Apenas a horas de las elecciones presidenciales de Colombia, el candidato favorito, Gustavo Petro, mantiene una clara ventaja, pero eso no hace sino aumentar el riesgo de que sea asesinado antes, durante o después de los comicios, advirtió Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde Donde Sea. 

El planteamiento, que no es apocalíptico ni sensacionalista, sino reflejo de la historia y la realidad actual del país vecino, se vio expresado gráficamente en El Iguanazo de Iván Lira. En la caricatura se observa una urna electoral en la que entra un dólar y es apuntada por el cañón de un arma. La leyenda dice: “Colombia: entre la compra de votos y las amenazas de muerte”. 

“Iván Lira resumió en una frase la realidad electoral de Colombia”, dijo Pérez Pirela, para puntualizar que “estamos a horas de unas elecciones muy importantes no solo para Colombia sino también para toda nuestra América”.  

A su juicio, el proceso electoral neogranadino impacta a la región en términos geopolíticos, económicos y también militares porque se realiza en el país que ha fungido como la cabeza de playa de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Nuestra América. 

“No es por hablar mal de un país vecino. Es una realidad constatable que todo lo que se ha venido dando contra Venezuela ha salido desde Colombia, aunque haya sido gestado en Estados Unidos. Los campos donde se entrenaban los mercenarios; el falso concierto humanitario; el dron que explotó frente a una tarima donde estaban el presidente y los altos dirigentes del Estado venezolano; los ataques contra el bolívar, los cambios paralelos, etcétera; la desestabilización política a través de un paragobierno con el fantoche Juan Guaidó… todo se ha dado desde Colombia”, enumeró.  

Recordó que ese rol viene desarrollándose desde hace años. “Colombia hizo presidente a un narcotraficante, Álvaro Uribe Vélez, que en el plan de EE.UU. debía ser el anti Chávez en la región. Es el país de las masacres y el mayor productor-exportador de cocaína. Por eso para nosotros es tan importante hablar de estas elecciones”, expuso. 

“Este servidor ha escrito dos libros sobre Colombia: La cuestión colombo-venezolana (que acaba de ser reeditado en Cuba) y La invasión paramilitar, junto a Luis Britto García. Cuando se habla de ese país hay mucha tela que cortar. El principal socio comercial de Colombia era Venezuela y eso fue destruido por Duque. Una de las promesas de Gustavo Petro es restablecer las relaciones comerciales –añadió-. Una incógnita que debe despejarse es si Uribe dejará que gane Gustavo Petro o se moverá otra vez con la compra de votos o asesinarán al candidato favorito antes o después de las elecciones. No es algo apocalíptico, sino un comportamiento típico de Colombia a lo largo de su historia”. 

El cuadro preelectoral

Los colombianos están a punto de elegir a quien guiará los destinos de su nación durante los próximos cuatro años. Y aunque todas las encuestas favorecen al izquierdista Gustavo Petro, la ola de violencia desatada en el país y la falta de garantías electorales ponen en cuestión el respeto a la voluntad popular.  

Por otro lado, la saliente administración de Iván Duque dejará a su sucesor –sea o no Petro– pesadas herencias que reducirán drásticamente su margen de maniobra y con ello, la posibilidad de concretar al menos una parte de los cambios sociales, económicos y políticos que Colombia anhela.  

Uno de los lastres serán los compromisos adquiridos con EE.UU., que abarcan la vinculación de Colombia con la OTAN, tal como lo registró una nota de LaIguana.TV titulada: Última hora: Biden ya nombró a Colombia como «aliado principal no perteneciente a la OTAN». 

El texto indica que este 22 de mayo, el presidente estadounidense, Joe Biden, designó formalmente a Colombia como «aliado principal de Estados Unidos no perteneciente a la OTAN», con lo que cumplió la promesa que hiciera en marzo, poco después de iniciada la guerra en Ucrania. 

El saliente mandatario colombiano, Iván Duque, celebró en Twitter el anuncio y manifestó que la decisión es signo de la fluidez de las relaciones bilaterales entre Washington y Bogotá.  

