eso es lo que dicen sus promotores. Eso haría viables una guerra nuclear en territorio europeo, utilizando este tipo de bombas. Así vemos cómo Ucrania va a salir desmembrada de una guerra que no tiene nada que ver con el pueblo ucraniano ni con los intereses europeos. Solo tiene que ver con los intereses de ese 1% que quiere mantener sus privilegios de élite global. Recordemos que la destrucción de Europa en el siglo XX fue la condición que permitió el ascenso del capital financiero de EE.UU. al nivel de primera superpotencia. Ahora aspiran a que los europeos y los rusos se acaben entre sí. En ese escenario, quedarían solo China y EE.UU. Ahora hasta Polonia está reclamando una parte de Ucrania. Me pregunto cómo estarán reaccionando los nacionalistas nazis ucranianos ante esa pretensión  

MAPP: Sí, al observar el mapa, con la media luna que está formando Rusia, desde Bielorrusia hasta Mariúpol, y le agregamos lo que aspira Polonia, a Ucrania le quedará Kiev y un pequeño territorio alrededor. Y el tonto útil de (Volodimir) Zelenski se está prestando para eso. 

RG: Es un personaje muy nebuloso en lo que se refiere a saber para quién trabaja en realidad. Ucrania está recibiendo cerca de 60 mil millones de dólares, una cantidad más grande que el presupuesto militar de todos los países europeos. Es un dinero que va a la industria armamentista estadounidense y a las ONG de las familias de los congresistas de EE.UU. Esa inversión de justifica, además, porque quieren desgastar y dividir a Rusia. Quieren una guerra nuclear en Europa y eso lo demuestra que ahora Finlandia y Suecia quieren entrar a la OTAN. 

MAPP: Y la misma razón que puede existir para desatar una guerra contra Ucrania, la tiene ahora Rusia para actuar contra Finlandia y Suecia. 

RG: Incluso, Finlandia está mucho más cerca. Ahora Inglaterra anuncia que está movilizando 9 mil soldados para Finlandia. Están creando un escenario tan complicado que hasta Kissinger está gritando. Ahora Kissinger parece un moderado. Quieren destruir la base económica de una de las regiones más ricas del mundo. (Yanis) Varoufakis, que fue ministro de Economía de Syriza en Grecia, habla de tecnofeudalismo. Sostiene que el capitalismo ya desapareció y una prueba es que el grueso de las ventas se realiza a través de plataformas de internet. Para vender cualquier cosa hay que entrar en esas redes y pagarles renta a sus dueños. Son señores feudales de las nuevas tecnologías. 

MAPP: Y con el metaverso hasta te venden pedazos de feudo en un lugar inexistente en términos de tangibilidad. 

RG: Se ha desplazado el concepto anterior de mercado por estas plataformas que viven de renta, como lo hacían los feudalistas. Durante la pandemia, por órdenes de la OMS, colapsaron y desaparecieron millones de pequeños propietarios que fueron reemplazados por estas plataformas. Por eso Bezos, a través de Amazon se ha hecho más rico que nunca. Eso es el nuevo reseteo. Ese 1% está comprando mansiones subterráneas en Nueva Zelanda y Australia.  

MAPP: Y también quieren viajar a otros planetas. 

RG: Exacto, para sobrevivir a la destrucción de la Tierra. Son cosas muy alarmantes. Algunas veces nos tranquilizamos diciendo que las élites no van a destruir el sistema completo porque sería suicida, pero la verdad es que ellos necesitan mantener su condición de élite como sea. 

MAPP: ¿En ese proceso entra la covid-19? 

RG: Yo creo que sí porque significó un proceso de concentración y centralización de capital a escala planetaria nunca visto.

MAPP: Pero es ingenuo suponer que solo la covid-10 y la guerra en Ucrania servirá para estos fines. ¿Vienen otros virus y otras provocaciones? 

RG: Durante la pandemia transfirieron trillones de dólares del fisco estadounidense a las arcas del 1%. La hija de Trump agarró 50 millones de dólares, el yerno, 90 millones. Es un ejemplo de cómo se repartieron el dinero mientras quebraban los pequeños propietarios. Lo mismo pasó en Europa. 

MAPP: Y eso mismo está pasando con los fondos y las armas para la guerra de Ucrania. 

RG: Sí. La policía, haciendo redadas, ha encontrado armas de esas en París o en Rotterdam porque están siendo traficadas por el mercado negro. Se están armando a los grupos neonazis y eso lo van a pagar muy caro los europeos. 

MAPP: Me decías que también entra el factor de la hiperinflación. 

RG: Sí, ella hace el mismo efecto que las políticas contra el covid, porque hace fundir a los pocos pequeños negocios que sobrevivieron a la pandemia. Por eso se habla ya de un Estado mundial, controlado por el 1%, con un aparato militar. 

