El Gobierno canadiense reiteró que sigue oponiéndose al uso de municiones de racimo tras la decisión de Estados Unidos de entregar este tipo de armas a Ucrania.

«No apoyamos el uso de municiones de racimo y estamos comprometidos a poner fin a los efectos que tienen las municiones de racimo en la población civil, sobre todo en los niños», afirma la declaración del Ejecutivo, citada por la cadena CTV News.

El Gabinete recordó que Canadá está adherida a la Convención sobre Municiones en Racimo adoptada en 2008, el único tratado internacional que prohíbe la producción y el uso de las municiones de racimo.

El 7 de julio, el Departamento de Defensa estadounidense anunció una nueva asistencia militar para Ucrania que incluye municiones convencionales mejoradas de doble propósito, también conocidas como bombas de racimo.

Las bombas de racimo, también llamadas cluster, de dispersión o fragmentación, son lanzadas en caída libre y contienen un dispositivo que al abrirse libera miles de pequeñas minibombas que se dispersan en un radio de hasta 400 metros.

La munición de racimo está prohibida por un convenio internacional ratificado por 123 países, entre los cuales no están Estados Unidos ni Ucrania.

Numerosos países condenaron la operación militar especial que Rusia lanzó en Ucrania el 24 de febrero de 2022 y desde entonces apoyan a Kiev con suministros de armas, donaciones, ayuda humanitaria y sanciones contra Moscú.

Por su parte, Rusia envió notas de protesta a todos los países que entregan armas a Kiev.

El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió que los países occidentales que apoyan a Ucrania se están convirtiendo en parte del conflicto y cualquier cargamento con armas para Ucrania pasará a ser un blanco legítimo para las Fuerzas Armadas rusas.

(sputniknews)