El colapso del servicio eléctrico zuliano es un problema que tiene unos antecedentes de varios años. Según algunos especialistas,  podría haberse evitado si se hubiesen desarrollado todas las fases del plan de generación mediante plantas termoeléctricas de ciclo combinado, diseñadas para funcionar con gas natural de petróleo, un recurso abundante en la región occidental.

 

Expertos que sostienen esta tesis mantienen actitudes críticas acerca de las políticas públicas desarrolladas en los últimos años por el Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica y la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec).

 

El proyecto de las termoeléctricas de ciclo combinado no se completó en la forma en que estaba previsto y, además, lo poco que se finalizó fue distorsionado, por lo que actualmente está operando con gasoil, un combustible más costoso y contaminante.

 

En un estudio del ingeniero eléctrico Alejandro López González, publicado en el diario Versión Final, se recuerda que en 2001 entró en funcionamiento Termozulia I,  planta a gas que debió ser luego sucedida por otras cuatro similares. Pero en lugar de realizar las inversiones necesarias para llevar el combustible gaseoso hasta las plantas, se optó por adaptarlas para el uso de diesel.

 

Esta “adaptación” es bastante cuestionable, pues aparte de requerir un sacrificio de seis millones de litros de gasoil diarios, la utilización de un combustible diferente al gas natural aumenta ostensiblemente la frecuencia de fallas, menoscaba la eficiencia e incrementa los costos de mantenimiento.

 

Según López González, el proyecto de plantas de ciclo combinado fue diseñado y desarrollado plenamente en Zulia, por personal de la extinta Enelven. Por ello, este ingeniero está entre quienes  consideran que la centralización y burocratización del sector eléctrico son las causas de la desviación del plan original.

 

¿Crisis premeditada?

 

En Zulia se está consolidando la creencia de que el colapso del servicio eléctrico ha sido planificado o, cuando menos, tolerado por funcionarios regionales y nacionales del sector, a lo largo de varios años, con la finalidad de forzar al gobierno a realizar inversiones de gran envergadura y darle el visto bueno a un controvertido proyecto de generación térmica con carbón.

 

Los datos duros parecen evidenciar que la caída acentuada comenzó en 2012. Se estima que la generación eléctrica en el territorio zuliano ha decaído a un ritmo de 7% anual, a lo que debe añadirse que ya para ese año solo se estaba produciendo el fluido en 68% de la capacidad instalada. Para 2015, se había desplomado hasta 46% en 2015 y en el corriente año se cree que anda en menos del 25%. Las cifras son extraoficiales, pero la población zuliana las considera creíbles tomando en cuenta el suplicio que sufre a diario con apagones que han venido extendiéndose en su tiempo de duración hasta llegar a entre 14 y 20 horas en una misma jornada.

 

Sobre el proyecto de la carboeléctrica se ha tejido una trama que bien podría servir para una película de intrigas y círculos de poder, todo aderezado con el color (y el calor) local zuliano.

 

Se dice que el plan data de muchos años atrás, pero que había estado frenado por el comandante Hugo Chávez, quien luego de un primer momento de entusiasmo por los desarrollos carboníferos, dio marcha atrás al oír los argumentos de los ambientalistas.  Esto explicaría por qué es después de 2012 que se replantea la idea, presentándola ahora como la solución más rápida a los problemas eléctricos de la región.

 

La planta de generación con carbón utilizaría materia prima proveniente de las minas del Guasare y de otras situadas al norte de la península de La Guajira. Dicho así parece un asunto resuelto, pero los técnicos aseguran que se requerirían grandes inversiones para cubrir la demanda de la planta, estimada en tres millones de toneladas métricas al año.

 

Adicionalmente, construir la carboeléctrica tomaría al menos tres años y significaría un egreso de aproximadamente  4 mil millones de dólares.

 

La adopción de la solución carboeléctrica significaría, desde el punto de vista ecológico, ir en dirección opuesta al proyecto del Parque Eólico de La Guajira que, por otro lado, perdió el impulso inicial y se encuentra prácticamente fuera de operación. Esta parálisis es otra de las causas del colapso eléctrico en Zulia, pues la generación eólica debería estar al menos cubriendo parte de la demanda de la península y hasta algunos sectores urbanos.

 

(LaIguana.TV)