MAPP: Entonces puede decirse que la guerra de Ucrania y la covid-19 son dos creaciones de las élites para propiciar un genocidio planetario. 

RG: Sí, de pasar a un sistema histórico nuevo y que esas élites sobrevivan a la caída del capitalismo, que está en crisis terminal. Wallerstein sostuvo esta tesis diciendo que ya el capitalismo llegó a sus límites. Antes resolvía sus crisis expandiéndose a nuevos territorios, pero ya han colonizado el planeta entero; también mantenían el dominio engañando a la gente con la promesa de un futuro mejor para el que debíamos trabajar duro 30 o 40 años, una ilusión en la que ya nadie cree; un tercer mecanismo era incorporar cada vez más recursos naturales a los procesos productivos para salir de los baches, algo que también llegó a su límite. Yo los invito a que lean Utopística, un ensayito corto que lo tradujo la editorial Siglo XXI al castellano, donde él describe los mecanismos mediante los cuales esto se cae y que es necesario pensar en utopías realizables. Si no nos organizamos en este momento, si no rompemos con la desmovilización que se ha impuesto en muchos lugares del mundo nos van a imponer su agenda.  

MAPP: Por acá Diógenes (un usuario habitual del programa) habla del tecnofeudalismo de GAFAM, que es Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft, los señores feudales de Silicon Valley. 

RG: Exacto y aunque a cada uno de esos factores podemos identificarlos con una persona, en realidad se trata del capital financiero que está por detrás. 

MAPP: Que tiene acciones en todas estas corporaciones. 

RG: Esos grupos de capital financiero son determinantes en las decisiones que se toman. Ya el declive capitalista tiene síntomas claros. El secretario general de la ONU, António Guterres, habla de hambruna mundial por la ruptura de las cadenas de suministros y la hiperinflación. 

MAPP: Era la pregunta que iba a hacerte. Ayer hubo un vuelo de la Fuerza Aérea de EE.UU. para llevar leche infantil de Alemania a EE.UU. Es una situación de guerra. 

RG: Imagínate dónde estamos entonces. Y la hiperinflación va a ser peor que la pandemia porque van a morir millones de seres humanos y se fundirán todos los pequeños y medianos negocios que quedan. 

MAPP: Cuando llegó la pandemia esto que tú estás diciendo pudo verificarse en los rankings digitales: cayeron todas las actividades que tenían que ver con la productividad y la creación de mercancías a partir de materias primas y ascendieron los portales de la virtualidad, de la pornografía, de las ventas con delivery y de la educación a distancia. 

RG: Ustedes tienen en Venezuela un teórico importante del tema pedagógico, como Luis Bonilla Molina, quien viene hablando hace tiempo de la destrucción del sistema educativo y su virtualización.  

MAPP: Y, dicho irónicamente, ha entrado una nueva escuela de la guerra, la de los videojuegos, que tomaron un espacio colosal en la infancia. 

RG: Estamos en un momento muy serio y peligroso. Desde el sur global debemos analizar esto con cuidado. No podemos seguir creyendo que estas élites van a evitar la destrucción. Por el contrario, ya está claro que si tienen que llevarse por el medio a miles de millones de seres humanos, se los van a llevar para sobrevivir ellos como élite. 

MAPP: Hemos analizado la opción apocalíptica, pero hay otra, que es la rebelión de las masas, sobre la que tú debes tener algunas ideas, por ser un pensador descolonial. ¿Esa otra opción es posible? 

RG: Es posible. Muchos de los proyectos políticos antisistémicos tienen ahora una cancha enorme para hacer propuestas racionales frente a la irracionalidad suicida del sistema. Eso da un poder de persuasión enorme a quienes pugnan por un nuevo sistema civilizatorio que afirme la vida. Estamos en el mejor momento de la historia para mostrar argumentos convincentes a escala planetaria de que o acabamos con este sistema o este sistema va a acabar con todos nosotros. Estamos en ese umbral con un potencial de desarrollo enorme. 

MAPP: He notado que Enrique Dussel ha estado muy centrado en la defensa de la vida.

RG: Sí, porque la contradicción no es ya entre capital y trabajo, sino entre capital y vida. 

MAPP: Y cuando se dice vida, se dice salud (que tiene otra connotación, después de la pandemia) y se dice alimentación y se dice el vivir bien. 

RG: Cierto, el vivir bien de los pueblos originarios andinos, que nos vienen invitando a tomarnos en serio estos aspectos. Son una serie de temas que han estado ocultos y que ahora pueden tomar protagonismo. Yo aspiro a que los gobiernos antiimperialistas de América Latina, como el venezolano y el boliviano, puedan impulsar propuestas alternativas en este sentido, como el vivir bien y la comunalización del poder, la reconstrucción económica comunitaria. Con la crisis generada por la hiperinflación mundial, la sobrevivencia va a depender de la agricultura urbana, del acceso a cultivos que no necesiten grandes cadenas de distribución. El que siga pensando que va a sobrevivir desde el individualismo, está perdido. 

