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Los patrocinadores del movimiento La Salida, el cual hizo llamados de calle durante los meses de febrero y marzo de 2014, causó la muerte y heridas en un buen número de venezolanos, además de violación al libre tránsito en diferentes comunidades a nivel nacional, parecen no cejar en sus empeños de desestabilización.

 

En este sentido, María Corina Machado, Leopoldo López, desde su encarcelamiento, y el alcalde Antonio Ledezma emitieron un comunicado a través del movimiento Congreso Ciudadano, en el que anuncian una nueva etapa de La Salida.

 

Se podría decir que es difícil visualizar claramente otro objetivo del comunicado que no sea el de pedir la renuncia a Nicolás Maduro, el presidente de la República escogido constitucional y legítimamente por el pueblo venezolano, puesto que no hay ninguna otra propuesta.

 

Cabe destacar, además, que el comunicado viene a publicarse de forma orquestada luego de que la opinión popular conociera que el llamado a paro nacional convocado por la oposición para el lunes 12 de enero fuese un fracaso.

 

Es bien sabido, además, que este tipo de acciones son las que llevaron al resquebrajamiento y posterior colapso de la coalición opositora nombrada Mesa de la Unidad (MUD), que nunca fue tal cosa, pues solo se dio la unión de muchos partidos que pujaban por el poder y no por el bienestar del pueblo.

 

No obstante, en los últimos meses, corrió a vox populi que el principal inconveniente de los derechistas giró en torno al conflicto entre quienes querían la destitución inmediata de Nicolás Maduro, como Machado y López, quienes recurrieron a los llamados violentos a principios de 2014, y quienes apuestan por una salida democrática electoral.

 

Así pues, el mencionado comunicado no hace referencia a propuestas de país para salir de la supuesta “crisis nacional” que tanto es nombrada, por el contrario, está plagado de quejas nefastas sobre la economía y la sociedad en la que vivimos.

 

Lo más curioso es que Machado y Ledezma no hacen mención a los viajes de disfrute y placer que la “crisis” socialista les permitió hacer el pasado mes de diciembre.

 

Quizás el “cambio” que piden estos señores no tenga que ver solo con el Gobierno o con Maduro, tal vez deben comenzar a pensar en cambiar sus políticas violentas y oligárquicas, que incluyen jugar con los alimentos básicos que la familia venezolana necesita en su mesa, con el combustible, y con la violencia exacerbada por la que dirigen su supuesta causa.

 

A Venezuela le vendría bien, más que un “cambio inminente” de presidente, un “cambio inminente” de las actuaciones en la oposición. Tener un oponente que proponga nuevas ideas, que critique constructivamente y que, a pesar de las diferencias, esté dispuesto a hacer lo mejor para el país y que respete la voluntad electoral de la mayoría, sería aún más fructífero que llamados a la violencia o comunicados sin fundamentos.   

 

(LaIguana.TV)