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CAPITULO I: La venganza de las prostitutas venezolanas. Agosto de 2015, el presidente Nicolas Maduro ordenó cerrar la frontera, una comisión de militares fue atacada cuando pisaba los talones de las mafias del contrabando. A partir de ese momento el secreto a voces que al desnudo, todo y cuanto pudiera venderse a Colombia era pasado a través de los caminos verdes y no tan verdes.

 

 
Solo bastaba con poner un pie en las poblaciones fronterizas del lado de Colombia para ver los productos regulados por el gobierno venezolano que escaseaban en el país y para más indignación, los subsidiados para asistir a la población más vulnerable.

 

En nuestro recorrido por Apure que colinda con el Arauca colombiano, los colegas comentaban al mejor humor llanero que si el viento pudiera embolsarse y venderse a Colombia pues Venezuela ya no tendría aire de pronto una voz se escucho, y tenga esto presente compañera, “ en medio de tanto desangre por lo menos las prostitutas venezolanas se están vengado por todos”, hubo un silencio y luego el análisis.

 

Resulta que las prostitutas venezolanas cobran de manera integral lo que las colombianas cotizan por cada servicio por separado, en este caso el diferencial cambiario favorece a las venezolanas, ganan menos en Colombia pero al pasar a Venezuela se multiplica el dinero quitándole los clientes a las colombianas, en eso consiste la venganza de las prostitutas venezolanas.

 

Una simple regla de tres tal y como lo calcula DólarToday una página que nació en el año 2010 y está residenciada en Estados Unidos.

 

CAPITULO II: DólarToday los verdugos de la economía venezolana

 

“El tipo de cambio publicado por DólarToday se alimenta de fuentes de información que no son conocidas y que no reflejan la realidad de las fuerzas del mercado. Esta publicación ha contribuido a generar mayor volatilidad, incertidumbre y expectativas infundadas de depreciación del Bolívar frente al Dólar de los Estados Unidos”, no lo dijo el presidente Nicolas Maduro, ni ninguno de sus ministros, ni el gobernador del Táchira Vielma Mora, lo dijo la CEPAL, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe organismo de la ONU.

 

En un reciente informe que la CEPAL entregó el julio de 2016 a los gobiernos de Colombia y Venezuela quienes le pidieron que evaluara la evolución de los flujos comerciales e informales en las fronteras de ambos países y el impacto que causa los diferenciales de precios y tipos de cambio, revela la nefasta influencia de DólarToday en la frontera y las distorciones que producen en las economías pero principalmente en la venezolana.

 

El comportamiento de DólarToday a partir de 2013 ha tenido una depreciación continua y acelerada sin ninguna justificación. Preste atención a este parte del informe, para el 2010-2011 el Bolívar se situaba entre 9,4 y 9,5 por Dólar. En el 2012-2013 se ubicó en 17,4 y 64,3 bolívares por dólar registrando variaciones entre 83,2% y 266,5%. Luego de moderar su tasa de depreciación en el 2015 (60,4%) el tipo de cambio publicado por DólarToday se situó en 833,3 bolívares por dólar.

 

“La depreciación contínua y acelerada publicada por DólarToday no muestra una relación con la evolución del comercio entre Colombia y Venezuela”, dice el informe de la CEPAL que sigue revelando que más bien “ha servido para generar expectativas de devaluación. Esto lo demuestra que pese al cierre de la frontera el tipo de cambio publicado por DólarToday se ha seguido depreciando. También genera mayor volatilidad cambiaria. Con todo, este tipo de cambio se ha transformado en una fuente de distorsión del mercado cambiario con efectos negativos tanto en Venezuela como en Cúcuta”

 

CAPITILO III: La ruleta rusa

 

“Llegó lo que viene y vuelve y viene y vuelve a Venezuela”, gritaba una mujer mientras exhibía los productos de contrabando de Venezuela en el sector La Parada que es la puerta de entrada a Cúcuta, el día que Colombia decidió abrir la frontera en lo que llamaron corredor humanitario pero que los mismo vendedores informales colombianos describieron como un corredor comercial.

 

El informe de la CEPAL describe cómo los dólares que salen de Venezuela son cambiados en Colombia y luego entran nuevamente a Venezuela, pero inflados. Un ejemplo pone al descubierto la operación.

