lunes, 2 / 12 / 2024

Terror en México: Los Zetas usaron hornos crematorios para ocultar asesinatos en masa

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El cártel mexicano de Los Zetas se sirve de una red de instalaciones de hornos crematorios con el objetivo de encubrir el exterminio masivo y sistemático de personas inocentes durante el período comprendido entre los años 2011 y 2013, momento en el que la organización mantenía un control gubernamental total sobre la mayor parte del estado de Coahuila, incluyendo medios de comunicación mexicanos, informa Breitbart.

 

Así, sus atrocidades en este Estado han permanecido en gran medida silenciadas y no documentadas por dependencias gubernamentales, locales, estatales, federales o internacionales.

 

El control del grupo criminal en aquellos momentos también incluía las cárceles de la ciudad; concretamente, la prisión de Piedras Negras, que convirtieron «en un auténtico crematorio», destaca el portal. Los Zetas mantenían un control operativo pleno del centro presidiario, hasta el punto de que llevaron «a más de 150 personas a la prisión para torturarlas, asesinarlas e incinerarlas», según información proporcionada por las autoridades mexicanas.

 

«No los van a encontrar porque a ellos los quemaron»

La investigación oficial confirmó estos hechos, sacando a la luz detalles aún más impensables. En este sentido, el subprocurador Juan José Yañez, que lleva a cabo la investigación del caso de Piedras Negras, explicó que Los Zetas tenían el control total de la prisión.

 

«Entraban y salían todos los días», dice Yañez en una entrevista. «Uno de ellos comenta que salía al Oxxo, compraba un café y leía el periódico», explica.

 

Miembros de la investigación interrogaron a algunos «internos» que comunicaron que lo ocurrido en la prisión no saldrá a la luz, recuerda Yañez. «Los internos nos decían: ‘Es que no los van a encontrar porque a ellos los quemaron'», agrega.

 

Además, la organización contaba con grandes ganancias económicas: para marzo de 2011 movían alrededor de una tonelada de cocaína al mes a través de la parte norte de Coahuila hacia Eagle Pass (Texas), obteniendo entre 6 y 12 millones de dólares mensuales. Fue entonces cuando el capo local, Mario Alfonso Cuéllar y sus asociados, Héctor ‘El Negro’ Moreno Villanueva y José Luis ‘La Guiche’ Garza Gaytan (que posteriormente huyeron a EE.UU.) fueron culpados por la jerarquía superior de los Zetas debido a la ausencia de una gran cantidad de dinero.

 

La respuesta de Miguel Ángel Treviño Morales, alias ‘El 40’, uno de los principales líderes de Los Zetas, fue ordenar «un exterminio sistemático» en la zona de Allende y en los pueblos cercanos Cinco Manantiales y Piedras Negras. «La orden era simple: matar a cualquier asociado que, de cualquier forma, mantuviera contacto con Villanueva o Garza Gaytán», indica el artículo, añadiendo que fue entonces cuando el cártel comenzó «a reunir a familias enteras, amigos, parientes lejanos y personas inocentes que tenían alguno de esos apellidos, incluso si no estaban relacionados».

 

«Durante la masacre desconocida de México, Los Zetas llevaron a cabo un exterminio sistemático al matar e incinerar más de 400 personas en Allende y los pueblos de los alrededores», sentencia el portal.

 

(RT)

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