Bebieron hasta morir, literalmente. Dos primos pasaron veinte horas seguidas tomando licor antioqueño. Entre ellos y varios familiares consumieron siete botellas. Dos días después fallecieron por complicaciones, un tío que tomó también está grave en el hospital.

 

Tomaron desde las 4:00 de la tarde del sábado hasta las 12:00 del mediodía del domingo mientras hablaban y escuchaban música en la casa de uno de los primos en el barrio La Polar, del municipio San Francisco.  

 

Los primos  empezaron a sentir malestar,  pero pensaron que se trataba de una “resaca”. Dolor de cabeza y muscular, vómito y mareo eran parte de los síntomas. “A ustedes los está matando es el ratón que tienen”, les dijeron sus familiares.

 

Pasaron todo el  lunes “recuperándose”, pero el malestar se acentuó. A los dolores se les sumó insuficiencia para respirar e irritación en los ojos.

 

Durante la madrugada del martes llevaron a Douglas José Gregorio Díaz, de 46  años, y a Carlos Luis Zambrano, de 27 años, a la emergencia del Hospital Noriega Trigo.  

 

“Vomitaban sangre, no podían respirar y casi no hablaban, estaban llorando del dolor”, contaron los familiares.

 

A las 3:30 de la madrugada murieron los primos. Casi de forma simultánea, ingresó el tío José Antonio Rondón Camacho, de 53 años, al centro asistencial. Los síntomas eran similares, pero los médicos lograron estabilizarlo. Sin embargo, no está fuera de peligro.

 

Kendri Simanca, un sobrino de Douglas, contó que a su tío le dieron una caja de doce botellas de antioqueño para que las vendiera en 1.200 bolívares cada una. 

 

Douglas se las vendió a sus mismos sobrinos. En la casa de su esposa se tomaron siete botellas del aguardiente. Las otras 5, las guardaron en la caja.

 

Los médicos del Hospital Noriega Trigo diagnosticaron intoxicación por la ingesta del licor. Al parecer, el líquido estaba adulterado; eso lo demostrará una prueba toxicológica que le realizarán los expertos, a las cinco botellas que no se tomaron.

 

La familia de Douglas no sabe de dónde él sacó el ‘antioqueño’. Aunque hay un allegado que asegura que la caja se la vendió “barata” un funcionario militar que la había decomisado en una alcabala.

 

Los parientes pidieron al Cicpc-Zulia que sometieran los cuerpos a una autopsia para certificar la causa de las muertes.

 

“Queremos que se investigue a profundidad, porque otras personas también pueden morir a causa de ese licor que resultó ser un veneno”.

 

Douglas José trabajaba como vigilante y dejó un hijo en la orfandad. Carlos Zambrano era operador de máquinas; dejó una niña de 9 años.

 

Cinco personas de la etnia Yukpa murieron después de consumir licor adulterado en la Sierra de Perijá, en septiembre de 2013. Otras 59 resultaron intoxicados.

 

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(Panorama)