MAPP: Ya no estamos hablando de contradicciones menores, sino de la primera y última de las reivindicaciones: por la vida. 

RG: Sí. Esa contradicción, que siempre la izquierda ha trabajado, la capital-trabajo, ha quedado subsumida en la contradicción capital-vida. Y ya se prevé una recesión que va a durar varias décadas. 

MAPP: Y ya hemos visto, en anteriores programas, cómo surgen conflictos incluso por la privatización del agua. 

RG: Sí, y esos conflictos se van a agudizar al punto de que yo vaticino que en EE.UU. puede haber una guerra civil en esta década. En la medida en que el Estado federal quiebre, muchos de los estados van a exigir su independencia y ese proceso será organizado política y militarmente por grupos supremacistas blancos. Puede ocurrir una implosión similar a la de la Unión Soviética.  

MAPP: En ese contexto, los latinoamericanos estarán en una situación muy complicada. 

RG: Claro que sí, porque será un proceso encabezado por el supremacismo blanco. 

MAPP: Cuando hablamos de colonialismo, pensamos en Europa, pero ahora hay que pensar en un neocolonialismo que está por encima de Europa. 

RG: Totalmente, de hecho Europa se ha convertido en un protectorado de EE.UU. Podríamos hablar de la puertorriqueñización de Europa: una colonia controlada por un sindicato de Wall Street. Por eso el presupuesto de Puerto Rico es para pagarle a los bonistas de la Bolsa de Nueva York y lo que sobra, que no es nada, es para el pueblo de Puerto Rico. Europa va a vivir ahora esa situación. 

MAPP: La ironía es que ese 1% se ha puesto a hablar de oligarcas rusos. 

RG: Exacto, y no vemos que hay una oligarquía estadounidense, europea y de otros países que vive del presupuesto público, que lo están desfalcando. Lo van a pagar caro los pueblos, lo que es un caldo de cultivo perfecto para el ascenso del fascismo, que son los bomberos del capitalismo. Vienen a salvar a las élites de las crisis que ellas mismas han provocado. 

MAPP: Hagamos un recuento de tus tres intervenciones en el programa: en el primero hablaste del golpe de Estado mundial; en el segundo te referiste a que Rusia propone un nuevo orden mundial multipolar; ahora nos planteas la guerra de Ucrania, junto a la pandemia, como creaciones de las élites para propiciar un genocidio planetario a través del ecofascismo. 

RG: Son tres momentos articulados, imbricados. En el primer momento, EE.UU. gesta esa provocación para sacar a Rusia de los mercados europeos y quedarse con ellos. Al mismo tiempo cierran la ruta de la seda de China. Para ello están convirtiendo a Europa en un protectorado, la han puertorriqueñizado. Y luego están los posibles desenlaces de ese proceso de quiebre del capitalismo con una nueva etapa unipolar de EE.UU., frente a élites de China, Rusia y otros países, que buscan un modelo multipolar. Eso está dentro de una estrategia de mayor alcance, la que he definido como ecofascista, que implica la necesidad de destruir una parte de la humanidad para crear un sistema histórico nuevo, pues este tiene los días contados. Esa distopía contiene el biopoder, la digitalización de todo y un gobierno mundial que estará por encima de los Estados. Tenemos un imperio en decadencia que necesita recuperar mercados mediante un golpe de Estado internacional; una disputa mundial entre un modelo unipolar y otro multipolar; y, por encima de todo eso, una élite de 1% que busca como preservar sus privilegios con un nuevo orden en el que ellos sigan arriba, tal como lo hicieron los líderes del sistema feudal cuando pasaron al capitalismo. 

MAPP: Quiero terminar diciendo que la covid-19 puso de moda el pensamiento descolonial porque le dio fuerza a sus argumentos. Pero esta guerra de Ucrania lo hace todavía más porque pone de relieve la fuerza de todas las ideas del pensamiento descolonial que tiene que afinarse ante las pretensiones de una plutocracia de 1% de la población. 

RG: Siempre digo que ahora más que nunca, la descolonialidad no es una opción, es una necesidad. O nos descolonizamos de todo este enredo eurocéntrico, occidentalocéntrico, racista, patriarcal, capitalista, explotador, etcétera o tenemos los días contados como especie en el planeta tierra. 

MAPP: Descolonialismo o muerte, será el nuevo lema. 

RG: Me gusta mucho eso. Y anuncio que el próximo programa será para una discusión sobre China. ¿Qué significa China en todo esto que hemos estado hablando. 

MAPP: Nuestra sala de redacción mostró gran alegría por este anuncio, pues ya se está despertando el tema chino con el asunto de Taiwán. Esperaremos con mucho interés esa disertación.  

(LaIguana.TV)