Esta semana La Iguana.TV en su espacio Entre Líneas revisa los frentes abiertos que interna y externamente tiene la nueva administración en EEUU luego del triunfo del republicano Donald Trump con más de los 270 votos requeridos.

En medio del proceso electoral que transcurrió entre quemas de papeletas, denuncias de fraude, actos proselitistas racistas y antinmigrantes o la veneración de Kamala Harris por Israel a través de la dotación de armamento, los medios de comunicación del establishment hicieron lo posible por opacar la realidad económica estadounidense.

Una economía deprimente y deprimida

De acuerdo con una encuesta realizada por Gallup, más de la mitad de los estadounidenses (52%) informaron que su nivel de vida ha disminuido en los últimos cuatro años. Solo un 39% de los participantes señalaron que su situación financiera había mejorado durante este tiempo, mientras que un 8% afirmó no haber notado cambios. El 46% de los encuestados calificaron las condiciones económicas actuales del país como deficientes.

Esta expectativa negativa se extiende a la figura del inversionista cuyas figuras más prominentes alertaban desde inicios de año que temían el regreso de Trump y sus aumentos masivos de aranceles, su acumulación de miles de millones de dólares más en emisión de deuda y el ya conocido retroceso en las políticas ambientales que se vivió durante su primer mandato, pero su principal preocupación es algo que no parece tener solución dentro de los organismos tradicionales: el bajo crecimiento, la elevada deuda y la escalada de las guerras.

Trump ha prometido imponer un arancel del 10 % a las importaciones de todos los países, y aranceles del 60% a las importaciones procedentes de China. Esto afectaría a las cadenas de suministro de todo el mundo, lo que probablemente desencadenaría represalias y aumentaría los costes.

Trump también hizo todo lo posible por atraer a los votantes estadounidenses con ofertas de numerosas rebajas fiscales, desde la extensión de todos los recortes de impuestos individuales de 2017 hasta la exención de ingresos por propinas, pago de horas extras y beneficios de jubilación de la seguridad social.

Ante esto, los que saben de economía, los analistas presupuestarios dicen que esto añadiría al menos otros 7,5 miles de millones de dólares en nueva deuda estadounidense durante una década, además de los 22 miles de millones de dólares en crecimiento de la deuda estimados previamente por la oficina presupuestaria del Congreso hasta 2034.

Este sector prefería desde comienzos de año la victoria de Harris, quien presuntamente es vista por dirigentes financieros como una continuación del nuevo compromiso de Joe Biden en la cooperación multilateral durante los últimos cuatro años en materia de clima, impuestos de sociedades, alivio de la deuda y reformas de los bancos de desarrollo.

¿Es significativa la diferencia entre Trump y Harris? Se sabe que Biden mantuvo los anteriores aranceles de Trump sobre las importaciones de acero, aluminio y productos chinos, pero los aumentó drásticamente sobre las importaciones chinas en nuevos sectores como los vehículos eléctricos y la energía solar. Tal parece que los analistas no quieren a Trump, pero los mercados si, pues actúan como él: por encima y a costa de lo que sea y quien sea.

Jekyll y Mr. Hide: demócratas y republicanos junto a Israel

EEUU bajo la representación demócrata o republicana como fachada, alimenta al sionismo israelí para mantenerlo como mano de obra que haga el trabajo sucio. Partiendo de las declaraciones del ex diplomático británico Alastair Crooke, se extraen tres claves que no permitían ser optimistas sobre la nueva administración estadounidense de cara al genocidio en Gaza y la guerra que ha librado Israel de forma implacable contra la vida en Líbano.

Primera clave: la sinvergüenzura de impacto criminal de EEUU con Israel proviene del vientre demócrata. contrario a la idea de que los republicanos son más guerreristas, pues la estrategia de usar a Israel como el ariete regional para lograr los objetivos (imperiales) de EE.UU fue elaborada esencialmente en la década de 1960 por el senador Henry ‘Scoop’ Jackson quien patrocinó al complejo industrial-militar y este a su vez le dio su apoyo para convertirse en el Jefe del Comité Nacional Demócrata.

Segunda clave: Israel surge precisamente del odio al comunismo y a los rusos que alimenta a los demócratas y que sustenta su obsesión con estar cerca de Rusia y controlar Medio Oriente.

Tercera clave: EEUU, desde entonces y sobre todo cuando hay administración demócrata en la Casa Blanca desempeña el rol del “policía bueno” mientras le asigna a Israel el papel de “proxy implacable”. Por ello el Departamento de Estado entregó el manejo de su diplomacia a los sionistas, para separar y distinguir el comportamiento israelí de la supuesta probidad del imperialismo estadounidense.

Este 2024 la representación de los partidos demócrata y republicano en medio de un proceso de elecciones generales fueron Harris y Trump, y ambos son proisraelíes, solo divergen en cuánta presión ejercer sobre el aliado estadounidense tras casi 13 meses de genocidio aplicado contra el pueblo palestino y extendido al Líbano.

Ante la inminencia de un nuevo mandato de Trump, el republicano acusó a la administración Biden de intentar injustamente restringir a Israel y se jacta de tener contacto regular con el primer ministro Israel y genocida Benjamín Netanyahu, quien a su vez se mostró muy complacido con el triunfo de Trump.

Trump en su primer mandato tomó una serie de medidas de alto impacto a favor de Israel, como el traslado de la Embajada estadounidense a Jerusalén o los incentivos que dio a países árabes para reconocer al “Estado” hebreo. Trump es simbólica y culturalmente más destructivo que los demócratas, pero en términos armamentistas los demócratas siguen llevando la batuta en el amparo de las aspiraciones sionistas.

Ucrania y el zombie Zelensky

En este aspecto, Donald Trump se burla de los miles de millones de dólares de ayuda estadounidense a Ucrania, y asegura que Rusia está destinada a ganar. Trump ha sugerido el retiro de la ayuda estadounidense para forzar a Zelensky a hacer concesiones territoriales y acabar con la guerra de forma rápida.

Sobre este punto la postura de Rusia es un poco más sabia, el presidente Vladimir Putin se ha movido con cautela durante todo este 2024 que ha sido la antesala electoral de EEUU y sobre sus relaciones con el país norteamericano algo dijo en la cumbre Brics celebrada en octubre en Kazán, mientras el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky y el primer clama porque EEUU incorpore su poder de fuego decisivamente.

De cara a América latina no supone mucha diferencia si resultaba electo Donald Trump o Kamala Harris, de igual manera se espera presión sobre líderes de izquierda en la región con especial énfasis en Cuba, Nicaragua y Venezuela.

(Laiguana.tv)

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