Con esto, Colombia se suma Brasil y Argentina como enclaves regionales para el desarrollo de la agenda belicista estadounidense, con el precio añadido de la subrogación de la soberanía todavía mayor al que suponen las siete bases militares estadounidenses desplegadas oficialmente. 

Un trabajo de teleSUR sobre las siete bases militares ubicadas en zonas fronterizas estratégicas subraya el peligro que significa Colombia como aliado de la OTAN en Suramérica. 

Tras la entrada en vigor de este acuerdo, la Casa de Nariño tendrá acceso privilegiado a los programas militares y económicos financiados por su socio norteamericano, aunque esto no implica compromisos para brindar garantías de seguridad como las que se ofrecen a los miembros de la OTAN.  

En adelante, la nación neogranadina será elegible para recibir «préstamos de material, suministros o equipos con fines de investigación cooperativa, desarrollo, prueba o evaluación» y podrá convertirse en depósito de las «reservas de guerra» de los Estados Unidos.  

A esto se añade que desde 2018, Colombia es socio global de la OTAN. Según el convenio firmado por Duque con el bloque militar el pasado mes de febrero, la alianza atlántica otorgará «asesoría y técnicas para el mejoramiento de las fuerzas militares colombianas», al tiempo que los efectivos colombianos aportarán «toda su experiencia en el campo de desminado a los aliados y a los países socios». 

Elecciones sin garantías y bajo una ola de violencia

Este anuncio se produjo en el marco del cierre de la campaña presidencial, cuya primera vuelta está fijada para el próximo 29 de mayo y en la que el izquierdista Gustavo Petro figura como principal favorito.  

De acuerdo con los sondeos más recientes, Petro es el único que tiene garantizado su pase a la segunda vuelta, pues el voto derechista ha sido incapaz de aglutinarse en torno a una sola figura.   

Otro titular de LaIguana.TV señala que A casi una semana de las elecciones en Colombia: Petro mantiene ventaja en las encuestas. 

Una encuesta realizada por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) fechada en mayo de 2022, estima que Gustavo Petro, candidato de la coalición izquierdista Pacto Histórico, acumula 48% de intención voto para la primera vuelta electoral.   

En este sondeo, le siguen Rodolfo Hernández (Liga Gobernantes Anticorrupción/derecha) con 21,8%, Federico «Fico» Gutiérrez (Equipo por Colombia-uribismo) con 21,4% y Sergio Fajardo (Coalición Centro Esperanza) con un 5,1%.  

Asimismo, 53,2% considera que independientemente de su preferencia, Gustavo Petro será el próximo presidente de Colombia, aunque todavía no esté claro quién sería su contendor en el balotaje.  

Otro material de teleSUR señala que las encuestas previas a las elecciones, realizadas para varios medios de comunicación, coinciden en revelar que Gustavo Petro lidera intención de voto. 

En cualquier caso, la evidente ventaja de Petro no es garantía suficiente para que se convierta en el sucesor de Iván Duque, pues se ciernen serias dudas sobre la transparencia del proceso electoral, principalmente por responsabilidad de la Registraduría Nacional del Estado Civil.  

En las elecciones legislativas del mes de marzo, diversas fracciones políticas denunciaron que se cometió fraude electoral en multitud de municipios y se solicitó un reconteo de votos, demanda a la que el organismo no accedió.  

Esto explica por qué en el sondeo del Celag, 68,4% de los futuros votantes manifestó que es posible que en la primera vuelta ocurran fenómenos como la compra de votos o el fraude electoral.  

A ello se suma que la semana previa, autoridades del Consejo Nacional Electoral solicitaron que una delegación internacional realizara una auditoría del software de votación, pero la Registraduría rechazó en primera instancia el requerimiento.  

Un video de teleSUR indica que hay muchas dudas respecto a los software de inscripción, selección de testigos, infovotantes y preconteo. También se denuncia que el gobierno saliente estaría planeando designar un registrador ad hoc entre la primera y la segunda vuelta, lo que podría implicar el aplazamiento de esta. 

