Una bebé de 18 meses ha sido encontrada muerta por su madre en su vivienda, ubicada la zona de Ponte Lambro, en Milán. Alessia Pifferi, de 36 años, dejó sola a la pequeña Diana durante seis días para irse de vacaciones con su actual pareja, a quien aseguró que la niña estaba con su hermana en la playa.

Según el Corriere della Sera, la menor falleció de hambre y sed. No en vano, los hechos tuvieron lugar a mediados de julio, en plena ola de calor, cuando las temperaturas en interior superaron los 30 grados.

Al lado de la pequeña había una botella de alcohol y una caja de benzodiacepinas medio llena. Se sospecha que la madre pudo añadir los medicamentos en la leche del biberón.

Cuando Pifferi halló el cuerpo sin vida de su hija, inmediatamente pidió ayuda a sus vecinos, que llamaron a la Policía y a los servicios de emergencia, que solo pudieron certificar la muerte de la pequeña. Tras admitir su responsabilidad en el suceso, la progenitora fue detenida acusada de homicidio voluntario agravado con premeditación.

El medio italiano recoge que Pifferi manifestó que «sabía que podía pasar» y que la pequeña era «una carga» porque «quería recuperar su libertad». «Quizás Alessia experimentó a esa hija como un lastre que le impedía salir, divertirse», ha afirmado una vecina de la acusada.

No era la primera vez que Alessia dejaba sola a su bebé. Ya lo había hecho en dos ocasiones más. En ambas, Diana había quedado sola en su cuna junto a su biberón y había logrado sobrevivir.

(20minutos)