La ciudad ecuatoriana de Durán está siendo sacudida por una oleada de crímenes que se ha desencadenado en casi todo el país en este comienzo del mes de noviembre. Agentes de Policía baleados, incesantes saqueos y explosiones de bombas son algunos de los hechos que marcan el terror por el que están pasando los residentes de esa urbe situada frente a Guayaquil. 

Este martes, dos policías más murieron en el marco de una nueva escalada de violencia en las calles y cárceles del país. Según informó el periódico local El Comercio, los uniformados fueron asesinados a balazos cuando estaban patrullando las calles de Durán, localidad ubicada en la provincia de Guayas. La Policía Nacional no ha dado información oficial, aunque se comprometió a hacerlo una vez que avancen las investigaciones sobre el hecho. 

Mientras tanto, en Guayaquil, un carro patrullero fue atacado por delincuentes con armas de fuego, lo que causó la muerte de agentes de la Policía Nacional. En la misma ciudad, otro ataque contra una sede policial dejó varios agentes heridos, dijo el ministro del Interior, Juan Zapata, en una conferencia de prensa ofrecida en Quito, en la que responsabilizó al «crimen organizado». 

En las últimas 24 horas son ya cinco los efectivos policiales fallecidos, tres en Guayaquil y dos en Durán, mientras que otros cuatro resultaron heridos y ocho guardias penitenciarios fueron tomados como rehenes en el penal de Esmeraldas, aunque luego fueron liberados. 

Desde la madrugada de este martes, las ciudades de Guayaquil y Esmeraldas se han visto sacudidas por varios atentados, incluyendo la explosión de coches bomba. Según los informes, en Guayaquil se registraron al menos 10 ataques con explosivos.  

Entretanto, explotó también en Durán una bomba colocada a pocos metros de la oficina del agua potable y de otra habilitada para cancelar impuestos. Por fortuna, el estallido tuvo lugar cuando la zona se encontraba vacía. 

De otra parte, los saqueos se han extendido por la ciudad, obligando a los dueños de negocios a cerrar sus locales. En el centro de Guayaquil reina el caos por efecto de robos y asaltos. 

Frente a esa situación, la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, declaró que Ecuador «vive un momento extremadamente delicado» y que «toda información debe basarse en los organismos oficiales del Gobierno». «Ante estos hechos, sugerimos a las familias guayaquileñas tomar las precauciones del caso y no exponerse innecesariamente», dijo. 

La ola de violencia está vinculada a una disputa de poder entre bandas de narcotraficantes, que ya lleva varios meses pero recrudeció en las últimas horas como respuesta al traslado de presos de la cárcel Guayas 1, en el puerto de Guayaquil.  

Esa misma penitenciaría ha sido uno de los principales escenarios de cruentas masacres entre reclusos, que han dejado unos 400 muertos desde febrero de 2021. 

La reacción de Lasso 

El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, declaró el estado de excepción en Guayas y Esmeraldas, con toque de queda desde este 1 de noviembre a partir de las 9 de la noche (hora local). «Las fuerzas del orden van a intensificar sus operativos para garantizar la seguridad de los ciudadanos», dijo Lasso y advirtió que no le «temblará la mano» en el combate contra la delincuencia.  

Esta vez, la crisis obligó al presidente del país a suspender una visita a EE.UU., que se proponía cumplir del 2 al 6 de este mes. 

«Cancelé el viaje planificado, debido al momento crítico que vive nuestro país. Estamos reunidos para tomar acciones inmediatas en Guayaquil y Esmeraldas. Enfrentaremos la crisis con medidas duras, dentro de la ley«, dijo Lasso desde su cuenta de Twitter. 

(RT)