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Dormir y hacer el amor, dos de las actividades más agradables que podemos realizar sobre un colchón, tienen un insospechado nexo de unión.

 

Lo cierto es que durante el descanso nocturno se ponen en marcha mecanismos subconscientes con resultados sorprendentes.

 

1. Hay quien hace el amor en pleno sueño

 

Habíamos oído hablar de las personas sonámbulas que se pasean por la casa dormidas. Pero, ¿hay gente que hace el amor mientras duerme? Parece que sí. “ Se trata del llamado sexomnio, un estado de sonambulismo durante el cual la persona mantiene relaciones sexuales con su pareja –explica la psicóloga y sexóloga Aurora del Prado.  Esto sucede en la fase REM del sueño, que es la más profunda”. Al despertar, la persona no recuerda nada y si su pareja no se lo cuenta, no sabría lo ocurrido. Los comportamientos sexuales durante ese estado de sonambulismo son diferentes a los habituales. La sexóloga afirma que algunas personas se muestran más cariñosas, no tienen prisa, demuestran más ternura y voluntad de satisfacer a su pareja, mientras que otras, por el contrario, se convierten en amantes más agresivos o apasionados.

 

Los científicos ignoran por qué ocurre esto pero sospechan que esta conducta está ligada a zonas específicas del cerebro. Durante el sueño la mayor parte de los cerebros apagan su área del comportamiento, pero en los sexomníacos, el hipotálamo –esa parte del encéfalo que controla las necesidades básicas, como el hambre y el sexo- se revoluciona y estimula la libido.

 

2. Las chicas también tienen «sueños húmedos» (o algo parecido)

 

Aunque no eyaculemos como los hombres, un 40% de las mujeres tiene orgasmos mientras duerme. Según explica la sexóloga del Prado: “Todas nosotras, sean cuales sean nuestras circunstancias, tenemos necesidades emocionales de amistad, intimidad, afecto y satisfacción sexual. Y aunque para la mayoría de las mujeres las necesidades emocionales son más perentorias que las sexuales, estas últimas también tienen importancia”.

 

Durante un sueño erótico se acelera el ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo hacia los genitales, lo cual provoca la lubricación. Esto puede repetirse varias veces en una misma noche gracias al estado relajado provocado por el sueño, que nos hace más susceptibles a tener un orgasmo. Los sueños eróticos que desencadenan la reacción física aparecen en la fase REM, cuando es más difícil despertar al que duerme.

 

La experta señala que estos sueños suelen darse cuando se pasa un período largo de tiempo sin mantener relaciones sexuales: “La naturaleza es muy sabia y se sirve del sueño para satisfacer la necesidad sexual cuando ésta aparece”.

 

3. Puedes reaccionar a la estimulación estado dormida

¿Alguna vez te has deslizado hacia tu chico profundamente dormido y, a pesar de ello, él ha respondido de modo reflejo abrazándote o mostrándose cariñoso? Esto sucede porque en algún nivel subconsciente nuestro cuerpo responde de modo automático al tacto, aunque no seamos conscientes de cuánto deseamos intimidad y cercanía. Aurora del Prado, explica que aquello que se echa de menos en la vida real se manifiesta en los sueños, “porque nuestro cerebro nos compensa esa carencia». En esto hay un consenso científico: el cuerpo y el cerebro tienen reacciones sexuales y afectivas incluso cuando estamos dormidos, porque nuestro hipotálamo controla nuestras necesidades, entre ellas el contacto físico.

 

4. La calidad del sueño afecta a tu libido

 

Mientras dormimos, el organismo repone sus reservas hormonales, por eso las personas que duermen mal suelen tener niveles más bajo de testosterona, la hormona que alimenta el deseo. Durante las vacaciones, la gente está más relajada, sin horarios que cumplir y menos estrés. Esa es una de las poderosas razones por las que aumenta la actividad sexual durante los periodos de asueto. Además, señala Aurora del Prado, durante el día también hay horas más apropiadas que otras para mantener relaciones sexuales, y no son las de la noche, sino las de las siestas: “Concretamente el período del día más propicio es de cinco a siete, cuando la temperatura corporal está más alta, tanto en el hombre como en la mujer, y también cuando ambos están más relajados y más receptivos a la estimulación mutua”. Sin embargo, es curioso que algunas mujeres se sienten más excitadas precisamente cuando están cansadas, quizás porque en ese estado el cerebro recurre a un patrón de actividad más primitivo, que propicia una actividad erótica sin filtros.

 

5. Está justificado que los hombres se duerman después del sexo

 

Chicas, tenéis que ser comprensivas con vuestro chico si se queda sopa después de hacer el amor. Seguramente estará exhausto, no sólo porque el proceso sexual y la eyaculación le resultan físicamente agotadores, sino sobre todo porque su organismo ha recibido una descarga de la hormona prolactina, que les provoca una sensación de satisfacción, placidez y somnolencia. En las mujeres, sin embargo, la prolactina, así como la oxitocina, alimenta el deseo de comunicación, por eso nosotras preferimos los mimos en lugar de dormir…

 

(cosmohispano.com)