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El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se sentará en el banquillo de los acusados tres veces, después de que un juez aceptase una nueva denuncia en su contra por sospechas de corrupción.

 

Lula, el presidente más popular de la historia de Brasil, se enfrenta a dos juicios por corrupción, en ambos casos por recibir presuntos pagos y favores de sendas constructoras, y en el tercero por haber tratado de callar a un testigo que le señala como uno de los cabecillas de la red que saqueó la petrolera estatal Petrobras durante al menos una década.

 

El exmandatario (2003-2011), que cumplirá 71 años dentro de dos semanas, también es investigado por el Tribunal Supremo por su supuesta participación en los desvíos de fondos millonarios de la petrolera, pero en este caso no es considerado reo ni se le imputa ningún delito.

 

Persecución Política

El líder del Partido de los Trabajadores (PT) ha rechazado todas las acusaciones y ha denunciado insistentemente que es blanco de una persecución por parte de los tribunales, con el objetivo de evitar que sea candidato en las elecciones presidenciales de 2018.

 

Los abogados de Lula afirmaron en un comunicado que el exmandatario es víctima de una “guerra jurídica” que se sostiene en “acusaciones absurdas y sin pruebas”, como es el caso de la nueva denuncia.

 

Caso Odebrecht

La denuncia más reciente acusa a Lula de recibir sumas millonarias de laconstructora Odebrecht. 

 

Según la acusación, Lula presionó al banco de fomento de Brasil, elBanco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), para que concediera créditos a Odebrecht con el fin de que lograse adjudicarse un contrato en Angola.

 

Los pagos, que ascendieron a 9 millones de dólares los hizo Odebrecht a una empresa que en la época de los hechos acababa de abrir sus puertas, no tenía ninguna experiencia en grandes obras y había sido fundada por Taiguara Rodrigues dos Santos, sobrino de la primera esposa de Lula.

 

En el tercer juicio, abierto en otra corte de Brasilia, los cargos se refieren a un presunto intento de soborno por parte de Lula al exdirector de Petrobras Nestor Cerveró, con la intención de que se negase a delatar a otros miembros de la red de corrupción.

 

(EFE)