“Se fue dejando deudas con la justicia, habiendo entregado oro, activos y empresas de Venezuela a otros países, luego de haber contratado mercenarios para que invadieran el país. Cometió todo tipo de tropelías y simplemente se fue luego de presentar una carta diciendo boberías. Esa es la cruda realidad”, expresó Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde donde sea, en el que analizó la huida del exdiputado Juan Guaidó y la reciente Conferencia Internacional sobre Venezuela, celebrada en Bogotá.

Comentó que “las encuestas previas a su huida solo le daban 2% de popularidad. Por eso, y al saber que Leopoldo López negoció la candidatura con Manuel Rosales, optó por irse a Miami a disfrutar los miles de millones de dólares que se robó”.

Mostró el Iguanazo, caricatura en la que la figura de Guaidó avanza en veloz carrera sobre un mapa del país norteamericano. La leyenda dice: “A los corruptos, todos los caminos los conducen a Estados Unidos”.

Comentó que a su llegada al aeropuerto solo lo estaban esperando Carla Angola y otros periodistas tarifados, de la llamada “prensa libre”, la que cobra cash por sus publicaciones.

“Al llegar dijo que estaba preocupado por su mujer y sus hijas, pero no se las llevó… ¿Raro, verdad?” -señaló el director de LaIguana.TV -. Supuestamente estaba bajo vigilancia las 24 horas del día, pero se fue como Pedro por su casa”.

Los hechos

Pérez Pirela hizo un recuento de los acontecimientos principales, señalando que la mañana del lunes 24 de abril, el exdiputado Juan Guaidó sorprendió a propios y a extraños al anunciar en un comunicado publicado en sus redes sociales que había decidido irse del país y que se encontraba en Colombia para sostener «encuentros» en el marco de la Cumbre Internacional convocada por el presidente Gustavo Petro.

“Hay quien dice que se fugó, pero la verdad es que no estaba preso ni con casa por cárcel y, más bien, andaba en campaña, así que no puede hablarse de fuga. Lo que pasó es que al llegar a Colombia le pararon el trote. Ya no son los tiempos de la guachafita de Duque, cuando él entraba y salía protegido por los genocidas de Los Rastrojos. Esta vez entró irregularmente y allá le dijeron que si había hecho eso, tenía que irse y lo máximo que podrían hacer por él era conducirlo hasta un vuelo comercial. Así lo hicieron y llegó a Estados Unidos como cualquier persona, no fue recibido por absolutamente nadie y entró con cara de perdedor”, comentó el filósofo y comunicador político venezolano.

Mostró el titular de LaIguana.TV: “¡Juan Guaidó se fue! Apareció en Colombia con una carta de despedida…”

La nota indica que Guaidó informó que amaneció en Colombia, país al que ingresó, según sus propias palabras, por medios irregulares.

«Acabo de llegar a Colombia, de la misma manera que lo han hecho millones de venezolanos antes que yo», se lee en el comunicado que publicara en su cuenta de Twitter.

La especie resulta completamente inverosímil, toda vez que no queda claro cómo alguien con su nivel de exposición mediático pudo pasar desapercibido y «a pie» hacia Colombia por un cruce ilícito, sin que persona alguna registrara su tránsito.

“Todo esto fue creado por Estados Unidos y concretamente por el procónsul James Story, que lleva naricieados a los opositores venezolanos desde Colombia”, acotó el moderador.

En la comunicación también dijo que su presencia en el vecino país se inscribía «en el marco de la cumbre convocada por el presidente Petro este martes 25 de abril», informó que solicitaría reunirse «con las delegaciones internacionales que asistirán» y adelantó que emprendería una gira internacional para conseguir apoyos para su causa.

«Espero que la cumbre pueda garantizar que el régimen de Maduro regrese a la mesa de negociaciones en México y se acuerde un cronograma creíble para unas elecciones libres y justas como solución al conflicto», manifestó en otro punto.

Adicionalmente aseguró que se encontraría «con la diáspora venezolana, a quienes el régimen de Maduro ha expulsado y les está negando sus derechos básicos, y de participar en la primaria de este año y en las elecciones presidenciales».

