El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sumido el comercio internacional en un caos total. Desde su llegada al poder, comenzó una guerra comercial en la que no ha dejado por fuera ni socios ni aliados, imponiendo megaranceles a diestra y siniestra. Con motivos muy variados, que van desde desacuerdos políticos y problemas de migración, hasta déficits comerciales y tráfico de drogas, ha utilizado las tarifas adicionales como una medida de presión para lograr los cambios que, según él, son necesarios para el beneficio de EEUU
Sin embargo, sus medidas podrían no estar teniendo los efectos deseados. Trump esperaba conseguir cientos de mejores acuerdos arancelarios mediante sus agresivas políticas, pero solo ha podido obtener tres, por lo que no se ha cobrado a tantas ‘víctimas’ como esperaba.
Confusión persistente
El 20 de enero, apenas unas horas después de su juramentación, Trump ya había anunciado que impondría aranceles del 25% a las importaciones de todos los productos provenientes de México y Canadá, tras acusar a ambos países de no hacer lo suficiente para detener el paso ilegal de fentanilo y migrantes a través de sus fronteras. Por varias semanas, los dos países apuntados por Trump trataron de defenderse, amenazando con represalias, ofreciendo acuerdos y endureciendo sus acciones en las fronteras.
Otro de los casos más confusos ha sido el de la Unión Europea. Los líderes de la región pasaron los últimos meses negociando un nuevo acuerdo comercial que complazca las demandas de Trump, mientras este amenazaba con aranceles de hasta el 50%, asegurando que el bloque «se formó para perjudicar a EEUU en el comercio», pero, nuevamente, sin llegar a oficializar ninguna de sus medidas.
Con respecto a China, el mandatario tuvo una actitud mucho más agresiva, a pesar de que el gigante asiático advirtió en múltiples ocasiones de que una guerra comercial entre ambos afectaría la economía mundial masivamente. Iniciando con EEUU, ambas partes se dieron varios ‘golpes’ arancelarios, con los que llegaron hasta un 145% de impuestos adicionales de Washington a Pekín, y un 125% de Pekín a Washington. Estas tarifas fueron suspendidas posteriormente, tras iniciar las conversaciones para conseguir un acuerdo comercial.
Las cartas de esta semana
Trump anunció aranceles adicionales el pasado 2 de abril, en su llamado ‘Día de la Liberación’, para casi todos los países del mundo, incluyendo una isla en la que solo habitan pingüinos. Según sus expectativas, debía lograr unos 300 acuerdos comerciales. Sin embargo, solo ha podido completar tres: con el Reino Unido, Vietnam y China (parcialmente). Esto lo llevó a suspender las tarifas, para dar tiempo a las conversaciones, estableciendo una fecha límite que venció este miércoles.
En este contexto, el mandatario ha compartido en los últimos días múltiples cartas que envió a líderes de distintas naciones anunciando nuevos aranceles, que van desde el 20 % hasta el 50%. De nuevo, las razones expuestas en las misivas incluyen problemas migratorios, de tráfico de drogas e incluso su descontento ante la investigación judicial que enfrenta su amigo y aliado Jair Bolsonaro, el expresidente brasileño de extrema derecha. Ahora, la fecha límite es el 1 de agosto.
«Su fanfarronería de abril fue exagerada»
«Si comparamos nuestra situación actual con la de abril, muchos de los aranceles que describe y las cartas que ha enviado son muy similares a lo que describió entonces. Creo que esto demuestra que la fanfarronería de abril sobre ‘vamos a negociar todos estos acuerdos comerciales’ fue exagerada», afirmó a The Guardian Maurice Obstfeld, investigador principal del Instituto Peterson de Economía Internacional.
De acuerdo con un análisis de Inu Manak, del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), la falta de acuerdos sugiere que los países afectados dudan en firmar términos que podrían empeorar su situación respecto a la de hace unos meses.
Además, Manak considera que las partes tienen objetivos finales muy distintos. Por un lado, «los socios comerciales de EEUU desean restablecer una relación económica más estable, mientras que la Administración Trump busca mantener la incertidumbre para obtener aún más concesiones en los próximos años». Entonces, mientras Washington no garantice estabilidad en las condiciones comerciales, muy pocos países aceptarán sentarse en una mesa de negociación.
¿Ha obtenido los resultados económicos esperados?
A pesar de que la mayoría de los aranceles con los que ha amenazado aún no han entrado en vigor, su propio anuncio ha provocado el caos en los mercados internacionales. Luego del ‘Día de la Liberación’, las principales acciones tecnológicas, bancarias e industriales se desplomaron. Aunque Trump ha reconocido que sus medidas podrían tener consecuencias negativas, también ha insistido en que los beneficios a largo plazo serán mucho mayores.
No obstante, Brad Setser, investigador del CFR, afirma que los aranceles no alterarán el déficit económico, una de las razones que más ha defendido Trump. Según explica, los impuestos a las importaciones equivalen a impuestos sobre las exportaciones, lo que significa que «el socio comercial de un país tendrá menos recursos para comprar los bienes del país que aplica los aranceles».
«De hecho, los aranceles vigentes hasta la fecha y la amenaza de aranceles futuros han incrementado inequívocamente el déficit comercial. Durante los primeros cinco meses del año, el déficit comercial de bienes es 175.000 millones de dólares mayor que en el mismo período del año pasado (650.000 millones de dólares a mayo de 2025, en comparación con 475.000 millones de dólares en mayo de 2024)», asegura.
(RT)
Más noticias y más análisis de LaIguana.TV en YouTube, X, Instagram, TikTok, Facebook y Threads.
También para estar informado síguenos en:
Telegram de Miguel Ángel Pérez Pirela https://t.me/mperezpirela
Telegram de Laiguana.tv https://t.me/LaIguanaTVWeb
WhatsApphttps://whatsapp.com/channel/0029VaHHo0JEKyZNdRC40H1I
El portal de Venezuela.