 

En el 2013 el dólar para los viajeros se ubicaba en 6,3 dólares, 100$ se compraban al mercado oficial a 6,3 bolívares por dólar y eso equivalía a 630 bolívares, la persona que los recibía en Colombia los cambiaba a pesos colombianos. Si se asume un tipo de cambio de 1.900 pesos colombianos por dólar, esos 100$ los convertían en 190 mil pesos colombianos y estos nuevamente eran cambiados en el mercado de divisas de la frontera y enviados a Venezuela. A mediados del 2013, el tipo de cambio estaba a 35 pesos colombianos por bolívar, convirtiendo la moneda colombiana en 5.429 bolívares. Eso representaba una ganancia de 4.800 bolívares.

 

Una resolución, la número 8 incluida en la normativa de la República de Colombia que permite el libre cambio en la frontera es la piedra medular de la situación.

 

CAPITULO IV: ¿Ley de la Oferta y la Demanda, libertinaje cambiario ó choques de modelo?

 

Detalla el informe de la CEPAL, que “de acuerdo a la legislación colombiana la compra y venta de divisas, pueden ser desarrolladas profesionalmente por los residentes en Colombia bajo inscripción al registro mercantil, sin que se requiera autorización previa por parte de la Superintendencia además, las casas de cambio no están sometidas a control y vigilancia de la Superintendencia”.

 

La ley de la oferta y la demanda rige en Colombia, “un cambio flotante o como lo señala el Banco de la República colombiano: la flexibilidad cambiaria permite que la tasa de cambio opere como una variable que ajuste ante los choques que recibe la economía, reduciendo la volatilidad de la actividad económica, la flexibilidad permite acercar la inflación y el producto a su valores deseados. Pero más allá, la flexibilidad cambiaria reduce los incentivos en los riesgos cambiarios por parte de los agentes económicos, lo cual es vital para la estabilidad financiera”. Fin de la cita.

 

La realidad y argumentos en Venezuela es otra. “El sistema de formación de precios obedece a un sistema centralizado según el cual los precios se determinan de acuerdo a criterios de justicia social. No rige la ley de la oferta y la demanda sino la Ley de Costos y Precios Justos que se determina en base a 5 factores: la estructura de costo, el precio máximo del producto o importador, la ganancia, el margen de intermediación y el carácter estratégico del producto con un margen de ganancia del 30%.

 

CAPITULO V: Choque de titanes

 

Estamos frente a un choque de modelos el capitalismo y el socialismo. Qué pide Venezuela a Colombia? La derogación de la resolución número 8 para que el cambio en la frontera se rija por lo establecido entre los bancos centrales de ambas naciones.

 

El Banco de la República de Colombia alega que no compra ni vende divisas, hacen una evaluación post estadísticas de todas las transacciones para indicar el valor de la tasa representativa del mercado por eso el bolívar cuesta en Bogotá 4,51 pesos y en la frontera 2,5 pesos.

 

Tres mesas abordan los diferentes problemas, uno de ellas la de comercio cuya discusión se centró en el diferencial cambiario.

 

La posición de Venezuela fue muy tajante “de resolver el diferencial se resolverá todo, pero si no se resuelve ese punto no podemos avanzar” puntualizó el gobernador del Táchira, José Vielma Mora.

 

Hay tres posiciones del lado colombiano, el Banco de la República se niega a derogar la resolución 8, la Ministra de Turismo y Comercio plantea evaluar la solicitud de Venezuela para la próxima reunión que se llevará a cabo el 23 de agosto en Bogotá, y lo que piensan que se debe tomar como referencia la tasa oficial de Venezuela representada en el DICOM que se ubica en más de 600 bolívares y no el dólar paralelo o DólarToday para evitar un cambio dual en la frontera.

 

En definitiva, el diferencial cambiario es el punto medular en el diálogo que llevan adelante las autoridades de Colombia y Venezuela. Es en realidad el gran desafío, si no se resuelve la gran pregunta es: ¿valió la pena el cierre de la frontera? pues de allí se derivan todas las distorsiones y excesos. Lo sabremos el 23 de agosto.

 

(Madelein García)