Este martes, el Consejo Nacional Electoral confirmó que ninguna compañía internacional realizará la auditoría del proceso del próximo domingo, a consecuencia de lo que consideran «falta de voluntad del Estado» para llevar a cabo la contratación.  

La autoridad electoral destacó que con este anuncio, las garantías electorales quedan en manos de misiones de observación nacionales e internacionales desplegadas en el terreno. Otra nota de teleSUR indica que quedó claro que no habrá auditoría internacional de las elecciones colombianas. 

La propia realización del evento electoral ha sido puesta en tela de juicio. Días atrás, Gustavo Petro alertó que existen planes para suspender las elecciones presidenciales aparentemente respaldados por el uribismo.  

Un titular de LaIguana.TV  se preguntó: ¿Suspenderán las elecciones presidenciales en Colombia? esto alerta Gustavo Petro. 

El pasado 20 de mayo, Petro advirtió que «los órganos que dirigen el régimen electoral en Colombia» avanzan planes para «suspender las elecciones» porque saben que perderán la contienda.  

«Convoco a todas las campañas políticas (…) a ponerse en alerta. Los convoco a reunirse el lunes porque el martes tienen pensado darle un golpe a las elecciones del próximo domingo 29 de mayo», sostuvo el candidato izquierdista en un acto proselitista, aunque la versión luego fue desmentida por las autoridades.   

Un reportaje de teleSUR desde Bogotá precisó que en las elecciones legislativas, al Pacto Histórico le estaban escamoteando unos 400 mil votos, lo que significaba tres escaños del Congreso. Las revisiones y veedurías permitieron evitar ese despojo. 

La desconfianza en la institucionalidad electoral colombiana es tal, que la Registraduría se vio obligada a extender el período de postulación de testigos electorales hasta el sábado 28 de mayo, porque todavía no se completan las plazas.  

Hasta este 24 de mayo solamente se habían registrado menos de 15.000 testigos. Según el CNE colombiano, esto implica tendrían que inscribirse 600.000 personas antes de la fecha límite para cumplir con lo establecido en las leyes.    

El clima enrarecido se nubló todavía más el pasado fin de semana, cuando una persona apuntó con un láser a la candidata a la vicepresidencia por el Pacto Histórico, Francia Márquez, en un acto de cierre de campaña en Bogotá.  

 LaIguana.TV  informó que se entregó responsable de apuntar en plena campaña con un láser a Francia Márquez y explicó ¿quién es?  

Según los testigos, el apuntador se encontraba en un edificio cercano. Posteriormente, la Fiscalía colombiana informó que «se presentó voluntariamente un estudiante de 18 años con su abogado defensor» para responsabilizarse por el hecho.  

De acuerdo con el comunicado público «el joven ofreció excusas por lo sucedido y, según indicó, no midió las consecuencias de sus actos. Además, manifestó en el interrogatorio que el láser lo compró por internet y es de uso personal».  

Bajo estos argumentos, la policía nacional colombiana desmereció el incidente y aseguró que la vida de Márquez –quien ha sido amenazada de muerte en múltiples ocasiones y debe aparecer en público acompañada de un equipo de seguridad– «no estuvo en riesgo en ningún momento».  

La afectada refutó esta tesis que en su cuenta de Twitter y señaló que el reporte policial contenía información falsa. La candidata se preguntó por qué la bajaron de la tarima si no había ningún riesgo. 

En el transcurso de la campaña, Petro y Márquez se vieron obligados a suspender su agenda pública tras ser amenazados por grupos paramilitares. Asimismo, el Clan del Golfo decretó un «paro armado», que según la Jurisdicción Especial de Paz dejó 24 fallecidos, aunque el Estado solo reconoció seis víctimas mortales.  

Un video de Al Mayadeen presentado durante el programa dibuja el clima de violencia e inseguridad que rodea a las elecciones en Colombia. Otro reportaje, esta vez de Nexo Latino expone la situación de una campaña electoral signada por la violencia.  

