Por décima cuarta vez se realiza la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), esta vez con la novedad de tomar numerosos espacios patrimoniales e institucionales del casco histórico de Caracas.

 

El coordinador general de la Feria, Raúl Cazal, gerente del Centro Nacional del Libro, conversó con LaIguana.TV acerca de este importante acontecimiento cultural que se lleva a cabo a pesar de todos los pesares.

 

A continuación, una versión del diálogo que Cazal sostuvo con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

-Por primera vez se realizará la Feria en el centro de la ciudad. Háblanos de eso.

 

-Organizar la Feria es una tarea que nos asignó el ministro (de Cultura) Ernesto Villegas, en la que él mismo se ha puesto al frente. No es que dictó las líneas y se puso al margen. No. Él está en primera línea de esta Feria Internacional del Libro y uno de los propósitos es mostrar al pueblo venezolano cómo está resurgiendo la cultura y cómo estamos batallando desde la cultura. Para eso trajimos la imprenta del Correo del Orinoco, la bicentenaria, la que trajo Bolívar a Angostura. Está en Caracas y será exhibida en la sede del Gobierno del Distrito Capital, en un espacio expositivo creado para tales efectos.

 

-¿La Filven estará repartida en diferentes espacios de valor patrimonial?

 

-Sí, la Casa Amarilla, Patio de los Leones (en la sede de la Alcaldía del Municipio Libertador), Casa de la Historia Insurgente, Casa Bicentenaria, Museo Boliviano, Casa de las Primeras Letras Simón Rodríguez… Son trece espacios que serán copados por las 500 actividades que están programadas. Eso habla de la magnitud de lo que estamos desarrollando. 70% de esas actividades son del sector del libro, pero estarán otros sectores culturales como danza, música y teatro.

 

-¿Cómo serán los horarios, considerando que pese a que ha sido rescatado sustancialmente, el centro de Caracas sigue siendo una zona diurna porque continúa teniendo problemas de transporte y seguridad en las noches?



-Están los dispositivos de seguridad que el Estado va a proveer para tales efectos. Tenemos toda la disposición para que la Filven sea una fiesta en la que todos puedan involucrarse. Recordemos que la inseguridad ocurre cuando abandonamos los espacios. En este caso lo que vamos a hacer es lo contrario: vamos a estar donde está el pueblo. La Filven no es un espacio dispositivo, sino un lugar donde la gente ya se encuentra. Allí vendrán los lectores que quieran asistir a la Feria, más las personas que están pasando por el casco histórico. En cuanto a transporte, quienes quieran estacionar en la zona tradicional del Teresa Carreño, tendrán un bus que se movilizará cada hora desde el hotel Alba Caracas hasta la esquina de Sociedad donde estará el portal de bienvenida a la Filven.

 

-La Feria tiene un eje temático que es la juventud, y una homenajeada, que es a poetisa Ana Enriqueta Terán, quien vivió casi cien años. ¿Es una metáfora poética?

 

-Vivió 99 años. Nuestra intención era hacerle el homenaje en vida cuando estuviera cumpliendo los cien años. Ella tiene un poema que dice “la poetisa cuenta hasta cien y se retira”… Lamentablemente llegó hasta 99, pero se quedó para siempre y se quedó con esta feria. Por ello mantenemos el homenaje a Ana Enriqueta Terán y lo unimos también a los 200 años del Correo del Orinoco.

 

-Otro de los temas fundamentales es el de las comunidades migrantes. En este momento, en el que Venezuela está en el ojo del huracán por las migraciones, ¿qué sentido tiene esto?

 

-Un sentido político absolutamente pertinente. Tenemos muchos compatriotas que se han ido por diferentes motivos, algunos bajo el engaño de la vida mejor en otros lugares. No se fueron porque estén siendo perseguidos o el Estado los esté corriendo. Se han ido por diferentes expectativas para su vida. Ahora están regresando con la Misión Vuelta a la Patria. Además, en Venezuela hay muchos migrantes. Algunos hicieron contribuciones muy importantes en el campo de la cultura, como Ángel Rama, fundador de la Biblioteca Ayacucho. Tenemos a Benito Milla que fue uno de los fundadores de Monte Ávila Editores. También tenemos a importantes libreros uruguayos, argentinos, chilenos. Y tenemos a muchos migrantes en general que han adoptado a Venezuela como su país. Es el momento para demostrar que se quieren quedar. Recientemente, un contingente de 8 mil personas fueron naturalizadas por el presidente Nicolás Maduro. Esa es una demostración de que quieren vivir aquí. Es cierto que otros han asumido ese imaginario de una vida mejor en otras partes, y lo que han hecho es esclavizarlos, prostituirlos, cosas muy graves, pero nosotros tenemos que demostrar que este es un país que tiene todo el potencial y la virtud del batallador.

 

-Esta es la décima cuarta edición de la Filven. ¿Cómo ha escalado, cómo ha sido su crecimiento internacional en un continente donde hay grandes ferias del libro?

