La presión psicológica que está ejerciendo Donald Trump contra nuestro país fracasará y seguramente dará paso a una negociación posterior con una Venezuela cada vez más unida, porque lo que las amenazas de invasión han logrado es cohesionar a toda la nación: chavistas, independientes, opositores, militares, civiles y policías, aseguró el filósofo y comunicador político Miguel Ángel Pérez Pirela, en su programa semanal Desde Donde Sea.
El director del portal Laiguana.tv analizó las características de las más recientes acciones de Estados Unidos contra Venezuela, preguntándose si es que pueden catalogarse como un globo de ensayo, un paso más de la guerra psicológica, una operación de falsa bandera o todo junto en el contexto de la guerra híbrida.
Señaló que, sea lo que sea, está destinado al fracaso porque ha tenido el efecto contrario al esperado: ha aglutinado a las instituciones del Estado venezolano y las fuerzas populares y no ha podido quebrantar la estabilidad política ni la paz ciudadana.
Recordó que Trump, en su libro, plantea muy claramente cuál es siempre su método para obtener el máximo provecho de la contraparte, el que ha aplicado como presidente de EEUU y como empresario: antes de negociar con su adversario siempre intentar debilitarlo, arrodillarlo, someterlo material, emocional y espiritualmente. Esto es lo que ha tratado de hacer nuevamente con Venezuela, al aumentar las amenazas, incluso de una agresión militar, para luego ir a las negociaciones en una posición más ventajosa.
La operación de guerra híbrida
Pérez Pirela señaló que la agencia de noticias británica Reuters tiene varios días hablando de una invasión militar a Venezuela. A ese medio global se le ha sumado la mediática mayamera que está desde hace décadas atacando al país con sus posteos pagados.
Dijo que es necesario prestar atención al peso semántico de las palabras utilizadas, empezando por “invasión”, que remite a acciones de gran calado como las que ha realizado EEUU en el pasado en unos cuantos países. “Todo indica que es un nuevo peine, una nueva trampa en la que ha terminado cayendo gente de muy buena fe —expresó—. La logística que se requeriría para esta supuesta invasión a Venezuela no es una de 4 mil marines, como se ha dicho. Para invadir Irak hizo falta movilizar 150 mil marines, tardaron años y no lo lograron. Venezuela es un país con una Fuerza Armada muy bien estructurada y dotada tecnológicamente y con un pueblo organizado, en armas y movilizado”.
Acotó que por el Caribe apenas transita una pequeña porción de la droga producida en Colombia, pues es uno de los mares más archivigilados, donde EEUU tiene alrededor de 40 bases militares, empezando por la más vieja, la de Guantánamo. “Por el Pacífico está fluyendo constantemente casi toda la droga plantada y manufacturada en Colombia, un país asociado a la OTAN en el que EEUU tiene al menos siete bases militares. Ahora cuentan con el apoyo del gobierno de facto de Perú y el narcogobierno de Ecuador. Pero respecto a ellos, nada dice EEUU y eso se debe a que esas rutas están protegidas por el mayor cartel del mundo, el de Fort Bragg”, dijo el moderador.
Se refirió así a lo desvelado en el libro The Fort Bragg Cartel: Drug Trafficking and Murder in the Special Forces, El cártel de Fort Bragg. Narcotráfico y asesinatos en las fuerzas especiales, del abogado y periodista estadounidense Seth Harp, obra en que se reseña cómo las intervenciones militares de EEUU en países productores de droga los han convertido en los mayores narcoestados del mundo, como es el caso de Afganistán, donde las fuerzas estadounidenses permanecieron por dos décadas, supuestamente para luchar contra el terrorismo de los talibanes.
“La DEA, organismo estatal de EEUU, es el mayor cártel de la droga y castiga a Venezuela no por ser un país que produzca drogas, sino por luchar contra el narcotráfico. Es el mundo al revés, como diría Eduardo Galeano”, puntualizó.
Precisó Pérez Pirela que el anuncio de una supuesta operación militar antidrogas frente a la fachada caribeña de Venezuela tuvo sus antecedentes en las pantomimas de la recompensa aumentada por la captura del presidente Nicolás Maduro y en el desempolvado asunto del Cártel de los Soles.
Estos anuncios oficiales de EEUU fueron seguidos por una oleada de intervenciones públicas de figuras como la periodista Carla Angola y la asistente de María Corina Machado, Magalli Meda, quienes han aparecido complemente desquiciadas, clamando por la invasión.
“Ellas, y la propia Machado, están como locas, pero la gente no les ha seguido el juego. La paz, la normalidad del país es la derrota de esos sectores violentos”, comentó.
Explicó que el apoyo de la maquinaria mediática, que tiene su principal sede en Miami, es parte de la guerra híbrida y funciona porque sus protagonistas reciben pagos por realizar esa labor de sembrar la zozobra en el país. “Les están pagando hasta 4 mil dólares por artículo a ciertos profesores universitarios para que ‘opinen’. Tenemos incluso copia de los contratos de algunos, que reciben esos sueldos desde 2017”.
Pérez Pirela advirtió que junto a estos globos de ensayo, operaciones psicológicas o acciones de falsa bandera se están descubriendo las caletas que tenía la ultraderecha en varios lugares del país, para guardar armas de última generación y explosivos destinados a sembrar el caos, mediante la muerte y la destrucción. “Lo único que les queda es la violencia y el terrorismo. Ya no logran crear zozobra de otra manera ni armar grupúsculos para las llamadas guarimbas”, enfatizó.
(Laiguana.tv)
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