La Defensoría del Pueblo de Colombia advirtió que a poco menos de una semana de la primera vuelta electoral, 290 municipios presentan riesgos elevados de que se produzcan vulneraciones a los derechos fundamentales de la población.  

En consonancia con la creciente ola de violencia registrada en el vecino país, la campaña no detuvo los asesinatos de líderes sociales y firmantes del Acuerdo de Paz de 2016. Antes bien, se exacerbaron.  

Una nota de LaIguana.TV  reportó el asesinato a tiros de otro líder social en Antioquia, con el que ya son 78 en lo que va de año en Colombia. 

El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) confirmó este 24 de mayo el asesinato de otro líder social en el municipio de Vegachí del departamento de Antioquia, con lo que la cantidad de dirigentes sociales y defensores de los derechos humanos ultimados en 2022 sube a 78. 

De acuerdo con esta organización, la víctima respondía al nombre de Alconides Vallejo Álvarez, tenía 64 años y «fue asesinado en medio de un operativo que la policía realizó el día 22 de mayo contra las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)».  

Sus familiares relataron que estaba realizando labores de campo cuando recibió un disparo que le causó la muerte.  

Indepaz precisa que en la zona operan células del Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), una de las disidencias de las FARC y el Ejército colombiano.  

Hasta el pasado 19 de mayo, se habían computado 40 masacres. La última sucedió en el departamento del Chocó y en ella perdieron la vida tres indígenas y un líder afrocolombiano. Asimismo, el reporte indica que más de 200 personas se vieron forzadas a abandonar sus hogares por temor a la violencia de los grupos irregulares armados.  

Según datos de Indepaz, cada dos días se asesina a un dirigente social en el territorio colombiano y la situación ha empeorado conforme se aproxima la cita electoral.   

La escalada ha motivado que organizaciones de derechos humanos le exijan nuevamente al gobierno de Duque que ofrezca garantías de seguridad para que los pobladores puedan llevar en paz sus vidas y puedan participar sin contratiempos en las próximas votaciones.  

Se profundiza la polarización en Colombia

Si bien es cierto que el electorado colombiano parece estar decidido a terminar con 20 años de gobiernos uribistas, el panorama no luce tan claro si se considera que todos los pronósticos apuntan a que es altamente probable que sea necesario un balotaje, que en principio está pautado para el domingo 19 de junio.  

En la elección de 2018, Gustavo Petro adelantó a los restantes candidatos en la primera vuelta, pero una combinación entre una polarización impulsada a través de una campaña de terror y maniobras de la casta gobernante, llevaron a que Duque se impusiera en la segunda ronda con 54,3% de los sufragios, mientras que el izquierdista cosechó el 41,77%. 

Es claro que en esta oportunidad su ventaja es significativamente mayor y que su rival histórico –el uribismo– no pasa por su mejor momento, pero el escenario polarizado es una clara posibilidad y sus consecuencias trascienden la coyuntura.  

Según precisan analistas, en un intento por impedir el ascenso del Pacto Histórico, si la confrontación se agudiza, podrían producirse ataques mayores contra los candidatos, la cancelación de las votaciones y hasta un golpe de Estado, hechos que se verían favorecidos por la inacción del saliente gobierno.   

Por otra parte, aunque podría alegarse que para pescar votos, los contendores son capaces de decir casi cualquier cosa, en rigor, Petro y Gutiérrez representan dos visiones antagónicas de país y eso queda suficientemente claro no solo en sus discursos, sino en su propio historial político.  

Se considera que la eventual victoria del político progresista encauzará a Colombia hacia una senda de reformas largamente anheladas por la población, con la legitimidad que otorgan las urnas.  

En su cierre de campaña, el candidato enfatizó que marcará distancia con las prácticas añejas de la clase política de su país, prometió abandonar el modelo extractivista basado en hidrocarburos y anunció que priorizará las actividades económicas ecológicamente sustentables.   

