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El excesivo uso de antibióticos se ha convertido en uno de los principales problemas de salud en el mundo. Un reporte comisionado por David Cameron en Inglaterra ha revelado que el costo de la resistencia microbial, exacerbada por el uso indebido de antibióticos, llegará en 2050 a significar la pérdida de 10 millones de vidas al año –esto es, más que el cáncer– y a costar alrededor de 100 billones de dólares anuales.

 

Según el encargado del reporte, Jim O’Neill, en los últimos 2 años 1 millón de personas ha muerto debido a este problema, el cual incluye la revivificación de la tuberculosis. O’Neill propone tomar medias enérgicas para contrarrestar la tendencia actual. 

 

-Obligar a las farmacéuticas a desarrollar nuevos antibióticos o pagar a otras compañías que sí lo hagan. (Actualmente existe muy poca inversión en el desarrollo de antibióticos a los cuales las bacterias no hayan desarrollado resistencia, esto debido a que crear nuevos antibióticos selectivos, no de amplio espectro, es sumamente caro).

 

-Prohibir que los doctores prescriban antibióticos si antes no han llevado a cabo exámenes para comprobar que hay una infección bacterial. «Debemos dejar de utilizar los antibióticos como si fueran dulces, que es lo que ocurre actualmente», dice O’Neill. Se deben brindar fondos para desarrollar exámenes rápidos que detecten una infección bacterial.

 

Los antibióticos suelen recetarse para tratar cualquier tipo de padecimiento del sistema respiratorio, incluyendo gripas o simples casos de tos aguda, cuando no están diseñados para eliminar virus (para los doctores es una forma cómoda de prevenir una infección futura o de resolver aparentemente el caso). Esto hace que diferentes microbios se vuelvan resistente a ellos, además de que va eliminando la diversidad microbial del microbioma de las personas. Una disbiosis o pérdida de especies bacteriales claves en el intestino humano ha sido asociada con una gran cantidad de enfermedades por diferentes científicos, incluyendo al doctor Martin Blaser.

 

A esto se suma la gran cantidad de antibióticos que son utilizados en animales de granja, los cuales luego son consumidos como alimento. 

 

El reporte señala que procedimientos como la cesárea o la quimoterapia podrían volverse sumamente peligrosos en un futuro si se sigue presentando un incremento en la resistencia microbial. 

 

Como era de esperarse, algunas farmacéuticas ya se han pronunciado en contra de estas medidas, protegiendo sus intereses económicos.

 

(Pijamasurf)