La ceremonia del Premio Nobel de la Paz 2025 marcó un momento de alta carga simbólica y mediática. No solo por la polémica decisión de otorgar el galardón a María Corina Machado, sino por la presencia de su hija, Ana Sosa Machado, quien asumió el rol de vocera en un acto cuidadosamente diseñado para proyectar legitimidad, victimización y esperanza moral.
Su intervención, más un ejercicio performativo que un discurso político, busca instalar un marco interpretativo que simplifica el conflicto venezolano y lo traduce en una narrativa emocional hecha a la medida de audiencias occidentales que adversan a la Revolución Bolivariana. Sin embargo, detrás de esa puesta en escena se ocultan dimensiones cruciales de la realidad venezolana que merecen ser examinadas con serenidad y rigor.
Un discurso construido para emocionar, no para explicar
Desde su estructura hasta su tono, el discurso de Ana Sosa se articula sobre tres ejes centrales:
La exaltación moral de María Corina Machado como víctima y símbolo universal.
La legitimidad internacional como sustituto de la legitimidad nacional.
La narrativa de urgencia que presenta a Venezuela como un país atrapado entre luz y oscuridad.
Estos elementos no son casuales: responden a una estrategia comunicacional que busca moralizar el conflicto político, presentar una lucha compleja como si fuera un cuento de héroes y villanos, y trasladar el debate venezolano al terreno emocional, donde la lógica se subordina al impacto sentimental.
Sin embargo, cuando las emociones sustituyen a los argumentos, la realidad queda reducida a un decorado.
El problema de la moralización: cuando la política se vuelve fábula
En el discurso no hay contexto, no hay historia, no hay geopolítica. No se menciona la presión económica internacional, las sanciones financieras, el bloqueo petrolero ni los intereses estratégicos en juego.
El conflicto venezolano, que en la práctica involucra disputas energéticas, actores globales, tensiones institucionales y procesos económicos complejos, es reducido a una narrativa binaria: “nosotros somos la libertad; ellos son la opresión”.
Esta simplificación extrema no solo empobrece la comprensión del país, sino que evita deliberadamente cualquier mención a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, bloqueos financieros, amenazas militares o dinámicas externas que han afectado severamente la economía venezolana.
Es una narrativa emocionalmente poderosa, pero intelectualmente insuficiente.
La figura de la hija como recurso político
La elección de Ana Sosa como vocera no es un detalle menor. La juventud, la suavidad emocional y el lenguaje de vulnerabilidad operan como un escudo retórico:
Protege el discurso de críticas directas.
Suaviza los ataques políticos.
Y facilita la construcción de un relato heroico.
Se activa el arquetipo comunicacional de la emisaria de la víctima, un recurso ampliamente utilizado en la política global para amplificar la carga moral de un mensaje. Es eficaz, sin duda. Pero también es una forma de evitar el debate sustantivo: se privilegia la mentira emocional por encima del contenido.
El conflicto venezolano se vuelve entonces una historia familiar más que un proceso histórico y político.
El Nobel como acto político, no como arbitraje moral
El discurso se apoya en la idea de que el premio equivale a un mandato internacional. Pero el Premio Nobel de la Paz, lejos de ser un tribunal imparcial, ha estado históricamente atravesado por decisiones cuestionadas y profundamente políticas:
Henry Kissinger, Barack Obama, Juan Manuel Santos.
Premios otorgados en medio de guerras, operaciones militares o negociaciones polémicas.
Convertir este galardón en el “certificado de legitimidad” de un proyecto político venezolano es sobrecargar a un premio de una función que no tiene. Los estudios de opinión pública realizados por Hinterlaces revelan que la oposición radical que respalda a María Corina Machado alcanza apenas 5% de respaldo popular.
Venezuela no cabe en un relato moral importado
El discurso de Ana Sosa presenta a Venezuela como una nación reducida a un solo conflicto, un solo sufrimiento y una sola interpretación.
Pero la realidad venezolana es más amplia:
Está atravesada por sanciones que han afectado su economía.
Por intereses internacionales en materia energética y de seguridad.
Por tensiones internas, subversión prolongada y terrorismo económico.
Por un pueblo que ha resistido, creado y sobrevivido más allá de cualquier narrativa externa.
Venezuela no cabe en un relato escrito para audiencias europeas. Y menos aún en uno que omite deliberadamente la dimensión internacional del conflicto.
La alternativa: comprensión, complejidad y soberanía
Desmontar el discurso no significa negar las razones de todos quienes se oponen al Gobierno venezolano ni desacreditar, en términos personales, a la portavoz. Significa recordar que una nación no puede ser reducida a un guion emocional, ni su destino definido por gobiernos extranjeros.
La democracia venezolana, sus instituciones, su modelo económico y su estabilidad no dependen de premios internacionales ni de narrativas importadas, sino de: acuerdos internos, procesos de diálogo, soberanía, soluciones y consensos en materia económica y social.
Detrás del discurso, la disputa por el sentido de Venezuela
El discurso de Ana Sosa Machado no pretende explicar a Venezuela, sino imponer un marco interpretativo bajo los intereses de élites muy conservadoras: una narrativa moralizante que busca resignificar el conflicto y proyectar hacia el exterior una versión simplificada del país.
Frente a ello, el desafío es claro: recuperar la complejidad, la soberanía y el derecho del pueblo venezolano a definir su propio destino sin tutelas externas ni relatos prefabricados.
La verdadera paz no nace de premios simbólicos, sino de procesos políticos reales.
(Nota de Prensa)
Más noticias y más análisis de LaIguana.TV en YouTube, X, Instagram, TikTok, Facebook y Threads.
También para estar informado síguenos en:
Telegram de Miguel Ángel Pérez Pirela https://t.me/mperezpirela
Telegram de Laiguana.tv https://t.me/LaIguanaTVWeb
WhatsApp https://whatsapp.com/channel/0029VaHHo0JEKyZNdRC40H1I
El portal de Venezuela.