Como razón para evadir la prohibición de salida del país que pesaba sobre él, Guaidó adujo que «en los últimos días» el gobierno venezolano –al que tildó de «régimen»– elevó «amenazas» en su contra que él no estaba «dispuesto a permitir».

Sin embargo, estos dichos contrastan abiertamente con la realidad. De un lado, Caracas ha tenido sobradas razones para encarcelarlo desde que decidió autoproclamarse «presidente interino» en una plaza en enero de 2019 y nunca lo hizo; de otro lado, ¿cómo pudo escaparse, si estaba sometido a constante vigilancia, como se ha encargado de decir en innumerables ocasiones?

En relación con su devenir político, sus expresiones fueron deliberadamente ambiguas:

«La lucha por la libertad de Venezuela exige hacerlo unidos, y pasa por lograr las garantías necesarias para una primaria que se respete y que sea el factor aglutinador de la mayoría. Para que esa lucha funcione, tenemos que lograr que la elección presidencial sea realmente una oportunidad de cambio y de reencuentro para Venezuela. Eso tiene que estar por encima de cualquier candidatura o interés personal».

Guaidó figuraba como el abanderado del partido ultraderechista Voluntad Popular para las elecciones internas que organiza la autodenominada Plataforma Unitaria, pautadas para el próximo 22 de octubre.

Tampoco puede dejarse de lado que a mediados de abril retó al presidente Nicolás Maduro a fijar la fecha de los comicios presidenciales –constitucionalmente previstos para 2024– y adelantó que el gobernante sería derrotado.

De nuevo, sus expresiones viajan a contrapelo de la realidad. Si se consultan sondeos de popularidad, independientemente de la firma que los realice, Juan Guaidó acumula porcentajes de rechazo superiores al 80%, por lo que resulta completamente increíble que él pueda derrotar en las urnas a cualquier otro candidato.

De acuerdo con Pérez Pirela, “las encuestas previas a su huida solo le daban a Guaidó 2% de popularidad. Por eso y al saber que Leopoldo López negoció la candidatura con Manuel Rosales, optó por irse a Miami a disfrutar los miles de millones de dólares que se robó”.

Las verdaderas razones de la huida

En todo caso, la aparentemente sorpresiva misiva dejó más interrogantes que respuestas, pero rápidamente empezó a despejarse el panorama y se hicieron públicas las razones reales por las que el dirigente decidió huir de Venezuela.

La primera aclaratoria vino de la mano de la cancillería colombiana, que se aprestó a desmentir sin concesiones a Guaidó, al recordar que no había sido invitado a la Cumbre.

«La Cancillería informa que en la Conferencia Internacional sobre el proceso político en Venezuela de este 25 de abril solo participarán los países invitados a este diálogo. El canciller Álvaro Leyva no ha invitado a este espacio al señor Juan Guaidó», se lee en un escueto comunicado publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

A título personal, Leyva fue todavía más duro y advirtió que el gobierno de Gustavo Petro no dejaría pasar sin más su ingreso irregular a territorio colombiano.

Otra nota de LaIguana.TV reseñó la situación: “Canciller Leyva advierte a Guaidó: ‘Entró de forma inapropiada y en Colombia cumplimos la ley’».

El texto de esa noticia precisa que el canciller de Colombia, Álvaro Leyva, advirtió que el exdiputado Juan Guaidó ingresó a la nación neogranadina de manera irregular y que su país está comprometido con hacer cumplir y respetar las leyes.

En declaraciones a los medios, Leyva recalcó que Guaidó no podía participar de la Conferencia porque no estaba invitado, al tiempo que señaló que el político venezolano se encontraba en ese momento en «paradero desconocido» y advirtió que si no aparecía, correría «riesgos».

La primera conclusión, acaso muy obvia, es que el gobierno de Gustavo Petro no es el gobierno de Iván Duque, que fungió como el principal aliado del pretendido interinato de Juan Guaidó, al punto de respaldar numerosas acciones sediciosas contra el Gobierno Bolivariano y de amparar el expolio de Monómeros.

