La Policía Nacional contra la Corrupción (PNCC) ejecutó este lunes una medida de «aseguramiento» en el restaurante ALTUM, a cuyas instalaciones se accedía a través de una grúa que conducía a los comensales a una plataforma ubicada a unos 50 metros de altura, reportó el portal de periodismo de datos abiertos La Tabla.

De acuerdo con sus pesquisas, el local, cuya propietaria oficial es una ciudadana identificada como Nelsy Blanco Gil, tenía capacidad para atender 25 comensales y ocho empleados. Se ofrecía un menú cuyo costo oscilaba entre los 140 y los 180 dólares.

Siempre siguiendo esta versión, Blanco Gil, quien también es dueña de Buono Restaurante, localizado en Altamira –una de las urbanizaciones emblemáticas de clase media y media-alta en la capital venezolana–, anunció jornadas atrás que ALTUM cerraba en razón de la poca afluencia de clientes, lo que atribuyó a «miedo a las alturas».

El medio explica que «la medida cautelar de aseguramiento de bienes indica que sobre el parapeto y sus dueños existen sospechas de participar en delitos».

A este respecto, en el trabajo periodístico se sostiene que «el excéntrico restaurante/plataforma (…) está rodeado de ‘un velo’ que trasluce indicios de delitos derivados de la actuación de la mafia de corrupción» Pdvsa-Cripto.

Una fuente cuya identidad no fue revelada dijo a La Tabla que el empresario Rafael Hernández –quien habría sido aprehendido recientemente por la PNCC por presuntamente haber fungido como testaferro del exdirector de Sunacrip, Joselit Ramírez–, era socio de ALTUM.

(LaIguana.TV)