«La humanidad siempre ha dependido del mar. Desde que aparecieron pescadores, aparecieron también los conflictos por la pesca», sostiene en un artículo para Foreign Policy la comandante de la Guardia Costera de EE.UU., Kate Higgins-Bloom.

 

Con ello, los riesgos de que una disputa sobre los derechos de pesca pase a un conflicto armado grave no dejan de aumentar a día de hoy, asegura la autora. Es más, «la reanudación de la competencia entre las grandes potencias ha aumentado la probabilidad de una guerra pesquera», añade Higgins-Bloom.

 

Disputas prolongadas agotarán todos los recursos

 

Los actuales recursos pesqueros mundiales —tanto silvestres como de piscicultura artificial— no son suficientes para satisfacer una demanda tan alta, señala la comandante estadounidense. Con ello, el agotamiento de las reservas pesqueras mundiales a partir del 2050 puede llevar a que los Estados influyentes priven de los recursos a sus vecinos más débiles, asegura la experta.

 

La autora indica que una de las posibles soluciones del problema es el desarrollo de la industria de piscicultura artificial, sin embargo, señala que estos esfuerzos, al ritmo actual, no son suficientes para reducir el riesgo de guerras pesqueras.

 

«Un mundo superpoblado y hambriento significa que las batallas por los recursos son una posibilidad real», reitera Higgins-Bloom, al señalar que las disputas iniciales se producirán entre naves relativamente pequeñas que pescan en las mismas aguas. «Pero por modestos que sean sus comienzos, los próximos conflictos mundiales por la pesca tienen el potencial de escalar hacia disputas prolongadas que agotarán todos los recursos», concluye al autora.

 

(RT)