Gutiérrez, por su lado, se niega a ser considerado un continuador de las políticas uribistas, aunque sus promesas de campaña se corresponden con las que históricamente ha presentado ese sector.  

La excepción a la que alude con frecuencia para diferenciarse del grupo gobernante, es la implementación de los Acuerdos de Paz y la reanudación del diálogo con el ELN, pues asegura que de resultar ganador, impulsará ambas acciones.  

Si bien muchos dan por descontado que el round final lo estarán protagonizando Gustavo Petro y Federico «Fico» Gutiérrez, organizaciones como el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) acusan un empate técnico entre los derechistas Gutiérrez y Rodolfo Hernández, quien es presentado como “independiente”.  

Hernández, un empresario de la construcción de 77 años que ejerció como alcalde de Bucaramanga entre 2016 y 2019, ha desarrollado una campaña anclada casi por entero en las redes sociales, cuyo foco es el combate contra la corrupción.  

Algunos de sus videos en TikTok cuentan con millones de reproducciones, lo que parece indicar que para capturar a votantes jóvenes, el septuagenario no ha dudado en ridiculizarse. Dice de sí mismo que es «viejito pero sabroso». 

No obstante, pese a su pretendida imagen fresca, Hernández ha estado implicado en escándalos de corrupción y tiene cuentas con la justicia de su país por esa causa.  

También es conocido por su gritar, insultar y golpear a sus adversarios, así como por sus opiniones xenófobas, aporofóbicas y antipopulares, lo que le ha valido que lo tachen de ser «el Donald Trump colombiano».  

Aunque la legislación colombiana prevé que los actos de campaña cesen una semana antes de los comicios, las acciones para movilizar votantes no están del todo proscritas, pues se permiten debates organizados y transmitidos por los medios de comunicación.  

Así, este 23 de mayo se vieron las caras Petro, Gutiérrez y el centrista Sergio Fajardo en una contienda organizada por Semana y El Tiempo. Este acto fue reflejado por LaIguana.TV cobn el titular: Salud, seguridad y unidad nacional: así estuvo el debate presidencial en Colombia. 

El texto de la nota dice que los candidatos a la presidencia de Colombia, Gustavo Petro, Sergio Fajardo y Federico Gutiérrez celebraron el lunes un debate centrado en salud, economía, seguridad y otros temas de interés para los colombianos. 

Aunque también fue convocado, Hernández no concurrió a la cita y luego dijo en sus redes sociales que el país no cambiaría por «debates politiqueros».  

Por encima de las diferencias que distinguen sus propuestas, todos los participantes coincidieron en que existen razones suficientes para dudar de la transparencia del sistema electoral colombiano.  

La herencia de Duque 

De ganar Gustavo Petro las elecciones presidenciales en Colombia, no solamente tendrá que enfrentarse a un estado narcoparamilitarizado, en el que el uribismo controla prácticamente todos los órganos penales y de justicia, sino que deberá hacer también frente a importantes deudas históricas y de soberanía. 

En este escenario, la inclusión de Colombia en la lista de aliados principales de Estados Unidos no pertenecientes a la OTAN, es un caramelo envenenado que muy posiblemente dificulte que el país mantenga una política exterior no supeditada a los intereses de Washington.  

Del mismo modo, es probable que el despliegue de efectivos militares estadounidenses en territorio colombiano le impida al hoy aspirante atacar efectivamente flagelos como el narcotráfico y el paramilitarismo, así como sus consecuencias.  

De particular interés en este caso resulta el número de desplazados internos que dejó tras de sí el conflicto armado en este período. En 2021 Colombia ocupó el tercer lugar en desplazamientos internos de todo el mundo, solo superada por Siria y la República Democrática del Congo.  

Las principales víctimas de los desplazamientos son campesinos, afrodescendientes e indígenas asentados en zonas rurales, donde el Estado tiene escasa o nula presencia.  

