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Decenas de personas hacían cola a diario para acariciar animales salvajes como si fuesen mascotas domésticas y fotografiarse junto a ellos en el zoo de Luján, unos 70 kilómetros al oeste de Buenos Aires, hasta que intervinieron las autoridades provinciales.

 

El establecimiento se enfrenta ahora a la clausura tras haber violado la normativa vigente. «La normativa de la provincia de Buenos Aires prohíbe, desde 1998, el acercamiento del público hacia los animales salvajes», dijo el subsecretario del Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense, Leonardo Mascitelli.

 

Según Mascitelli, el zoo de Luján arrastra denuncias previas, por lo que una nueva condena podría significar una importante «sanción económica o su clausura».

 

Los responsables del Ministerio tuvieron conocimiento de la infracción a través de las imágenes publicadas en las redes sociales por visitantes del zoo junto a leones y tigres en actitud dócil y una visita de inspectores confirmó las sospechas.

 

Los responsables del establecimiento alegaron que se trata de «animales domesticados» y «no hay riesgo» para quien decide acercarse a ellos.

 

El zoo de Luján ha sido denunciado en varias ocasiones por maltrato animal por organizaciones de defensa de los derechos animales.

 

En 2012, un poni mordió a una niña de cuatro años en este zoo bonaerense, mientras que años antes, en el zoo de Ezeiza, un niño de siete años fue atacado por un oso cuando le intentaba alimentar.

 

(EFE)