También es evidente que si bien el gobierno de Duque permitió a Guaidó andar a sus anchas por pasos irregulares y dejó que el grupo narcoparamilitar Los Rastrojos lo escoltara hasta Bogotá como que si se tratara de una acción completamente normal, el gobierno actual está muy lejos de aceptar lo mismo.

De allí que no resulten para nada sorprendentes estas airadas reacciones del canciller Leyva Durán, que junto con Petro, recibió a representantes de la Plataforma Unitaria el pasado fin de semana, con el objetivo de escuchar todas sus demandas y propuestas antes de la Conferencia.

La visión de Blyde

Sobre este asunto, Gerardo Blyde, jefe de la delegación de la Plataforma Unitaria, calificó la reunión como «muy productiva», aseguró que habían sido escuchados y subrayó que el objetivo principal del grupo es que la Conferencia Internacional permita que se reanuden los diálogos de México.

Las declaraciones del jefe negociador de la Plataforma resultan particularmente elocuentes, en el sentido que dejan claro el interés del gobierno colombiano en presentarse como un mediador confiable y no parcializado.

Si se presta atención, se nota que en la comitiva que flanqueaba a Blyde tras la reunión con Petro y Leyva, no estaba el exdiputado Freddy Guevara, representante del partido Voluntad Popular –al que pertenece Guaidó– en la mesa de conversaciones con el Gobierno Bolivariano instalada en México.

Es decir, con independencia de lo expresado por Juan Guaidó en su lacrimosa «carta de despedida», su grupo ya había apostado por atentar contra el éxito de la Conferencia Internacional, al evitar un encuentro cara a cara con altos personeros del gobierno de Colombia.

Así las cosas, la maniobra del ingreso irregular de Guaidó a Colombia, así como su intento de chantajear al Ejecutivo de ese país para que le dieran voz en un escenario en el que nunca estuvo prevista su participación, pareció destinada a presentar a Guaidó como víctima de la intolerancia de un negociador parcializado y, por ende, poco confiable.

“La jugada le salió malísima”, enfatizó el presentador.

Lejos de inmutarse, Juan Guaidó aprovechó el revuelo que había causado su presencia irregular en suelo colombiano para continuar con el espectáculo y avanzar comentarios sobre una supuesta persecución en contra de él, de su esposa e hijas –en la carta solo habló de él–, que había sido capaz de atravesar la frontera.

En pocas palabras: acusó al gobierno de Gustavo Petro de perseguirlo y obligarlo a abandonar Colombia rápidamente, por instrucciones de su homólogo venezolano, Nicolás Maduro.

«Me están sacando de Colombia», dijo en un video difundido a través de sus redes sociales, lo que rápidamente fue replicado por la prensa hegemónica dentro y fuera de ese país, a la que no le pareció pertinente consultar a la Cancillería, a Migración Colombia o a la oficina de prensa de la Presidencia antes de difundir las falsedades de Guaidó.

Además, en lo que solo puede calificarse como un acto de infinita arrogancia, pretendió marcarle pauta a los participantes de la Conferencia Internacional, antes de abordar un avión comercial rumbo a los Estados Unidos.

En demostración de que Bogotá no dejaría a Guaidó y a la prensa decir lo que les viniera en gana, particularmente si trata de mentiras, la Cancillería colombiana publicó otro comunicado a través de sus redes sociales en el que aclaró lo que realmente había sucedido.

LaIguana.TV tituló su nota así: “¿Gobierno de Colombia dispuso de un avión para trasladar a Guaidó a EEUU?”.

En el cuerpo de la noticia se puntualiza que la Cancillería de Colombia aclaró la noche de este lunes que no es cierto que el gobierno de dicho país haya dispuesto de un avión para trasladar al exdiputado venezolano Juan Guaidó a Estados Unidos y añadió que el pasaje ya había sido adquirido por el dirigente.

«En horas de la tarde Migración Colombia condujo al señor Juan Guaidó, de nacionalidad venezolana, que se encontraba en Bogotá de manera irregular, al aeropuerto El Dorado con el ánimo de verificar su partida en una aerolínea comercial a Estados Unidos durante la noche», reza un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.