Lastimosamente, esta no es la única situación trágica que heredará el sucesor de Duque en la Casa de Nariño, en cuyo mandato se pasó por encima a todos los Acuerdos de Paz de 2016.  

De esto dan cuenta los ya más de 1.300 firmantes asesinados, mientras los sobrevivientes continúan luchando para que el Estado les brinde garantías de seguridad y cumpla con la reforma política y la reforma agraria. 

El gobernante tampoco avanzó en la erradicación de cultivos ilícitos y, antes bien, la cifra alcanzó las 2.000 toneladas en 2021, según datos oficiales de las naciones unidas.  

Del mismo modo, en los últimos cuatro años en Colombia crecieron todas las manifestaciones de violencia estructural, particularmente las asociadas a la acción represiva del Estado frente a la protesta social.  

Los Escuadrones Móviles Antidisturbios (Esmad) arremetieron contra manifestantes que se volcaron masivamente a las calles a exigir mejores condiciones de vida al Ejecutivo, primero en noviembre de 2019, con una merma en 2020 por la pandemia y con un repunte entre abril y junio de 2021.  

Las peores acciones de la fuerza pública ocurrieron en la ciudad de Cali, donde además actuaron a sus anchas civiles armados, que dispararon en reiteradas ocasiones contra quienes participaban de las actividades convocadas en el marco del paro nacional de 2021.  

Asimismo, aunque la mayoría de las acciones de protesta fueron pacíficas, 83 personas fueron asesinadas y 44 de los crímenes se atribuyeron directamente a los cuerpos de seguridad. También se registraron miles de heridos, cientos de ellos con lesiones oculares.  

Duque también se ha encargado de limitar considerablemente el margen de maniobra de su sucesor en aspectos clave de la política interior –aunque no solo–, con designaciones de personajes ligados a su despacho en puestos clave del Estado y la firma apresurada de tratados de libre comercio.  

De acuerdo con una investigación realizada por el portal La Silla Vacía, el mandatario usó la mayoría uribista en el Congreso para impulsar una Ley de Sucesión en todas las instancias del gobierno, cuya sanción está prevista antes de que acabe la actual legislatura.  

Si se consolida esta iniciativa, el gobierno saliente dispondría de prerrogativas para ocultarle a su sucesor «información sensible y de seguridad nacional», sin que todavía esté demasiado claro cuál es el alcance de esta prebenda.  

Del mismo modo, Iván Duque nombró a sus operadores en la Contraloría, en la directiva de la estatal Ecopetrol, en la empresa que monopoliza la prestación del servicio eléctrico y en la Comisión de Regulación de Energía, al tiempo que dejará andando tratados de libre comercio con Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos.  

Los lazos rotos con Venezuela

En sus cuatro años de gobierno, el saliente presidente colombiano se encargó de torpedear y socavar las relaciones bilaterales con Venezuela, que ya habían pasado por varias etapas turbulentas durante las administraciones de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos.  

Sin embargo, Duque llevó la conflictividad a una cota más alta, al convertirse en el principal patrocinador regional del pseudogobierno de usurpación de Juan Guaidó y respaldar distintas tentativas sediciosas con narcoparamilitares organizadas desde Colombia. 

Caracas rompió nexos diplomáticos con Bogotá en 2019 por haber reconocido a Guaidó y participado en un intento de invasión desde territorio colombiano y ni siquiera la pandemia logró apaciguar el conflicto.  

El inquilino de la Casa de Nariño ha sido una de las voces más insistentes en la solicitud de imposición de sanciones contra Venezuela y no ha dudado en usar a los migrantes venezolanos como una herramienta para conseguir fondos de organizaciones internacionales, al tiempo que ha sido incapaz de ofrecerles garantías para una vida digna.  

A pocas semanas de abandonar el cargo, Duque se mantiene firme a la política de cerco contra Venezuela impuesta desde la Casa Blanca y continúa fungiendo como el principal vocero de Washington en el continente, tal como lo presentó  LaIguana.TV en una nota sobre lo que dijo Duque acerca del levantamiento de sanciones gringas a Venezuela. 

