Rusia fue el único país de Europa que experimentó una deflación de los alimentos en mayo, con una caída interanual récord de los precios del 1,12%, según los cálculos de Sputnik.

Hasta ahora, la deflación anual de alimentos y bebidas no alcohólicas solo se ha producido dos veces en Rusia: en junio de 2018 (0,42%) y en abril pasado (0,22%). Según el director ejecutivo de la Asociación de Productores y Proveedores de Alimentos, Dmitri Vostrikov, la situación actual está relacionada con la reorientación de las rutas logísticas y la expansión de las liquidaciones en monedas nacionales, así como con una cosecha récord de cereales y oleaginosas.

En cuanto a otros países del continente, la inflación de los alimentos siguió siendo más alta en Hungría, aunque continuó desacelerándose, bajando del 39% al 34%. También se registraron importantes subidas anuales de precios en Serbia (23,2%), Eslovaquia (21,7%), Estonia (20,4%) y Ucrania (20,1%).

Al mismo tiempo, la inflación se ralentizó en la mayoría de los Estados europeos, sobre todo en Portugal (reduciéndose en seis puntos porcentuales), Hungría (cinco), Lituania y Eslovaquia (3,7) y Estonia (tres).

No obstante, solo cuatro países registraron tasas de crecimiento anual de los precios inferiores al 10%: Portugal (9,4%), Chipre (8,4%), Suiza (5,3%) y Bielorrusia (4,4%).

En este sentido, Vostrikov resaltó que la inflación en los países europeos es el resultado tanto de la subida de los tipos del Banco Central Europeo como de los elevados precios de la energía.

«El crecimiento de los precios de la energía y de la tasa de refinanciación provoca un aumento de los costes de producción y afecta al precio de producción de todos los bienes europeos, incluidos los alimentos», explicó.

El estudio fue realizado a partir de los datos de las oficinas nacionales de estadística de 40 países europeos. El indicador de inflación alimentaria tiene en cuenta las variaciones de los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas.

(Sputnik)