En los departamentos de Estado y del Tesoro de los Estados Unidos estarían «discutiendo propuestas para un fondo que podría liberar más de 3.000 millones de dólares para brindar ayuda humanitaria a los venezolanos a través de las Naciones Unidas», reporta Reuters mencionando a «nueve personas cercanas a las conversaciones».

En interpretación de la agencia, esta propuesta tendría un propósito doble: de un lado, reanimar las conversaciones entre el gobierno y el sector de la oposición aupado por Washington; de otro, aliviar la presión de los migrantes venezolanos sobre la Casa Blanca.

Así, en el trabajo periodístico se asegura que «los migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México están impulsando a la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a pedir que se descongelen los fondos venezolanos retenidos en bancos extranjeros que proporcionarían los alimentos y medicamentos necesarios».

Las fuentes anónimas de alto nivel habrían expresado a Reuters que en Washington y algunos países de Europa se valora que la liberación de estos recursos sería esencial para asegurar «un acuerdo social» entre Caracas y los sectores de la oposición que esas instancias continúan respaldando.

Al ser consultado sobre el tema, el portavoz de Naciones Unidas Stephane Dujarric dijo a Reuters que la organización continúa instando a las partes a participar de «un diálogo inclusivo y significativo que conduzca a soluciones negociadas, con los derechos humanos como componente central».

Sin embargo, no ofreció comentarios acerca de la disposición de la ONU para gestionar un programa de «ayuda humanitaria» como el que aparentemente pretendería implementar el gobierno estadounidense con los recursos del Estado venezolano confiscados en el extranjero.

En su decir, «la movilización de recursos sigue siendo un desafío clave» y admitió que sus planes de ayuda para el país en el lapso 2022-2023 solo han sido financiados en 16,5 %, por lo que están «pidiendo ayuda», refiere Reuters.

Según la agencia, ni el Departamento de Estado ni el Ministerio de Comunicación e Información de Venezuela atendieron a su solicitud de comentarios.

¿Las riquezas de Venezuela se reparten en Washington?

En todo caso, la posibilidad de que Naciones Unidas administre fondos públicos de Venezuela fue puesta en el tapete por el presidente Nicolás Maduro en 2020, cuando solicitó un «instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre el desarrollo» dirigido a superar la pobreza y la desigualdad.

Del mismo modo, el mandatario sugirió que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) gestionara el dinero equivalente a las 31 toneladas de oro de Venezuela retenidas ilegalmente en el Banco de Inglaterra, para atender la emergencia sanitaria derivada de la pandemia. La iniciativa no prosperó.

Informes oficiales aseguran que Estados Unidos ha destinado «1.940 millones de dólares en ayuda humanitaria a Venezuela y a las naciones que albergan a venezolanos desde 2017», una cantidad que asumen insuficiente.

En el informe periodístico no se detalló qué organizaciones o personas recibieron esos recursos dentro y fuera de Venezuela ni cómo los utilizaron para beneficiar a los venezolanos.

De otro lado, Reuters apunta que «el nuevo fondo podría enfrentar la oposición de algunos partidarios de la línea dura en el Congreso de los Estados Unidos que apoyan la presión continua sobre Maduro», al tiempo que ciertos partidos de la oposición –tampoco se dice cuáles– habrían expresado su preocupación por el impacto político de la liberación de los fondos en el marco de la elección presidencial de 2024.

De lo reseñado en el texto, el argumento de quienes desde Washington defienden la creación de este fondo de «ayuda» con dineros venezolanos parece responder a las expectativas políticas internas respecto de la migración a pocas semanas de la elección de mitad de período, donde las encuestas vaticinan la derrota del gobernante Partido Demócrata en el Legislativo.

Así, las fuentes habrían manifestado que con estos recursos se «podría evitar que los venezolanos huyan, al mejorar las condiciones de vida a través de un mejor acceso a alimentos, medicinas y atención médica, y al financiar proyectos de infraestructura para reparar la inestable red eléctrica de Venezuela».

Aunque no hay confirmación oficial, los informantes expresaron que a mediados de octubre, Naciones Unidas presentó un primer borrador de la propuesta, que estaría siendo analizada por «funcionarios estadounidenses y líderes de la oposición» con la participación de «bancos de desarrollo internacionales» y «expertos».

Diálogo y acreencias: las cartas de EEUU

Dos de las fuentes de alto nivel en las que Reuters basó su informe reconocieron que no hay mayores precisiones, pero adelantaron que el velo podría descubrirse una vez que los delegados del gobierno de Venezuela retomen las negociaciones en México con el ala de la oposición apoyada por la administración Biden y discutan las condiciones de los comicios de 2024.

Siempre en apego a este relato, «los enviados de la oposición discutieron el paquete de ayuda con funcionarios estadounidenses durante sus reuniones la semana pasada en Washington, dijeron cuatro de las fuentes» y otras dos personas sostuvieron que los mismos funcionarios contactaron al gobierno de Venezuela para discutir sobre el tema.

De otra parte se puntualiza que «la posibilidad de que el dinero venezolano fluya nuevamente para importaciones e inversiones está llamando la atención de los acreedores y tenedores de deuda venezolana».

Por ese motivo, otras instancias regionales con experiencia en el manejo de fondos como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo de América estarían atentas al decurso de esta propuesta, pues «hay miles de millones de dólares en préstamos y líneas de crédito que no se han pagado».

Reuters no precisó a cuánto ascienden las deudas, cuándo fueron contraídas ni por qué razón se suspendieron o nunca llegaron a realizarse los abonos acordados.

Si esta propuesta sale adelante, Naciones Unidas estaría manejando uno de los fondos de ayuda más grandes de su historia, si bien todavía «no está claro el monto total que podría liberarse legalmente», concluye Reuters.

(LaIguana.TV)