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Durante todo el año 2014, el presidente de la República, Nicolás Maduro, hizo reiterados llamados al diálogo a los distintos sectores opositores para que, en un solo plan de progreso, se adhirieran las diversas ideas en pro del país que los venezolanos merecen.

 

A principios de año, luego de las intentonas desestabilizadoras, Maduro sostuvo una reunión en Miraflores con representantes de la extinta Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en la que reiteraba un llamado a diálogo al sector estudiantil que se mantenía en las calles, supuestamente en voz de protesta, desde hacía casi ocho semanas. Pero nunca aceptaron, puesto que es bien sabido que se consideraba “traidor” a quien quisiera dar la mano al mal llamado “dictador”.

 

Asimismo, durante el mes de mayo, el Mandatario nacional volvió a expresar su preocupación sobre la ola de protestas, supuestamente pacíficas, que cobraron más de 40 muertos. A mediados de mes, Maduro convocó un nuevo llamado a diálogo con los protestantes y designó a Diosdado Cabello para la creación de “una comisión de alto nivel” que promoviera la paz.

 

Según lo reconocen varios representantes del Gobierno Nacional, el diálogo es una táctica que les legó el Comandante Chávez y con éste se ha logrado que muchos sectores económicos, industriales y productivos del país cumplan la Constitución.

 

Esta práctica permanente por parte del Presidente ha sido reconocida no solo en Venezuela sino en el mundo pues es reconocido como dialogador, antes como Canciller de la República y ahora como Jefe de Estado.

 

Cuando Ramón Guillermo Aveledo fungía como secretario general de la MUD, acusó al Gobierno Nacional de “no querer darle soluciones a la gente” en el marco de la problemática ejercida por el movimiento La Salida, el cual buscaba sacar al Presidente por vías inconstitucionales. En ese momento, el sector opositor autodenominado demócrata, suspendió el diálogo.

 

Sin embargo, días después, el presidente Maduro asistió a una reunión convocada por la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) como una nueva oportunidad para escuchar los requerimientos del sector opositor y retomar las vías de diálogo.

 

A pesar de todo, algunos sectores ultraderechistas han querido aprovecharse de la apertura del Gobierno para hacer chantajes y asumir posiciones inconstitucionales. Al respecto, el Presidente cuestionó: “Hasta ahora nos han dicho unas cosas que no pueden ser, así de sencillo (…) una cosa es tener una mesa de diálogo y otra cosa es tener una mesa de componenda”, y resaltó: “No aceptamos chantaje de nadie”.

 

Así pues, la oposición venezolana no ha aprovechado dichas mesas de diálogo para hacer escuchar sus propuestas porque, como diría el diputado asesinado, Robert Serra, no las tienen. No obstante, Maduro no dejará de hacer los llamados e indicar que “las puertas de Miraflores están abiertas” porque, como ha sucedido antes durante reuniones con gobernadores y alcaldes opositores, lo que se busca es “trabajar juntos por el país”. 

 

(LaIguana.TV)