La maquinaria mediática al servicio de las potencias occidentales se ha dedicado a manipular sobre los motivos y el alcance de las protestas en China. Las manifestaciones pacíficas y focalizadas se deben al cansancio respecto a las medidas de restricción de la movilidad debido al covid, pero el aparato comunicacional global asegura que son disturbios para derrocar al gobierno de Xi Jinping

Este fue uno de los temas complementarios del programa Desde Donde Sea, que dirige el filósofo y comunicador político venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela. 

“Luego de enfocarse por meses en las protestas en Irán, ahora la atención mediática se ha mudado a China y pretenden hacer ver que hay una rebelión generalizada contra el gobierno de la superpotencia”, recalcó.  

El contexto 

Casi tres años después de haberse registrado el primer caso de covid-19 en Wuhan, China padece la peor ola de contagios, superando las dos decenas de miles de infectados por día.  

Ante esto, las autoridades del país optaron por mantener su política de «cero covid», consistente en duros confinamientos, jornadas masivas de despistaje y rastreo minucioso de contactos.  

La diferencia es que, en esta oportunidad, el hartazgo ante las medidas estrictas adoptadas por Beijing se hizo presente en un gran número de ciudades, donde miles de personas salieron a las calles a exigir un alivio a las restricciones.  

Según informes mediáticos, el detonante de las manifestaciones fue la muerte de varias personas en un incendio que se produjo en un edificio cuyos residentes estaban confinados.  

“Aquí explotan las protestas que son presentadas por la mediática como un golpe de Estado contra Xi Jinping”, puntualizó el moderador. 

Si bien las manifestaciones son reales y están efectivamente asociadas al cansancio por las cuarentenas prolongadas, la prensa occidental ha intentado atribuirles un carácter insurreccional contra el gobierno del presidente Xi Jinping del que aparentemente carecen.  

Estados Unidos “monitorea” 

En línea con la estrategia mediática, la Casa Blanca comunicó el lunes que «monitorea» las protestas en China y continúa «apoyando» el derecho a expresar disidencia de manera pacífica.  

“Bueno, no es eso lo que se ve en Estados Unidos, donde más bien es frecuente ver policías blancos sofocando y asesinando a manifestantes de las minorías”, comentó Pérez Pirela. 

Además, Washington afirmó que los manifestantes exigen «libertades» y el Departamento de Estado calificó como «excesivas» las políticas implementadas por las autoridades chinas para contener los contagios.  

“Esto es increíble: ahora resulta que la política sanitaria de China debería estar sujeta a lo que piensa Estados Unidos, un país que hizo el ridículo planetario durante la pandemia, lo que le costó la vida a miles de personas”, reaccionó el presentador. 

Un informe preparado por la AFP sobre el pronunciamiento del gobierno de los Estados Unidos acerca de la situación en China, no solo recoge las expresiones de los funcionarios estadounidenses, sino que directamente compara las actuales manifestaciones con las de 1989, a las que catalogan de «prodemocráticas».   

Como cabía esperar, el gobierno chino tomó cartas en el asunto. Con relación al incendio que dejó víctimas fatales, voceros autorizados aseguraron que la labor de los bomberos no se vio impedida por causa de los confinamientos.  

También anunciaron la revisión integral de la política «cero covid» para hacerla más eficiente y menos problemática para la población, así como una aceleración de la vacunación entre los adultos mayores, que en el país suman unos 100 millones de personas.  

“Calculen lo colosal que deben ser las políticas sanitarias en ese país, cuando hablamos de 100 millones de habitantes solo en el renglón de tercera edad”, dijo Pérez Pirela. 

Aunque las autoridades no se pronunciaron directamente, analistas y expertos consultados por la prensa rechazaron los intentos de Occidente en presentar las manifestaciones como una prueba de descontento hacia el gobierno central.  

(LaIguana.TV)