En el terreno y en el clubhouse, Tiburones de La Guaira es un dechado de armonía y eso que llaman en el beisbol teamwork. La procesión va por dentro, en las oficinas, entre los propietarios anteriores y el nuevo dueño. Es un secreto a voces, pero tapado por el ensordecedor ruido de la samba y de una afición emocionada al extremo, que lleva 36 años esperando un campeonato.

Sucede que la operación de compra-venta ya se concretó y el nuevo propietario, el empresario Wilmer Ruperti, ha invertido grandes sumas que han ayudado a hacer posible la extraordinaria campaña del conjunto, que lo ha llevado hasta la serie final por primera vez en once años. Pero la vieja administración no ha hecho entrega formal de la gerencia y, muy por lo contrario, algunos de los anteriores dueños, andan en onda de “ganar indulgencia con escapulario ajeno”.

El  principal señalado por esta conducta es Antonio José Herrera, la cara visible de los propietarios de La Guaira durante los últimos años, pese a que sus vínculos familiares son más bien con la familia de los Cardenales de Lara.

Herrera ha sido durante esos años el blanco de las críticas más amargas de la fiel fanaticada guairista, que lo acusa de hablar mucho y hacer poco por el equipo. En las redes sociales han sido recurrentes las expresiones de disgusto cada vez que Herrera ha anunciado sus planes para un nuevo campeonato. “Deja el blablablá de los últimos veinte años y métete la mano en el bolsillo”, ha sido el típico mensaje dirigido a quien tenía la mayoría accionaria hasta el año pasado.

En los últimos tiempos, el clamor ha sido que los anteriores dueños, y en especial Herrera, hagan mutis: “Termina de vender el equipo”, “Termina de entregar el equipo y quédate callado”, “Ese equipo te quedó grande, entrégalo”, “Vende y lárgate, que igual siempre formarás parte de la historia más oscura de los Tiburones”, “Que el rush de felicidad no te haga cambiar de opinión. Vende el equipo. Gracias por nada, besos”, dicen algunos de los tuits.

Uno de los comentaristas en la red social parece tener datos adicionales sobre el tema. El usuario Rhonald 26 dice: “Señor, no se monte en esta ola. Este éxito pertenece a los nuevos inversionistas que lo pusieron contra la pared y le dijeron ‘o vende el equipo o se lo declaramos patrimonio del estado La Guaira’. Así que no rece con escapulario ajeno: tenga dignidad y termine de irse, chulo. Sería bueno que respondieras por todos los dólares preferenciales que recibiste en este tiempo”.

Algunos participantes en la controversia son partidarios de una tregua mientras dure la serie final, que comienza este lunes contra los Leones del Caracas. Dicen que dirimir este asunto ahora solo podría generar malas energías al equipo que ganó su último título en el torneo 1985-1986, justamente contra Leones.

(LaIguana.TV)