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El ciudadano José García cree en el proceso. Es un revolucionario convencido: un tatuaje del rostro y la firma del comandante Hugo Chávez en su brazo izquierdo lo corrobora. Hace un mes se sumó al desarme voluntario.

 

Entregó, en la 41 Brigada Blindada de Valencia (Carabobo), un arma de fuego que usaba cuando andaba en “malos pasos”, y que guardó en casa cuando ya no quiso seguir con esa vida. “No estaba haciendo nada con ella, (los armamentos) llaman la atención de los choros, así que me sumé al plan desarme y la entregué”, contó.  

 

Haberse plegado al Plan Nacional de Canje de Armas de Fuego y Municiones mediante el Desarme Voluntario, que arrancó el pasado 29 de septiembre, es algo de lo que García se siente orgulloso: “Yo cumplí, ahora faltas tú. Sí al desarme, dale un punto de confianza al Gobierno”, escribió en su cuenta de twitter hace casi un mes. Pero García aún no recibe el incentivo que le prometieron el día que entregó su 12 mm. Y aunque no está arrepentido de haber apoyado  la iniciativa, se siente estafado: “Entregué mi arma, pedí un crédito productivo y se burlaron de mí”, apuntó.  

 

A García tenían que llamarlo, en un plazo no mayor de 15 días, para hacerle entrega del incentivo, en su caso, un crédito productivo, sin embargo, aún no ha recibido respuestas.

 

 

(Eltiempo.com.ve/LaIguana.Tv)