Para Nayib Bukele se ha dado vuelta el reloj de arena para otro mandato como presidente de El Salvador. Otra hoja blanca para contar una historia que en este caso es de continuidad. En el capítulo de la semana de Entre Líneas abordamos detalles de su primer mandato y las claves de su popularidad, así como los claroscuros de su personalidad política.

Bajo su presidencia, según reseñan los medios de comunicación internacionales, El Salvador se convirtió en el país más seguro del hemisferio occidental. Un presunto ejemplo a seguir en materia de seguridad, pero ¿qué alianzas y negociaciones hay detrás?

¿Reelecto o autoproclamado?

Nayib Bukele se presentó como candidato a pesar de que constitucionalmente esto no está permitido en su país. La Corte Suprema y el Congreso, controlados por el oficialismo, le permitieron saltarse esa norma y por ello el proceso electoral antes, durante y después no está exento de polémicas. Además, las elecciones se llevaron a cabo en medio de un estado de excepción que enmarca la lucha contra la Mara Salvatrucha (MS).

El Salvador, con poco más de seis millones de habitantes concentraba los peores índices de inseguridad y delincuencia del continente, sino del mundo. Bukele en su primer mandato encerró a las maras, controló la inflación, diversificó la moneda de cambio del país y le inyectó bastantes recursos a la industria del turismo. Esto lo hizo debido a que las tasas de homicidio pasaron de superar los 140 por cada 100.000 habitantes en 1995, a caer hasta los 2,4 actuales. Según estimaciones del Banco Mundial, El Salvador presentará un incremento de 2,8% en su PIB en 2024.

La pregunta del millón es a qué costo y quién lo está pagando.

La naturalización de un régimen de excepción

Según datos oficiales en El Salvador desde marzo de 2022 suman más de 75.100 las detenciones a personas que el gobierno acusa de ser pandilleros o colaboradores y de las que más de 7.000 personas habrían salido en libertad condicional. Las organizaciones humanitarias han registrado más de 6.000 víctimas de abusos, principalmente detenciones arbitrarias, pero también torturas, registros sin orden judicial y falta de comunicación con los detenidos. Hoy se acumulan las denuncias de asesinatos de procesados no condenados en los centros de detención, es decir, bajo protección del Estado.

Bukele se defiende asegurando que le sorprende la preocupación internacional por los Derechos Humanos de los pandilleros, pero no por el bienestar de la población “honrada” de su país. El dilema es quién porta la vara que mide y distingue a un honrado de un indecente.

Pagan justos por pecadores

Desde hace varios años la policía de El Salvador puede detener a cualquier persona simplemente por su apariencia. Los tatuajes son especialmente criminalizados. Bajo estas lógicas, al menos el 7% del país ha visitado algún centro de detención por sospecha o por error.

El éxito ante las maras: ¿Gestión o pacto con diversas fuentes de delincuencia?

En 2022 El Salvador destacó como un país más seguro que los estados unidos durante 2023, posicionándose como el segundo territorio con mejor índice de seguridad del hemisferio occidental y según los registros de detenciones en la frontera sur estadounidense, en 2023 el número de salvadoreños que intentaron ingresar ilegalmente al país cayó un 37 %.

Bukele llevó la tasa de encarcelamiento de El Salvador a 1.600 por cada 100.000 habitantes, es decir, el 1,6 % de la población ¿en qué condiciones? Según mandato de Bukele, los reclusos deben trabajar para ganarse la comida en lugar de recibir privilegios o extender redes criminales y no tendrán que salir para asistir a juicios, pues los procesos judiciales se celebran en las instalaciones penitenciarias para evitar traslados y fugas.

La oposición en El Salvador dice que Bukele pactó con cárteles porque si no de qué otra forma el gobierno hubiera podido contener algo tan despiadado como la MS.

El partido Arena asegura que el gobierno de Bukele “estuvo dispuesto a pagar al cártel mexicano Jalisco Nueva Generación para recapturar a un líder de pandilla”, y Bukele se defendió diciendo que esto evidenciaba que estaba “bien activada la red de (George) Soros con sus (medios y periodistas tarifados incluidos) en el cierre de la campaña electoral”.

Y se expande en la región…

En enero de 2023 el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa afirmó que las pandillas, a raíz del régimen de excepción vigente desde marzo de 2022, buscaban «desplazarse» hacia Suramérica. Según Ulloa, su gobierno ya tenía reportes de que algunas células de la MS, se habían instalado en el norte de Chile y otros países del sur. Chile respondió que no tenía información al respecto, pero el presidente de Colombia, Gustavo Petro, sí respondió como anfitrión de una de las dos puertas por donde ingresa al continente el crimen en expansión. Petro llama al ‘método Bukele’ un método de “campo de concentración” para jóvenes. Bukele le respondió que «los resultados pesan más que la retórica”.

