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Manuel Alejandro Espinoza Roa (27) hizo llegar, este jueves, un audio a la redacción de Versión Final, donde con voz firme asegura que tiene el mayor interés de entregarse a las autoridades policiales, y niega rotundamente ser el autor material de la matanza en Santa Rosa de Agua.

 

En la grabación que dura 32 segundos, “El Monstruo” pone las cartas sobre la mesa y confiesa la intención de ponerse a derecho con la justicia, pero con ciertas condiciones.

 

“Yo me quiero entregar pero con un fiscal y un abogado, si ustedes me aseguran a mí la vida, porque yo no maté a esos niños, yo me entrego si me aseguran la vida con un fiscal y un abogado, más nada”, dijo Espinoza con mucha seguridad a través del audio.

 

Familiares lo apoyan en su decisión y certifican que “El Monstruo” está dispuesto a someterse a todas las pruebas que sean necesarias para comprobar que él no violó ni estranguló a su mujer Greily Ortega y a los tres niños, la noche del domingo 6 de septiembre.

 

Habla su madre

Sentada en la sala de su vivienda, en Valera estado Trujillo, Benilde Roa, madre de “El Monstruo de Santa Rosa”, decidió tomar la bocina del teléfono y con voz contundente conversó con Versión Final sobre la situación que enfrenta el mayor de sus cuatro hijos, a quien vio por última vez hace dos meses en un viaje que planificó a Valera en compañía de su pareja Greily y la niña de seis meses.

 

Durante la conversación, que se extendió por más de media hora, la hermana del Manuel Espinoza, de 15 años, apretó la mano de su madre y la acompañó.

 

“Esto para una madre es horrible, yo estoy mal, mi familia y vecinos están pendiente de mí, que coma lo suficiente, que duerma tranquila. Mi semblante cambió por completo por esta situación, es una cosa terrible”. Así inició Benilde Roa la descripción de su pesadilla que comenzó el pasado 7 de septiembre al enterarse del horrendo crimen, en el que su hijo es el único sospechoso.

 

La mujer, con acento andino, comenzó la defensa de su hijo y sin titubear aseguró: “Mi corazón de madre dice que Manuel no lo hizo. Él no tiene nada que ver con eso, no lo creo capaz de hacer algo así. Él es una persona que le gustan mucho los niños, era el que más estaba pendiente de ellos, la propia Greily me lo dijo cuando estuvo de visita aquí en mi casa hace dos meses”.

 

Durante la estadía de la pareja, la progenitora aprovechó la ocasión para indagar sobre su situación actual y conocer los planes que tenían. “Yo les pregunté en qué estaban trabajando, ellos me dijeron que tenían un restaurancito en la casa de Greily donde vendían comida entre semana y los sábados y domingos hacían hervidos. Pensé que era cierto, porque sé que a mi hijo le gusta cocinar y me alegré mucho porque tenían su negocio, pero me mintieron. El entorno en el que él estaba era de droga”.

 

“Él no es un monstruo”

“Esa vez también me dijo que mi hijo se estaba portando bien, que tomaba muy poco y que ya no estaba consumiendo, por eso a mí me extraña todo esto que está pasando. Cuando vi las noticias sobre el dantesco crimen jamás imaginé que estaban involucrando a Manuel, él no es un monstruo”.

 

Benilde se enteró de lo que pasaba a través de una llamada que recibió desde Maracaibo, de la expareja de su hijo, con quien tuvo tres niños, entre ellos morochos.

 

“Yolmari me llamó y me avisó de lo que había pasado. Me preguntó qué sabía yo de Manuel, le contesté que no sabía nada, y solo me dijo que al parecer mi hijo había cometido una locura”, expresó.

 

Desde ese entonces, Roa inició un intenso monitoreo en los medios de comunicación. “Todos aquí estamos preocupados por tantas cosas que se dicen de mi hijo, tenemos miedo de que nos pueden hacer algo”, dijo.

 

Benilde defiende la versión de su hijo, y da fe de los dos audios que el hombre grabó durante un encuentro con su tía en Vargas.

 

Núcleo familiar de “El Monstruo”

Según datos aportados por la progenitora, Espinoza nació el 6 de noviembre de 1987. Se fue de su casa a los 18 años, cuando inició una relación con una jovencita en Valera, con quien tuvo una hija, que el 24 de septiembre cumplirá 10 años.

 

En Caracas, también tuvo una relación, donde nació Nerismar Espinoza, de 6 años.

 

Luego conoció a Yolimar en un “Open” en el barrio 18 de octubre, procrearon a Enmanuel (4). En 2011 se mudaron a Valera cuando tenía cuatro meses de embarazo de los morochos; a los tres meses de nacidos “El monstruo” y Yolimar los dejaron al cuido de la abuela y regresaron a Maracaibo.

 

Un sexto hijo de Espinoza con Yolimar habría desatado peleas y malos tratos entre la pareja.

 

“Ella salió embarazada de mi hijo, pero cambió al niño por un terreno en El Moján. El bebé salió de la clínica con los apellidos de la pareja a quien ella se lo cambió. Esa realidad no la dicen, ¿por qué lo culpan a él de todo? Es por eso que ellos tenían problemas, él quería saber dónde estaba su hijo para recuperarlo, pero ella nunca le dijo dónde estaba”, contó la madre de “El Monstruo”.

 

Adolescencia de “El Monstruo”

“Manuel siempre fue un muchacho tranquilo y alegre. Estudió en Valera, en la Unidad Educativa San Rafael y en el colegio Rómulo Gallegos. Cursó primer año en el liceo Libertador, pero no quiso seguir estudiando y decidió trabajar con su papá, hacían trabajos de impermeabilización, construcción, arreglaba neveras, ellos hacían de todo. Le gustaba estar armado y estuvo varias veces detenido por gatillo alegre. Mi hijo no da la cara por miedo, porque a él también lo quieren matar”, relató su madre.

 

(Versión Final)

 

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