Luego de que Estados Unidos anunciara que está dispuesto a aliviar muy parcialmente las sanciones que impuso sobre la industria petrolera venezolana, el presidente colombiano calificó la iniciativa como un «triunfo del cerco diplomático» que pesa sobre el gobierno del presidente Nicolás Maduro. 

En sus dichos, Miraflores retomaría las conversaciones con el ala extremista de la oposición por «la presión internacional».  

Por su parte, Maduro denunció que en contubernio con agentes locales, su par neogranadino continúa impulsando y apoyando planes desestabilizadores para forzar su salida del poder.  

El pasado fin de semana aseguró que desde Bogotá se fraguaban planes para perpetrar ataques terroristas y el 23 de mayo precisó que se habían perpetrado acciones contra dos refinerías y el sistema eléctrico nacional.  

Otro titular de LaIguana.TV alerta: El Guri y refinerías del país recibieron ataques. 

Según expresara en una jornada de trabajo el presidente Maduro, «están siendo objeto las refinerías de ataques de enemigos infiltrados, enemigos ocultos para hacerle daño a nuestros complejos refinadores, para hacerle daño a nuestro pueblo».  

El jefe de Estado señaló como responsable de estos intentos de sabotaje a su homólogo colombiano, Iván Duque: «Detrás de esto están los planes de Duque, que está loco, herido, supurando odio contra Venezuela». 

Además informó que recientemente la central hidroeléctrica Simón Bolívar, también conocida como complejo hidroeléctrico del Guri fue víctima de dos ataques a su sistema operativo. 

En una intervención previa, Maduro advirtió que en la capital colombiana tuvo lugar «una reunión de extremistas» en la que los participantes habrían recibido «la orden de Duque de, antes de que se vaya el 7 de agosto de la presidencia, profundizar los ataques terroristas y el sabotaje de la vida social y de los servicios públicos de Venezuela». 

Para cerrar, presentó un video de la sección Tienes que verlo de LaIguana.TV en el que se alerta que el Guri y refinerías del país recibieron nuevos ataques.  

Para la reflexión y conclusiones

Durante el programa, Pérez Pirela expuso sus puntos de vista sobre el tema tratado y esbozó algunas conclusiones: 

El amplio favoritismo de Petro hace más probable su asesinato antes, durante o después de las elecciones, tomando en cuenta el clima de violencia que caracteriza actualmente a Colombia y la tradición de magnicidios en esa nación. 

“¿Por qué Petro y Márquez han tenido que suspender actividades o realizarlas con chalecos antibalas y escudos blindados? –se preguntó-. Es evidente que Colombia es un país en guerra civil, no me cabe la menor duda, aunque EE.UU. lo ha escogido para presentarlo como el gran ejemplo de democracia y por eso nada de lo que ocurre se dice en la hegemonía mediática occidental”. 

Para el moderador también está claro que el proceso electoral no es limpio. “Las denuncias son cada vez más fuertes contra la Registraduría, que está en manos del uribismo. Ya están comenzando a asomar la posibilidad de suspender las elecciones porque Uribe no va dejar que le arrebaten ese país así de fácil”. 

“Las elecciones están plagadas de dudas. Se realizarán sin verificación internacional y prácticamente sin testigos. Además, en casi todo el país, especialmente en la región costeña, la compra de votos está institucionalizada, incrustada en la anticultura electoral”. 

Pérez Pirela se mostró escéptico respecto a la explicación que dieron las autoridades acerca del incidente ocurrido en el mitin de Francia Márquez, cuando la candidata a vicepresidenta fue apuntada con un láser. “No sé ustedes, pero yo no me creo ese cuento de que fue un muchacho de 18 años que quiso hacer una gracia. Para mí, las amenazas sobre Petro y ella son muy serias, casi que la crónica de una muerte anunciada, como diría otro colombiano, Gabriel García Márquez”  

Comentó que la simple observación de los videos de la campaña permite entender contra quién se ejerce la violencia. En las imágenes, Petro y Márquez aparecen hablando desde detrás de grandes escudos blindados, mientras el candidato uribista, Gutiérrez, luce relajado en la calle. 