Otra cara, en lo que tiene que ver con la expansión del plan de seguridad de Bukele, es que Honduras replicó en 2022 el estado de excepción y Ecuador – luego de ver a bandas criminales tomar un canal de televisión durante una transmisión en vivo – planea construir dos cárceles de máxima seguridad en la Amazonía y la costa del Pacífico del país. El gobierno de Ecuador habría contactado a la empresa encargada de construir las prisiones para encerrar a la MS en El Salvador.

“El dictador más cool”

Bukele. 42 años. Su obra y fama le precede. El decidió que en su país se adoptaría el Bitcoin como moneda de curso legal, dándole así un puntapié al dólar, pero sin plegarse a las iniciativas impulsadas por los países Brics que también apuestan por derribar la hegemonía de la moneda estadounidense.

Bukele es tan polémico como débil es el carisma de quien le hace oposición, aunque le sobre argumentos. Los dos partidos entre los cuales se alternó el poder durante décadas: Arena y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) no dan pie con bola para hacer frente a sus propuestas. Parece no importar cuántos muertos y violaciones a los Derechos Humanos dejen a su paso.

En este contexto en El Salvador, en democracia, hoy hay prácticas de violaciones a Derechos Humanos ya institucionalizadas y barnizadas con un marketing de turismo y playa que cala en los que están dispuestos a abandonar su libertad a cambio de seguridad.

Marketing con presupuesto chino no reembolsable

Bukele va por el siguiente punto en sus aspiraciones personales como figura pública y presidente: ya encerró a la MS, ahora va por los megaproyectos y las grandes infraestructuras, porque requiere muelles, bibliotecas, puentes, edificios, estadios y muchas obras para atraer al turista extranjero. Así lo dice y así lo venden los medios de comunicación que le extienden la alfombra roja cada vez que pasa, o siquiera habla.

En 2019 Bukele firmó con el presidente de China una cooperación no reembolsable de 500 millones de dólares pese a haber llegado a la presidencia criticando ferozmente a China pues esto le permitía congraciarse con el entonces presidente de EE.UU, Donald Trump. Hoy Bukele asegura que no dudará en involucrarse con la Nueva Ruta de la Seda china. A esto se le llama de dos formas: ambigüedad, pero también ‘real politic’. Algo parecido a ver a Javier Milei en Argentina condenando a las castas políticas y, al mismo tiempo, incluyéndolas en su gabinete de gobierno. Cuando se trata de supuestos funcionarios outsiders son comunes este tipo de movimientos. 

Bukele pretendería “usar” a China como tarjeta de crédito y China (siempre pensando largo plazo) suma a El Salvador a la cadena de eslabones en la región que no apoyarán la oda separatista de EE.UU. en Taiwán. En este sentido, China desde 2007 ha afianzado relaciones con Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Honduras, y El Salvador es parte importante de esta hoja de ruta. Además, Bukele se cobra el desplante que le hizo Joe Biden al no recibirlo en la Casa Blanca, y el hecho de que el Departamento de Estado de EE.UU. sumó a funcionarios del gobierno de Bukele a la lista de actores que “socavan la democracia”.

Bukele y Venezuela

En 2022 Bukele polemizó dándole alpiste a los pajaritos de los medios de comunicación internacionales cuestionando las negociaciones en el plano energético entre Washington y el gobierno de Nicolás Maduro en Caracas pese a que la Casa Blanca no lo reconoce como mandatario de Venezuela. Bukele cuestionaba pese a que se hizo demasiado evidente que EE.UU se acercaba en medio de la operación rusa en Ucrania y de las consecuencias de las sanciones unilaterales y suicidas de los países de la OTAN.

Bukele tampoco reconoce al gobierno legítimo de Venezuela, y se prestó al circo de apoyo al diputado opositor y autoproclamado como presidente interino,  Juan Guaidó y a la búsqueda de aplicación de medidas de aislamiento y asfixia contra Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA).

Nayib Bukele es un presidente al que no le ha temblado el pulso para contribuir a cualquier medida que sirva para “aislar” a Venezuela, y aunque él diga que su acción es contra “el régimen”, a este punto ya sabemos lo que implican las políticas de aislamiento y las sanciones coercitivas contra la República Bolivariana.

Nayib bukele comete sendos actos de injerencia en asuntos externos de otros países como Venezuela, pero en las Naciones Unidas cuando le corresponde defender a su país de las críticas a sus políticas de seguridad y los crímenes de lesa humanidad que conllevan, pide respeto para el Salvador y su derecho de hacer las cosas a su manera.

Con el extremista Milei en Argentina, en medio del caos de inseguridad y terrorismo que atraviesa Ecuador, ante la posibilidad del regreso de Donald Trump a la presidencia de EE.UU, y con Nayib Bukele en El Salvador, se ve a simple vista que la apuesta a la ruptura de la diplomacia y las normas del Derecho Internacional o los códigos en materia de Derechos Humanos como se conocen en la actualidad está a la orden del día en Latinoamérica.

De momento, en lo que representa una de las primeras contiendas electorales de este 2024, y aún en medio de cuantiosas irregularidades, se ha volteado el reloj de arena para que Bukele pueda seguir maniobrando.

(LaIguana.TV)


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