Opiniones de Maduro y Cabello

Entretanto, desde el gobierno de Venezuela no se explicó cómo logró Guaidó llegar hasta Colombia si sobre él pesa una prohibición explícita de salida del país, amén que es sujeto activo en las investigaciones que adelanta el Ministerio Público sobre el latrocino contra la República perpetrado durante su pretendido gobierno paralelo.

No obstante, tanto el diputado Diosdado Cabello como el presidente Nicolás Maduro expresaron comentarios sobre las razones que habrían impulsado a Guaidó a escapar del país y, sobre todo, quién estaba detrás de este movimiento.

«’Le quitaron la candidatura y tuvo que huir’: Diosdado sobre el ‘escape’ de Guaidó a Colombia, reza el titular de LaIguana.TV al respecto.

En esta nota se señala que el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, aseguró este lunes que el exdiputado Juan Guaidó optó por salir irregularmente del país tras perder el respaldo de su partido, Voluntad Popular.

También se refirió a la aclaratoria que publicara la Cancillería colombiana, en la que se descartó la presencia de Guaidó en la Cumbre Internacional sobre la situación política en Venezuela que se celebraría este 25 de abril en Bogotá, a instancias del gobierno del presidente Gustavo Petro.

En su criterio, al precisar que el exparlamentario no estaba «invitado a ninguna parte», el Ejecutivo neogranadino le hacía «honor a lo que estaba planificado».

En la misma línea, Cabello tachó de «cobarde» a Juan Guaidó por haber huido tras haber desafiado electoralmente a Maduro.

Por su lado, Maduro señaló directamente al gobierno estadounidense de haber maniobrado para conseguir el escape de Guaidó a través del inefable James Story, funcionario diplomático designado por Washington para asuntos de Venezuela que despacha –o despachaba– desde Colombia.

En una intervención televisada, el mandatario sostuvo que Story había corrido con los gastos del pasaje aéreo que le permitiría a Guaidó viajar hacia los Estados Unidos.

Conviene decir que en ese momento no se había hecho público el viaje aéreo de Guaidó, pues el video en el que él mismo confirmó que partiría de Bogotá rumbo a Estados Unidos se difundió posteriormente.

Finalmente, se conoció que Juan Guaidó aterrizó en Miami la noche del 24 de abril más solo que la soledad. “¿Se acuerdan cuando lo recibían con alfombras rojas y llegaba en aviones presidenciales?”.

Las imágenes resultan bastante elocuentes, pues en lugar de una multitud, lo esperaba un recinto prácticamente vacío y unos pocos periodistas de medios con línea editorial abiertamente favorable al político.

Guaidó aprovechó la presencia de las cámaras para insistir en que tanto su familia como su equipo de trabajo, a las que dejó abandonados, son víctimas de la «persecución» política en Venezuela, pero cuando se le preguntaron detalles, se negó a darlos, porque, en su decir, las vidas de estas personas están en peligro.

Sin rubor alguno, Guaidó acusó a la Casa de Nariño de perseguirlo y de no permitir que se reuniera con delegados internacionales que se encontraban en Bogotá para asistir a la Cumbre, algo que, según él, le había prometido el canciller Álvaro Leyva.

Llegó tan lejos en su versión como para decir que Leyva lo había amenazado y que incluso se barajó la opción de deportarlo. “Es un mitómano”, dijo.

¿Qué hay detrás del escape de Guaidó?

Presentó otro Iguanazo, en el que aparece el Tío Sam en dos cuadros. En el primero, muy circunspecto, afirma que los compromisos de los Estados Unidos son siempre muy serios. En el segundo, hace gestos de burla, saca la lengua, hace trompetillas y dice: “Así”.

“Yo estoy de acuerdo: los compromisos de Estados Unidos son siempre muy poco serios”, puntualizó Pérez Pirela.

La insistencia de Guaidó en contradecir las declaraciones de las instituciones y altos funcionarios de Colombia, obligaron a que fuera el propio Gustavo Petro quien se encargara de desmentir su versión.

