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Diputados del Gran Polo Patriótico del Grupo Venezolano del Parlatino condenan que un avión DASH 8 de la Guardia Costera de Estados Unidos, haya violado el espacio aéreo nacional el pasado fin de semana, como parte de una serie de maniobras realizadas por la potencia imperial en los últimos meses, para desestabilizar al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro.

 

El presidente del Parlatino Capítulo Venezuela, Ángel Rodríguez, afirmó que el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional está siguiendo con atención la trayectoria del portaviones nuclear USS George Washington, pues su recorrido por el Caribe constituye una amenaza para la paz de Latinoamérica, sobre todo si se toman en cuentan los deseos que tiene Washington de invadir a Venezuela.

 

“Según información que maneja el Ministerio de la Defensa este buque estará en aguas de Guyana el próximo 6 de diciembre, lo cual enciende las alarmas de las autoridades, porque se sabe que la Administración de Barack Obama ha impulsado múltiples provocaciones en 2015, para impulsar un enfrentamiento armado”.

 

Rodríguez destacó que se trata de una embarcación con un gran poder destructor. Transporta aproximadamente unas 50 aeronaves, entre ellos F-18, C2-Greyhound y media docena de helicópteros. En ella viajan más de cuatro mil personas, incluyendo a la tropa y el personal que presta servicios de mecánica y mantenimiento.

 

“Se incluyen equipos especializados en la caza, ataques, guerra electrónica, estrategia antiaérea y rutinas antisubmarinas, entre otras tácticas bélicas. Es una escuadra muy letal que está bajo la supervisión de la IV Flota del Comando Sur de los Estados Unidos, que han hecho prácticas y simulacros en unos 30 países de Centro y Sur América, así como del Mar Caribe”.

 

El diputado recordó que la IV Flota fue reactivada en 2008, levantando suspicacias en los pueblos vecinos, porque se aumentó de forma significativa la maquinaria bélica de última generación que opera en la región. En ese momento se escucharon las protestas de los primeros mandatarios de Venezuela, Brasil, Argentina y Cuba, quienes alertaron sobre los peligros inherentes a esta decisión.

 

Rodríguez agregó que uno de los objetivos perseguidos es inhibir los esfuerzos soberanos que están haciendo los gobiernos de izquierda y derecha de Latinoamérica, para controlar de manera soberana la producción de materias primas, que son de gran relevancia en el funcionamiento del aparato productivo de las naciones industrializadas.

 

“El Departamento de Estado y el Pentágono no toleran la pérdida de influencia en el subcontinente, con la aparición de instituciones internacionales con gran dinamismo político como la Unasur, la Celac, el Alba y Petrocaribe. Quieren recuperar el terreno perdido a como de lugar”, finalizó.

(Nota de Prensa)