Otro medio estadounidense confirmó que el secretario de Estado de Estados Unidos (EEUU), Marco Rubio, y el enviado especial de la Casa Blanca, Richard Grenell, mantienen en este momento una pelea por Venezuela en cuanto al caso de la operatividad de Chevron en el país suramericano.
De acuerdo con lo que refiere “The Washington Post”, ambas figuras de la administración del presidente Donald Trump estarían en disputa desde que inició el nuevo mandato del magnate inmobiliario, pero que no fue sino hasta esta semana que dicha relación tóxica dentro del equipo de gobierno se hizo pública y notoria, tras los recientes acontecimientos, donde Grenell acordó con Caracas la renovación de la licencia de la petrolera por 60 días más a cambio de la liberación de un mercenario detenido en la nación suramericana, siendo este Joe St. Clair, quien fue entregado al funcionario norteamericano en Antigua y Barbuda el mismo día que se acordó la extensión.
Según el Post, esto no fue bien recibido por los llamados “Cuban Crazy”, quienes son ni más ni menos que los senadores cubanoamericanos Carlos Giménez, Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar. Tal parece que, desde Miami, Florida, estos personajes le dijeron a Marco Rubio que si Trump daba luz verde a este trato, no iban a aprobar el presupuesto nacional que el magnate inmobiliario pidió a principio de su mandato y que debió ser aprobado el pasado mes de abril, por lo que esto fue aprovechado por Rubio para sentenciar que desde su despacho se determinó que la renovación a Chevron no va y que la misma culmina el próximo 27 de mayo.
Por otra parte, un funcionario de la Casa Blanca habló con el Washington Post desde el anonimato y dijo que el Departamento de Estado no pintó absolutamente nada en el viaje de Grenell a la isla caribeña, mucho menos en las negociaciones entre el enviado especial y Miraflores.
Al cierre de esta edición, la enemistad entre ambas figuras diplomáticas se centra en el tema Venezuela, donde la repatriación de migrantes y el interés petrolero se convirtieron en el epicentro de la disputa. Rubio no reconoce la constitucionalidad de Nicolás Maduro al frente de Venezuela, mientras que Grenell ha mantenido contacto con Caracas principalmente por los hidrocarburos del país, pues alertó que China quiere meterse en el mercado en cuestión y que revocar la licencia a Chevron y hacer que Estados Unidos abandone su enfoque en este recurso, esto sería aprovechado por gigante asiático.
(Laiguana.tv)
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