El Gobierno de Estados Unidos anunció hace poco el aumento de la «recompensa» por la captura del presidente Nicolás Maduro a 50 millones de dólares, una maniobra sin evidencias precisas y auténticas, lo que apunta a ser más una “estrategia de presión internacional” carente de justificaciones, demostrando su real naturaleza “política y simbólica”.
Así lo consideró el presidente de la consultora Hinterlaces Oscar Schémel a través de una publicación en X, en la cual explicó que, según Washington, “Maduro estaría vinculado a organizaciones como el ‘Cártel de los Soles’, el (extinto) Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa, y sería responsable de facilitar el tráfico de cocaína mezclada con fentanilo hacia Estados Unidos”. No obstante, gobiernos y organizaciones internacionales, entes y periodistas han destacado la inexistencia de algún argumento que sustente estos señalamientos.
“¿Dónde están las pruebas? preguntan todos”, aludió Schémel, quien refirió que nada más en lo que va de este año, Venezuela ha realizado decomisos que superan 50 toneladas de drogas.
A la par, comentó que el informe más reciente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) reafirma que la nación bolivariana no es productora de fentanilo, ni cocaína, sino que ocasionalmente es usada como territorio de «tránsito forzado» ante al conflicto colombiano.
Schémel subrayó que aun cuando organismos de inteligencia estadounidenses como la DEA, CIA y el FBI, tienen largos períodos practicando operaciones encubiertas, “no han logrado presentar evidencia directa alguna contra el mandatario bolivariano”. En tanto, que el Estado venezolano ha arrasado con más de 150 pistas clandestinas este 2025, sumado a la extradición de narcotraficantes requeridos por países de la región.
De acuerdo con Schémel, el empleo de etiquetas como «narcodictador» o «capo del Cártel de los Soles», sin soporte judicial, solo manifiesta un esquema ampliamente conocido: El lawfare.
“Esta guerra jurídica busca destruir liderazgos políticos a través de la criminalización mediática. El caso venezolano se suma a otros ejemplos como Lula da Silva, Rafael Correa o Evo Morales”, explicó el analista.
Señaló que el nuevo anuncio relacionado a la recompensa coincide con un momento en que Venezuela da señales de recuperación económica y lleva a cabo repatriación de migrantes. A la par, el chavismo salió victorioso democráticamente en los últimos comicios, pasó a liderar 85% de las alcaldías y 90% de la Asamblea Nacional.
Conjuntamente, 89% de los venezolanos rechaza las sanciones aplicadas por EEUU y la “oposición que se encuentra atomizada, sin capacidad de movilización y muy desgastada tras años de fracasos”. Para Schémel, en este momento solo el 8% de los venezolanos simpatiza con fracciones políticas opositoras.
En tal sentido, sostuvo, el relato de la amenaza externa sirve para reposicionar mediáticamente el conflicto, “mantener la presión calculada, dar oxígeno a sectores opositores muy debilitados como María Corina Machado” y seguir con la narrativa «dictadura criminal» como parte de una justificación de las “sanciones y aislamiento”.
Venezuela, concluyó, regresa a la palestra como un “recurso electoral”. Sectores conservadores en estados clave como Florida se valen de este cuento de «narcoEstado» con la finalidad de reclutar votos y fraguar una imagen de firmeza internacional, apuntó.
(Laiguana.tv)
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