«Mi queridísima Olivia, hiciste que nuestras vidas fueran mucho mejores. Tu impacto fue increíble. Te quiero mucho. Te veremos en el camino y estaremos todos juntos de nuevo. ¡Tuyo desde el primer momento que te vi y para siempre!¡Tu Danny, tu John!». Con este texto en su cuenta de Instagram, John Travolta se despidió este lunes de Olivia Newton-John, su histórica compañera como protagonistas de ‘Grease’. Newton-John ha fallecido a causa de un cáncer contra el que llevaba peleando más de 30 años.

La estrella fue diagnosticada con cáncer de mama en 1992 y consiguió mantener el tumor en remisión hasta 2017, cuando los médicos encontraron que se había extendido a otras partes de su cuerpo y tuvo que cancelar una gira recién anunciada. Hasta entonces, Newton-John se había mantenido activa con varias apariciones y espectáculos como una residencia de conciertos en Las Vegas que se prolongó desde 2014 y 2015.

La cantante comenzó en el mundo de la música en la década de los 60, pero su primer acercamiento a las listas de éxitos no se dio hasta 1971 con su versión de If Not for You, un sencillo compuesto por Bob Dylan, que también grabó George Harrison. Tras colaborar con estrellas de la época como Cliff Richard, Newton-John ganó su primer Grammy en 1973 por su álbum debut Le Me Be There, en la categoría de música country.

La primera vez que la actriz fue diagnosticada de esta enfermedad fue en 1992, poco después de la muerte de su padre. Después, en 2013, tras la muerte de su hermana mayor y al verse involucrada en un accidente de tráfico, volvieron a encontrarle un tumor en el pecho.

La tercera vez fue en 2017. En esta ocasión, la enfermedad se complicó más que en las ocasiones anteriores. El cáncer de pecho estaba ya en fase 4, con metástasis en los huesos. Tras esto, en 2018, se vio volviendo a aprender a caminar después de que, con la propagación del cáncer, se fracturase la base de la columna. «Estaba tan débil. Tenía un andador, un bastón y muletas, pero ahora estoy caminando», confesó la actriz.

Pese a todos los varapalos que le dió la vida, la actriz que encarnó a Sandy Olsson en Grease, aprendió a ver el lado bueno de las cosas y a convivir con la enfermedad. «Ha sido parte de mi vida durante mucho tiempo, ya sentía que algo no iba bien», ha confesado en The Guardian. «Siempre me preocupa cuando vuelve, pero pensé que lo superaría una vez más», agregó.

(20minutos.es)