El cuestionamiento a los conceptos establecidos y la convicción de forjar pensamientos e ideas que conformen una identidad que trasciendan las expectativas más mundanas, son algunos de los ejes principales que definen a un buen filósofo, o al menos así lo predica y practica el escritor mexicano Óscar de la Borbolla.
Borbolla participó en la más reciente entrega del programa “Las formas del libro”, conducido por el periodista Raúl Cazal y producido por Centro Nacional del Libro de Venezuela (CENAL), donde reveló que hoy en día está disfrutando de su jubilación tras dedicar medio siglo a la docencia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Me acabo de jubilar hace poco; pero como filósofo no me he jubilado, nada más como maestro de filosofía. Uno no se puede jubilar de filósofo, ya que con el paso del tiempo se te termina haciendo una especie de estilo, de ver las cosas y en mi caso pues he sido filósofo desde antes de serlo, casi desde niño”, detalló desde Ciudad Universitaria de la UNAM, lo que para el escritor es “Su Patria Chica”.
El entrevistado comentó que de niño solía leerle poesía a su madre a fin de entretenerla y una pieza del poeta mexicano Antonio Plaza fue el detonante que lo hizo ver más allá de las directrices impuestas por la sociedad.
“Es un poema que se llama ‘A María la del cielo’ y en una estrofa dice ‘Si siempre he de vivir en la desgracia, ¿por qué entonces murió por mi existencia? / Si no quiere o no puede hacerme gracia, ¿dónde está su bondad y omnipotencia?’. Cuando estaba muy niño me preparaban para la primera comunión y le pregunté esto a la monja, la monja me dio una bofetada y yo me levanté filósofo (risas), así empecé con la rebeldía, ¿no?”, relató.
En cuanto a esta experiencia se refiere, a Borbolla se le hizo extraño que en las doctrinas religiosa definan a Dios como un ser todopoderoso, omnisapiente, omnipresente, omnipotente y omnibueno; cuando el mundo está plegado de desgracias, inhumanidad y miseria.
“Se supone que todo eso sucede por la voluntad de Dios, entonces la pregunta que formula el poeta es: ‘Si es omnipotente, ¿por qué no puede? Y si es bueno, ¿por qué no quiere? ¿Dónde está su bondad de omnipotencia? Pues no le hizo gracia a la monja y desde ahí me volví un sujeto que empezó a cuestionarlo todo”, comentó.
En este sentido, trajo a colación su libro “La rebeldía de pensar”, donde a través de la jocosidad plantea en qué consiste pensar.
“Pensar no es otra cosa más que relacionar conceptos, que le da a tus neuronas una enorme agilidad. Todo mundo hace conexiones, el pensamiento mágico es relacionar una cosa con la otra, hay en México un dicho popular que dice: ‘Cuando el tecolote canta, el indio muere’, seguramente alguien, una vez por coincidencia o por casualidad, descubrió que un tecolote cantaba cuando se había muerto algún vecino, por ello, el pensamiento mágico hace conexiones causales si algo se presenta previo a lo que sigue también, entonces lo marca así. Seguramente, alguna vez alguien danzó y llovió. Desde entonces hacen danzas de la lluvia”, reflexionar.
Posteriormente, Borbolla subrayó que es importante determinar que influye como un antecedente de lo consecuente en todo lo que hay en el coexistir diario.
“Pensar es relacionar y no relacionamos imágenes, relacionamos conceptos, lo que nos permite una enorme agilidad y, a veces, cuando pasamos a una fase posterior. La primera forma del pensamiento es la identificación (…) La identificación es una forma de pensamiento y cuando tú relacionas algo con algo, pero no para ver lo que tienen de común, sino lo que tienen de distinto, descubres que a uno le falta lo que al otro no y ahí es donde empieza el pensamiento crítico”, planteó.
Más detalles
Borbolla abordó su quehacer filosófico y cultural a lo largo de los años; pero a su vez abordó su incursión al periodismo, lo cual podría ser un detonante si se liga con los conceptos literarios.
“Lo que distingue al periodismo de la literatura, es que en el periodismo debe de haber veracidad y en la literatura debe de haber verosimilitud. Cuando tú mezclas estos dos estos dos géneros, el periodismo y la literatura, se hace un híbrido muy peligroso, porque por un lado puedes utilizar los géneros periodísticos: el reportaje, la reseña, la entrevista, el artículo de fondo; pero, si lo haces con los contenidos de la literatura, es decir, con las ideas locas que te da la imaginación y las presentas como si fueran reportajes o hechos reales, se provocan unos efectos tremendos en la gente”, consideró el escritor.
Para conocer más detalles haga clic en el video adjunto.
(Laiguana.tv)
Más noticias y más análisis de LaIguana.TV en YouTube, X, Instagram, TikTok, Facebook y Threads.
También para estar informado síguenos en:
Telegram de Miguel Ángel Pérez Pirela https://t.me/mperezpirela
Telegram de Laiguana.tv https://t.me/LaIguanaTVWeb
WhatsApphttps://whatsapp.com/channel/0029VaHHo0JEKyZNdRC40H1I
El portal de Venezuela.