Pena de muerte o cadena perpetua. El jurado decidirá entre estas dos opciones para el hombre que mató a 17 personas en su antigua escuela secundaria de Florida hace cuatro años.

El juicio a Nikolas Cruz, de 23 años, cuya fase penal comenzó este lunes en Fort Lauderdale (Florida), durará previsiblemente entre cuatro y seis meses, y será televisado.

Cruz se declaró culpable el año pasado de 17 cargos de asesinato en primer grado por el tiroteo en Parkland en el día de San Valentín de 2018.

Los fiscales piden la pena de muerte, mientras los abogados defensores buscan la cadena perpetua sin libertad condicional.

Se espera que el juicio despierte una fuerte expectación al ser un proceso poco habitual, ya que en la mayoría de tiroteos masivos sus autores acaban suicidándose o muriendo a manos de la policía.

El tiroteo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas del 14 de febrero de 2018 también tiene el triste récord de ser el más mortal de los que han llegado ante un jurado en Estados Unidos.

Consternación en la sala

Cuando el lunes los fiscales emitieron su declaración inicial, muchos de los presentes en la abarrotada sala del tribunal se mostraban visiblemente emocionados.

Algunas familias afectadas por el ataque se han pronunciado públicamente a favor de la sentencia de muerte.

Los asistentes escucharon atentamente, parte de ellos entre lágrimas, mientras el fiscal principal, Michael Satz, relataba los detalles del tiroteo.

Nombró a cada persona que recibió disparos o sufrió heridas, y una mujer salió llorando de la sala del tribunal.

Satz prometió demostrar al tribunal que los asesinatos habían sido «fríos, calculados y premeditados».

Relató cómo el atacante, que entonces tenía 19 años, había prometido convertirse en el «próximo tirador de la escuela» en un video filmado días antes.

«Les voy a hablar de lo indecible; del asesinato sistemático, planificado y dirigido a un objetivo por parte del acusado», dijo.

En una decisión poco común, el equipo de la defensa optó por no hacer su declaración inicial hasta que se presenten evidencias.

Cuando se proyectaron por primera vez las imágenes del incidente en la sala del tribunal, una madre agraviada se tapó los oídos y otra se dobló entre fuertes sollozos.

Alguien en la sala gritó: «¡apáguenlo!» mientras se reproducía una pista de audio.

El acusado, que llevaba un suéter oscuro y una máscara facial negra, miraba su bloc de notas, ocasionalmente escribía garabatos en él y se volvía hacia sus abogados.

Han pasado más de cuatro años desde que asaltó el edificio de Stoneman Douglas -centro del que había sido expulsado- con más de 300 cartuchos de munición.

Asesinó a 14 estudiantes de entre 14 y 18 años, y a tres profesores de 35, 37 y 49.

Los fiscales tratarán de presentar evidencias de las brutales circunstancias del ataque, los llamados factores agravantes, para influir sobre los miembros del jurado.

Detallarán las historias de las víctimas mortales y de quienes resultaron heridos, valiéndose de cientos de fotografías y nuevos videos.

Por su parte, se espera que la defensa aluda a los llamados factores atenuantes para argumentar que la cadena perpetua es un castigo adecuado.

Esos incluirán su educación, los supuestos abusos sexuales que sufrió de niño y problemas de salud mental.

Complicaciones legales y la pandemia de coronavirus han retrasado varias veces el juicio, y la selección del jurado llevó tres meses.

(BBC Mundo)