El intento de golpe de Estado perpetrado por bolsonaristas contra el recién instalado gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva apenas una semana después de haber jurado para un tercer período presidencial, permite vaticinar que el líder izquierdista no la tendrá fácil en los últimos cuatro años y deberá apoyarse en el pueblo para derrotar las tentativas antidemocráticas.

Para debatir sobre este importante asunto, el periodista Clodovaldo Hernández entrevistó en su programa Cara a Cara al líder social Alexandre Conceiçao, miembro de la dirección del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, vanguardia en las luchas populares del continente durante las últimas cuatro décadas.

El dirigente sostuvo que en su pretensión de apoderarse de todas las riquezas, el imperialismo estadounidense ha socavado las democracias de la región a través de diversos métodos, incluyendo intentos de golpe de Estado, bloqueos comerciales y sanciones financieras, golpes parlamentarios, represión y persecuciones judiciales.

Así, destacó que las fuerzas populares brasileñas emprendieron una «larga lucha para derrotar a Bolsonaro», que logró ascender al poder tras la destitución de Dilma Rousseff y el encarcelamiento de Lula con el apoyo de la Iglesia Evangélica y milicias del crimen organizado.

Enfatizó que las acciones del pasado 8 de enero contaron con la participación de estos grupos y fueron respaldadas por Jair Bolsonaro, sus hijos, funcionarios de la Policía Militar, el gobernador del Distrito Federal y el jefe de seguridad de Brasilia, pero fueron respondidas con multitudinarias manifestaciones a favor de Lula en más de 100 ciudades brasileñas.

Conceiçao insistió en que ante este panorama, el gobierno de Da Silva será «de alto combate en la calle», deberá volcarse hacia el pueblo y tendrá que estrechar alianzas regionales, particularmente con otros gobiernos de izquierda que han resistido los embates imperiales, como Cuba, Venezuela y Bolivia.

Al ser consultado por Hernández sobre la posibilidad de que se replique un escenario similar al que se consumó tras la remoción de Rousseff, aseguró que «es difícil» que se produzca una traición en el seno del gobierno y, antes bien, estima que la desestabilización continuará desde fuera, aunque siempre en contubernio con sectores de la burguesía local.

A su parecer, las permanentes agresiones del imperialismo estadounidense obligan a que América Latina «busque su camino» y apueste por la noción de Patria Grande, a partir del fortalecimiento de sus mecanismos de integración más novedosos, particularmente la CELAC y los movimientos sociales del ALBA, pues se enfrentan a los mismos enemigos.

Para concluir, remarcó que «Venezuela es una luz» en la resistencia contra la desestabilización y el combate contra las ya largas décadas de neoliberalismo en la región, pues si bien este modelo sufrió un importante revés en la recordada cumbre de Mar del Plata a mediados de la década de los 2000, no han cesado los ataques contra las democracias populares ni las expoliaciones de recursos y nuestro país ha dado el ejemplo en esa prolongada lucha.

Los invitamos a disfrutar de la entrevista completa en el canal de YouTube de LaIguana.TV.

(LaIguana.TV)