 

-Esta es una feria sui géneris. Las grandes capitales del mercado editorial han sido históricamente las de otros países: la de México, que es en Guadalajara, la de España, en Barcelona, la de Argentina, en Buenos Aires, y la de Bogotá, que ha tomado cariz también como mercado internacional. La nuestra es una feria de inclusión, no es el sentido mercantil lo que prevalece. Sin embargo, nos van a acompañar editores y editoriales internacionales, de Argentina, Ecuador, Perú, Chile, Colombia, El Salvador, Cuba, Irán. El país invitado, que es Turquía, va a traer dos toneladas y media de libros en español, inglés y turco. Vienen unas treinta figuras internacionales como Ignacio Ramonet, Katu Arkonada, Alicia Jrapko, Luis Brizuela, Vicente Battista, quien dará un taller sobre literatura negra para que los jóvenes se adentren en este género. También tendremos una cantidad de talleres y seminarios como el IV Seminario de Literatura Latinoamericana y de Caribe, que dirige Mirna Alcibíades y tratará el tema Mujer y literatura, bajo el título Palabra de mujer. También tendrá ella otro taller sobre literatura venezolana juvenil, para saber qué están escribiendo los jóvenes. Asimismo tendremos un coloquio sobre literatura infantil, literatura de lenguas originarias… No es fácil resumir todo lo que tenemos planificado.

 

-Hablando del país invitado, Turquía, ¿cuáles son las tendencias literarias en boga en esa nación que parece tan remota, pero a la vez es tan cercana a nosotros?

 

-He estado en Turquía y realmente, lo más parecido a nosotros son los turcos. En la manera de ser, de vernos, de interactuar, la amabilidad, la esperanza siempre por delante. Vienen poetas y narradores turcos muy importantes en una delegación de trece personas. También traen una muestra cinematográfica y una gastronómica. Vamos a encontrarnos con la literatura turca. Incluso hay un encuentro de creadores de ambos pueblos. Es un momento para que sigamos cruzando nuestras fronteras.

 

-La situación de la industria editorial es complicada. Hay problemas con todos los insumos: papel, plancha, tinta. Las editoriales privadas que siguen en Venezuela se encuentran en una especie de estado de hibernación. ¿Qué aporten pueden dar en esas condiciones a una feria del libro?

 

-En principio vamos a tener más de 120 novedades, de presentaciones de libros. 60% es del sector editorial del Estado, que es el que tiene una política clara de inclusión, de democratización del libro. Pero voy a responder con un refrán árabe a propósito de que hablamos de los turcos: “el tiempo de los hombres no es el mismo tiempo que el de los padres”. Me refiero a que seguimos pensando en que el libro de papel es eterno, pero hay cambios que se están dando en otras latitudes que apuntan al libro electrónico, a la lectura digital. No solo en materia de libros. Todo lo que tiene que ver con el periodismo es cada vez más digital que impreso. Incluso los medios hegemónicos, como por ejemplo el New York Times, ya solo se imprime una pequeña cantidad para las suscripciones o  en fechas especiales como los domingos. Hay que ver cómo se está comportando la lectoría digital. Tenemos que hacer énfasis en esa plataforma que es más democrática. Hacer llegar un libro venezolano impreso a Turquía tiene mucho mayor costo que enviarlo por correo electrónico. Se hace mucho más fácil que se conozca en China la poesía de Luis Alberto Crespo o la literatura de Luis Britto García, a través del libro digital que a través del libro impreso. Le llegaría a mucha más gente. Eso es algo que sucederá en el tiempo. No sabemos cómo serán las ferias internacionales del libro dentro de poco. Tendríamos que rehacernos, repensarnos. Es parte de la dinámica. No podemos quedarnos en el pasado.

 

-Lamentablemente, la crisis general de la economía también influye en la posibilidad de acceso a las plataformas digitales. Mucha gente que antes tenía un teléfono apropiado o una tablet, ya no lo tiene. Son dificultades adicionales…

 

-Hay que ir trabajando en eso. De hecho, las Canaimitas y las tablets de las Canaimas son algunas de las opciones. Por cierto, van a estar en la Filven mostrando todos esos aparatos. En Librerías del Sur vamos a tener los libros de papel y los digitales. En el pabellón infantil también los niños se encontrarán con las dos opciones, porque lo digital es su futuro. Vuelvo con el dicho árabe: el tiempo de los hombres no es el mismo que el de los padres. Ellos van a ver otro tiempo, que todavía no sabemos cómo será.

 

-Tú experimentaste hace años con la modalidad de publicación de Comala (una editorial por demanda). ¿Esto ha tenido éxito?, ¿sigue funcionando?

 

-Sigue funcionando. Pero es necesario avanzar en las dos cosas (papel y digital). Hay un gran temor por lo desconocido. Eso ha pasado siempre. Ocurrió cuando surgieron los códices que sustituyeron a los papiros. La gente decía que no era lo mismo, que no se acostumbraban. Y cuando llegó Gutenberg con su imprenta, cambió todo de nuevo. Los copistas, que tardaban años en hacer un libro, fueron contra Gutenberg y contra la imprenta. Esto es una constante en la historia del libro. Lo importante es que mientras los soportes cambian, se mantiene el pensamiento, la memoria, la imaginación. Lo que importa es la lectura. Los soportes siempre van a cambiar.

 

-¿Qué mensaje das para invitar al público a la Filven?

 

-Todos, desde el presidente de la República y el ministro Villegas hasta nosotros, lo que queremos es que esto sea una fiesta en la que todos podamos participar, adquirir libros, tener acceso a libros gratuitos, intercambiar libros usados. También aspiramos a que participen en la reflexión que estamos haciendo, y en la formación, en los talleres para hacer libros artesanales, para escribir… La Feria del Libro es el espacio para cumplir nuestro lema: Leer es vida.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)