«Al señor Guaidó no se le expulsó. Es mejor que la mentira no aparezca en la política. El señor Guaidó tenía un acuerdo para viajar a Estados Unidos. Nosotros lo permitimos por razones humanitarias, a pesar de la entrada ilegal en el país», manifestó en su cuenta de Twitter en respuesta a un trino publicado por un medio local.

Según la visión del moderador, si se lee bien, Petro llamó a Guaidó mentiroso e informó que, a pesar de que tenía razones válidas para entregarlo al gobierno de Venezuela, no lo hizo porque mediaba un acuerdo con Washington, lo que viene a confirmar la implicación estadounidense en el escape de Guaidó que adelantó Maduro en su programa televisivo.

En otro hilo, que también era respuesta a un medio de comunicación, Petro criticó nuevamente que Guaidó entrara irregularmente a Colombia y, sin pelos en la lengua, acusó a «cierto sector político» de pretender boicotear la Conferencia Internacional que se celebraría al día siguiente.

Mostró los tuits en los que explicó como debió actuar Guaidó si hubiese querido solicitar asilo.

Este proceder de Guaidó, quien fue un aliado estrecho del expresidente Iván Duque y otros dirigentes del uribismo, también produjo reacciones entre los políticos colombianos que apoyan a Petro, como el representante Alejandro Ocampo.

En entrevista con la W Radio, Ocampo tildó a Guaidó de «mentiroso» y cuestionó al partido Centro Democrático por presentarlo como un prócer, cuando en realidad es todo lo contrario, pues fue una pieza necesaria en la política confrontacional contra Venezuela impulsada por Duque.

El congresista también les echó en cara a los políticos uribistas que durante el gobierno de Iván Duque, Guaidó cruzaba a Colombia por pasos ilegales en compañía de los genocidas Los Rastrojos, demandó explicaciones sobre el dinero que se le entregó a Duque con cargo a la migración venezolana y los señaló de haber usado a los migrantes para obtener réditos políticos, aunque el Estado colombiano no tenía cómo atenderles debidamente.

Balance preliminar

“Con el mosaico casi completo, coincidimos con Petro en que con su intempestiva aparición, Guaidó pretendía restarle credibilidad a un proceso del que ya se había autoexcluido, como demuestra la ausencia de su delegado, Freddy Guevara, en la reunión de la delegación de la Plataforma Unitaria con el Ejecutivo neogranadino previa a la Cumbre de este martes”, dijo Pérez Pirela al comenzar sus conclusiones sobre el tema.

Asimismo, el propio mandatario colombiano reveló que mediaba un acuerdo con el gobierno de Joe Biden para garantizar la salida del exparlamentario venezolano hacia los Estados Unidos, por lo que mal podría decirse que se trató de una situación sobrevenida, como insiste en presentarla Guaidó.

Antes bien, todo parece indicar que uno de los puntos que abordaron Petro y Biden en su reunión bilateral la semana pasada fue el destino de Guaidó, y que el gobierno de Venezuela no solo no estuvo ajeno a esa conversación, sino que aceptó la propuesta como parte de las negociaciones. “Es una de varias hipótesis que seguimos investigando”, aseguró el conductor de Desde donde sea.

“No tenemos cómo confirmar fehacientemente esta hipótesis, pero sí advertimos que también apuntan en esa dirección las declaraciones ofrecidas por funcionarios del Departamento de Estado entrevistados por la agencia EFE tras la llegada de Guaidó a Miami”, acotó.

Otro titular de LaIguana.TV fue: “Lo dice EFE: EEUU ayudó a Juan Guaidó a huir a Miami desde Colombia”.

El despacho asevera que el gobierno de los Estados Unidos ayudó al exdiputado Juan Guaidó a viajar a la ciudad de Miami desde Colombia, país al que ingresó irregularmente procedente de Venezuela, reportó EFE citando fuentes del Departamento de Estado.

«Juan Guaidó cree que está amenazado y salió de Venezuela hacia Colombia. Le ayudamos a que continuara con su salida a Estados Unidos», dijo un funcionario estadounidense a la agencia española.

