Estados Unidos está haciendo lo que siempre ha hecho: intentar superar su crisis económica propiciando una guerra que alimente su industria armamentística. Esta fue una de las conclusiones de la tertulia sostenida en el programa Desde Donde Sea por  el invitado, Luis Britto García, y el moderador, Miguel Ángel Pérez Pirela.

Ambos pasaron revista a la compleja situación mundial, de la que el conflicto de Ucrania es apenas una de sus expresiones.

Miguel Ángel Pérez Pirela (MAPP): Estados Unidos está empeñado en esta guerra para escapar de una crisis económica que ya no es inminente sino existente. Se han levantado voces desde Europa, como la de Emmanuel Macron, que les dice a Estados Unidos que no solo les está vendiendo el gas más caro sino que se están llevando las empresas con sede en Europa. Estados Unidos está muy cerca de entrar en default y eso hay que tenerlo en cuenta al analizar esta guerra. Debemos recordar los anteriores conflictos y ver cómo ellos han desplazado la guerra desde el Medio Oriente y África hacia el corazón de Europa. ¿Cómo lo analizas tú?

Luis Brito García (LBG): La economía de Estados Unidos depende de la fabricación de armamento y de las guerras como mecanismos de consumo de armas. Antes de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos estaba en una profunda depresión económica, pero al intervenir en el conflicto logró salir de ella. Vino una segunda crisis, a partir del colapso de los años 1928 y 1929, de la que una vez más sale mediante su participación en la Segunda Guerra Mundial. Las guerras implican gran producción de armamento, acorazados, portaaviones, aviones, tanques de guerra. Y a buena parte de los hombres que andaban por la calle, sin trabajo, le pusieron un casco y unas botas y los mandaron a morirse al frente de batalla.

MAPP: Un negocio redondo.

LBG: Sí, había un dicho en Estados Unidos, inventado por la contracultura: “La guerra es un buen negocio: invierta a su hijo”. Por eso es que después de la Segunda Guerra Mundial ha habido un rosario interminable de guerras. Casi no ha habido un lapso en el que Estados Unidos no esté en una o varias guerras.

MAPP: Ninguna en su territorio, por cierto.

LBG: No. Y es que los armamentos son una mercancía maravillosa porque son hechos para ser destruidos junto con los seres humanos que los tripulan o manejan. Si tú produces automóviles, llega un momento en que se satura el mercado y no se venden más. Pero en cuanto a los armamentos, siempre habrá necesidad, en la medida en que inventes nuevas guerras. Pero, claro, eso llega a un límite. En la actualidad, Estados Unidos debe 143 % de su Producto Interno Bruto (PIB) y al decir esto hay que acotar que ese PIB fue, en algún momento del siglo pasado, el mayor del mundo.  Estados Unidos se han enfrascado en esa carrera loca del armamentismo, pagándole al Tercer Mundo sus materias primas, sus productos y su trabajo y, a la vez, imprimiendo papel verde.

MAPP: Ellos tienen la maquinita de hacer billetes.

LBG: En 1945, como parte de los Acuerdos de Bretton Woods, se estableció que el dólar sería la moneda de referencia mundial, que tenía un teórico respaldo en oro. Pero en 1971, Richard Nixon declaró  que ya el dólar no necesitaba estar respaldado en nada.

MAPP: ¿Eso fue cuando Charles De Gaulle le dijo: “entonces te voy a mandar los dólares para que me devuelvas el oro”?

LBG: Exacto. Y esa es un embuste, una ficción, una fábula que podía durar un cierto tiempo, pero no para siempre. Gran parte de lo que Estados Unidos consume y procesa, lo paga con papel verde que ese mismo país imprime. Todo el petróleo con el que los países de la OPEP han contribuido a consolidar la hegemonía de Estados Unidos y Europa ha sido pagado con papel. Pero esa magia de que ellos impriman un papel y sea aceptado como un valor, ahora se está acabando.  Por eso ha habido una crisis de una cantidad importante de bancos que han caído en efecto dominó. Además, está a punto de entrar en default, aunque seguramente pedirán más dinero prestado para prolongar la quiebra. Esto implica un grave problema en la hegemonía de Estados Unidos y ese es un grave problema para el mundo porque para una nación que ha sido acostumbrada al providencialismo, a presentarse como la mejor y más poderosa del mundo, aceptar que tiene límites es sumamente difícil. Es como un psicópata al que de pronto se le obligue a aceptar las normas de los seres humanos normales.

MAPP: ¿Se vuelve más loco?

LBG: Ajá. Atilio Borón, en una conferencia, creo que en el 2004, dijo que Estados Unidos estaba en decadencia, pero que eso lo hacía más poderoso respecto a América Latina. Y argumentaba que así como Estados Unidos había ganado sus primeras batallas hegemónicas en América Latina, también iba a librar aquí las últimas. Y ahí tenemos tropas de Estados Unidos metidas en Perú. ¿Qué hacen allí? Bueno, Perú es uno de los grandes reservorios de litio; es una ruta, con Brasil, que conecta al Atlántico con el Pacífico; Perú flanquea a Bolivia, que tiene un gobierno progresista. Por eso no es extraño que tenga un contingente militar allí. Es, posiblemente, una de esas últimas batallas que tiene que librar.

(LaIguana.TV)