El Gobierno de España se niega a recortar en un 15% el consumo de gas de acuerdo con la propuesta de Bruselas, comunicó la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera. La dependencia de la UE del gas ruso se ha convertido en un tema de polémica entre los países miembros del bloque.

La ministra aseguró que España será solidaria con Europa, pero que no lo será «a costa de los consumidores». Según ella, «las familias españolas no van a sufrir cortes de gas ni luz en sus casas».

Asimismo, instó a los socios europeos a analizar las mejores maneras de apoyarse al respecto, destacando que España «es la puerta de entrada de más del 30% de gas natural licuado a Europa.»

«Defendemos los valores europeos, pero no podemos asumir un sacrificio desproporcionado sobre el que ni siquiera nos han pedido opinión previa», dijo Ribera.

Añadió que «España está en contra de la imposición de exigencias que exceden la parte de las obligaciones que nos corresponden».

Lamentó profundamente la «falta de diálogo» de la Comisión Europea con los Estados miembros y pidió a los ministros de Energía que resolvieran las diferencias en una reunión en Bruselas dentro de una semana.

Aseguró que el Gobierno defenderá los intereses del empresariado del país, ya que la reducción del uso del gas podría suponer una «grave pérdida de competitividad» para la industria española.

Como dejó claro Ribera, «pase lo que pase» los españoles no se verán afectados por una reducción del suministro, dadas las reservas y la capacidad de España para importar gas natural licuado.

Teresa Ribera también dijo que apuesta por «el ahorro y la eficiencia» en el consumo de gas.

La Comisión Europea publicó el 20 de julio un documento en el que se indica que los países de la UE deben presentar planes para reducir voluntariamente el consumo de gas en un 15% antes de finales de septiembre, hasta el 31 de marzo de 2023. Bruselas no descarta un probable corte total del gas ruso y pide que se inicien los preparativos manteniendo la unidad de la UE.

En junio Rusia sustituyó a Argelia como segundo proveedor de gas natural a España después de que los flujos procedentes del país africano cayeran en medio de un conflicto diplomático.

Las importaciones procedentes de Rusia alcanzaron los 8.752 gigavatios hora en junio, lo que supone más del doble que en mayo y corresponde al 24% de la demanda total de España, según el operador de la red de gas Enagas SA.

Mientras tanto, la dependencia de la UE del gas ruso se ha convertido en un tema de polémica entre los países miembros del bloque.

Al respecto, el jefe adjunto de la sección de Economía de los sectores del complejo de combustibles y energía del Centro de Investigación Estratégica, Serguéi Kolobánov, considera que será difícil que los países europeos sobrevivan al invierno de 2023 sin el gas ruso.

«Definitivamente, Europa no sobrevivirá a 2022 y al invierno de 2023. Sin el gas ruso, no será posible sustituir las necesidades tan rápidamente con el GNL [incluso si no se tiene en cuenta que no hay mucho GNL ‘libre’ en el mundo]», opinó.

(Sputnik)