Al ser consultado sobre si Guaidó pidió o planea pedir asilo en ese país, la fuente sostuvo que «no puede hablar» sobre el tema.

Por su parte, el portavoz adjunto del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Vedant Patel, relató en una rueda de prensa que el político venezolano recibió ayuda de diplomáticos estadounidenses en Bogotá, en una operación que se ejecutó con la «estrecha colaboración» del gobierno del presidente Gustavo Petro.

“Si se presta atención a lo que el funcionario estadounidense dijo a EFE, se advierte que la idea de que Guaidó está amenazado es algo que él sostiene, pero que no necesariamente Washington cree –sostuvo Pérez Pirela-. A esta conclusión también puede arribarse si se analiza lo que expresó el portavoz del Departamento de Estado ante la prensa: la Casa Blanca prestó ayuda a Guaidó porque él lo pidió, no porque de entrada consideraran que debían «ayudar».

“Parecen detalles ínfimos que tienen escasa importancia sobre el resultado final, la huida de Guaidó, pero que en nuestra opinión, esbozan el camino que realmente se siguió para otorgarle una salida ‘digna’ (que no lo fue) al otrora delfín del gobierno de Estados Unidos para derrocar a Nicolás Maduro, tras haber reconocido que esa estrategia de ‘máxima presión’ fracasó –agregó el moderador-Guaidó fracasó y con él fracasaron Julio Borges, Freddy Guevara y todos los otros de la banda”.

De igual modo, no parece estar descartada la idea de ofrecerle asilo político, lo que en la práctica lo inhabilita para el ejercicio de cargos de elección popular en Venezuela en el corto plazo, visto que esta medida se otorga solo cuando el gobierno de un país persigue a una persona por sus ideas.

“Este punto también nos sirve para cuestionar la versión sobre la persecución política y las amenazas de las que estarían siendo objeto los familiares y colaboradores de Guaidó, aspectos sobre los cuales no ha presentado prueba alguna –destacó-. Es evidente que, de así quererlo, el gobierno venezolano pudo haberlo arrestado en cualquier momento. Por tal motivo, no resulta verosímil que haya dejado atrás a su entorno íntimo, cuando, según él, sus vidas están en riesgo. Además, si fue así, se fue como un cobardón y dejó acá a su familia. No ha precisado si sus parientes y colaboradores están en Venezuela o si, por lo contrario, se marcharon antes o después de su escape.”.

Agregó que si tal era el contexto, hay que preguntarse por qué dejó a su familia en manos de lo que denomina una «dictadura», en lugar de llevársela consigo. “De su boca supimos que no llegó a Bogotá ‘a pie’, como dijo en el comunicado publicado en Twitter, sino que se desplazó por carretera desde Cúcuta. Pero intuimos que no llegó a la frontera caminando ni en una unidad de transporte de pasajeros como las que utiliza la gente común y que una vez en suelo colombiano, tampoco se desplazó a la vista del público, lo que hace pensar que el viaje no fue inseguro, pese a su insistencia en presentarlo como tal”.

Dijo que estas ambigüedades le resultan funcionales para presentarse como víctima, que por culpa de dos gobiernos aliados –Venezuela y Colombia–, se vio obligado a dejar a los suyos expuestos al peligro, aunque no hay ningún indicio que soporte tales afirmaciones.

En el balance de Pérez Pirela, pese al show mediático, es claro que fracasó su estrategia para torpedear la Conferencia Internacional sobre Venezuela organizada por el gobierno de Colombia. Petro y su canciller, Álvaro Leyva, no solo no le permitieron chantajes y mentiras, sino que hablaron directamente con la administración Biden, que aparece en este escenario como el gestor tras bambalinas del futuro del exparlamentario venezolano.

“Se fue dejando deudas con la justicia, habiendo entregado oro, activos y empresas de Venezuela a otros países, luego de haber contratado mercenarios para que invadieran el país. Cometió todo tipo de tropelías y simplemente se fue luego de presentar una carta diciendo boberías. Esa es la cruda realidad”, concluyó.

(LaIguana.TV)