Ironizó acerca de las expresiones del tercer abanderado, Rodolfo Hernández y de que se le caracterice como un émulo de Trump. “Ese es el nivel de la campaña de Colombia”, dijo.  

Subrayó que parte del problema para Petro, tanto en la campaña como en un hipotético gobierno, es que todo el entramado de los poderes del Estado (Ejecutivo y Judicial, principalmente) está bajo el control de Uribe. 

Particularmente complejo es el punto de la pertenencia de Colombia a la OTAN. “Es de una gravedad que se escapa de vista. El nuevo presidente va a encontrarse con una nación que hace parte de esta alianza. Nos van a traer la guerra de Ucrania para Nuestra América, no tengan la menor duda. Van, todavía más, a utilizar a Colombia como depósito de guerra de EE.UU. lo que abre paso a un entorno de guerra en una zona de paz. Esto suena a Ucrania, a la que llevaron a una guerra y luego la dejaron sola. También van a exportar paramilitares como lo hicieron en Haití para matar a su presidente”. 

“Duque se va, pero el gobierno de EE.UU. quiere seguir decidiendo el destino de Colombia y utilizando a ese país para cercar a Venezuela, junto con Brasil y algunas islas del Caribe”, manifestó. 

Enfatizó en el tema de la mala herencia que deja el actual mandatario. “Duque queda como el peor presidente de la historia de Colombia, pero dice que si hubiese reelección, él sería ratificado. Imagínense ustedes lo desubicado que está”, aseveró. 

“No cabe la menor duda de que Duque deja deudas tremendas a su sucesor –prosiguió-. La herencia de Duque es la alianza con la OTAN, la violencia, la miseria, las masacres, los desplazados y el narcotráfico, que es mucho más fuerte en este momento que en la época de Pablo Escobar”. 

En cuanto a la relación con Venezuela, Duque deja otro desastre. “Se va Iván Duque intentando hasta el último segundo desestabilizar al país y golpear al pueblo venezolano. No deja de meter sus narices en la realidad venezolana”, deploró 

Respecto a la opinión de Duque de que el alivio a las medidas coercitivas unilaterales de EE.UU. contra Venezuela es una consecuencia del cerco diplomático que tendieron países como Colombia, Pérez Pirela opinó que se trata, sencillamente, de un “comentario delirante”. 

Materiales audiovisuales difundidos

El programa se apoyó en los siguientes materiales audiovisuales: 

Videos de teleSUR:  

-Infografía: bases militares de EE.UU.en Colombia. 

-Encuesta previa a elecciones revela que Gustavo Petro lidera intención de voto. 

-Denuncian que la Registraduría de Colombia se negó a una auditoría.  

-No habrá auditoría internacional de las elecciones colombianas. 

-Colombia: autoridades descartan aplazar las elecciones presidenciales.  

-Colombia: Registraduría alerta baja postulación de testigos electorales.  

-Colombia: informe de Indepaz revela que cada dos días es asesinado un líder social.  

-«Colombia está polarizada”. 

-Colombia es la tercera nación a nivel mundial con mayor número de desplazados.  

-Deudas que le deja Duque a su sucesor.  

-Violencia en Colombia se ha profundizado durante el gobierno de Iván Duque.  

-Mensaje en la cuenta Twitter de la candidata a la vicepresidencia Francia Márquez.  

-Video Al Mayadeen elecciones en Colombia.  

Videos de Nexo Latino:  

 -Colombia: campañas electorales signadas por la violencia.  

-Candidatos presidenciales de Colombia cierran sus campañas.  

-Candidatura de Rodolfo Hernández.  

-Video nexo latino candidatos presidenciales realizan debate definitivo en Colombia.  

-Video de la sección Tienes que verlo de LaIguana.TV: Alerta: El Guri y refinerías del país recibieron nuevos ataques.  

(Laiguana.TV)