El filósofo y analista político venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela abordó en la reciente emisión de Desde Donde Sea el desarrollo de la decimoséptima cumbre del Grupo de los Veinte (G20), que se celebró en la isla de Bali, Indonesia.
A la cita anual acudieron altos dignatarios de los países con las 20 economías más grandes del mundo, incluyendo a la Unión Europea, a la que se le otorga un tratamiento de Estado-Nación. Y si bien surgió inicialmente como una reunión de ministros de economía y finanzas, desde la crisis financiera de 2008 derivó en foro político, sin que ello implique la suspensión de debates sobre temas económicos, que todavía siguen marcando la agenda formal del encuentro.
En este marco ocurrió lo que desde su punto de vista constituye un punto trascendental: la primera reunión cara a cara entre los presidentes de China, Xi Jingping, y de Estados Unidos, Joe Biden, que se extendió por más de tres horas y se suponía que debía servir para definir una hoja de ruta destinada a regularizar sus relaciones bilaterales, que atraviesan su punto más bajo en varias décadas.
El propio Biden había expresado que tenía interés en debatir con Xi las «líneas rojas» de los dos países, que están signadas por la guerra comercial iniciada durante el gobierno de Donald Trump, la cuestión de Taiwán y el creciente militarismo de la OTAN y sus aliados en el Indopacífico, recordó el comunicador.
Con respecto a las reacciones de las partes, mencionó que del lado chino valoraron el encuentro con aires positivos. En el informe presentado a la prensa por el canciller, se destacó el papel de los liderazgos de los dos países en el rumbo de los nexos binacionales y se enfatizó en los acuerdos de cooperación derivados de sus intereses comunes, pero en contraste, el resultado no parece haber sido el esperado por la Casa Blanca.
(LaIguana.TV)