Unos restos humanos hallados recientemente enterrados en el sótano de una casa en Lake Grove (Nueva York, EEUU) resultaron pertenecer al padre del dueño de la vivienda, que desapareció misteriosamente hace casi 60 años. La identidad del hombre, que según las autoridades locales fue víctima de un asesinato, fue confirmada este miércoles, informa Newsday.

 

George Carroll, un veterano de la Guerra de Corea que contaba entonces con poco menos de treinta años, fue visto con vida por última vez en 1961. Dorothy, su mujer y la madre de sus cuatro hijos, les aseguró a los pequeños —que en ese momento tenían entre ocho meses y nueve años de edad— que el hombre simplemente salió un día de la casa y jamás volvió.

 

La mujer, que falleció en 1998, nunca proveyó mayores detalles ni tampoco denunció la desaparición de su marido. A su vez, otros familiares dijeron a los hijos que su padre los abandonó y que posiblemente había regresado a Corea del Sur. Sorprendentemente, un vidente le sugirió a Michael —el menor de los hermanos, que compró la casa a su madre a principios de los años 1980— que los restos de su progenitor se encontraban en alguna parte del sótano.

 

Michael comenzó hace unos meses a excavar en el lugar, pero luego interrumpió esos trabajos por miedo a dañar la vivienda. Posteriormente, un radar cuya señal puede penetrar el suelo permitió encontrar una irregularidad a poco menos de 2 metros de profundidad.

 

Los hijos de Michael retomaron los trabajos de excavación hasta que finalmente, el pasado 30 de octubre, perforaron una capa de hormigón —colocada allí tras la desaparición de George y que cubría un antiguo pozo—  y encontraron allí un esqueleto casi intacto.

 

Un peritaje forense determinó el impacto de un objeto obtuso en la cabeza con la consecuente fractura de cráneo y daño cerebral entre las causas de muerte del fallecido, mientras que el análisis de ADN de los restos confirmaron que los mismos pertenecían a George Carroll.

 

Los hijos del difunto tomaron la noticia con mucha emoción y alegría al saber finalmente que su padre no los había abandonado, tal y como creyeron durante toda su vida. Sin embargo, es posible que la muerte de George nunca termine de esclarecerse, ya que la siguiente pareja de Dorothy —quien se mudó a la casa de la mujer al poco tiempo de la desaparición del difunto y podría ser la última persona que pudiera conocer las circunstancias de esa muerte— falleció hace varios meses en México.

 

(RT)