Hace poco más de tres meses el entonces cardenal Robert Francis Prevost compartió en su cuenta de X un artículo publicado en el National Catholic Reporter, en el que contradicen al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, por unas declaraciones en las que citó un concepto cristiano.
El artículo del que se hizo eco Prevost, quien fue electo Papa este jueves 8 de mayo, se titula “JD Vance se equivoca: Jesús no nos pide que clasifiquemos nuestro amor por los demás”.
En el texto señalan que el segundo a bordo del gobierno gringo se equivoca al interpretar un concepto cristiano sobre el amor al prójimo.
“Internet ha estado zumbando desde que el vicepresidente JD Vance dijo, durante una entrevista en Fox News, en enero 29: ‘Hay un concepto cristiano de que amas a tu familia y luego amas a tu prójimo, y luego amas a tu comunidad, y luego amas a tus conciudadanos, y luego, después de eso, priorizas al resto del mundo. Mucha de la extrema izquierda lo ha invertido completamente’”, se lee en el texto.
En el artículo, con el que el nuevo Papa pareciera estar de acuerdo, se aclara que el funcionario malinterpretó lo dicho en la Biblia.
“No hay duda de que la Escritura habla de nuestra responsabilidad por la familia y la comunidad. Pero cuando se trata de algo siendo ‘bíblicos’, tenemos que tener cuidado. Casi cualquier cosa se puede encontrar en las Escrituras si la estás buscando, historias de guerra, opresión, milagros y amor, todo escrito por la gente lidiando con lo que significaba ser fiel. La Biblia no es un manual rígido, sino un testimonio vivo de las luchas humanas con lo divino”, señala el texto.
Más adelante indica: “El argumento de Vance se hace eco de un concepto medieval conocido como ordo amoris, el orden de la caridad, a menudo atribuido a Santo Tomás de Aquino. La idea es que el amor debe clasificarse, que una persona priorice con razón sus afectos, con la familia encima. En cierto modo, suena práctico, incluso razonable. El amor no está destinado a ser una abstracción, flotando en ideales sin compromiso del mundo real. Pero el problema con esta jerarquía es que alimenta el mito de que algunas personas son más merecedoras de nuestro cuidado que otras. Es un marco que tiene sentido en un mundo gobernado por la escasez y el miedo, donde la protección viene a expensas de los demás. Pero Jesús nunca habla del amor como algo que hay que racionar. Habla de amor como abundancia, una mesa donde hay suficiente para todos”.
(Laiguana.tv)
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