“Rechazamos firmemente las pretensiones de invasión de Estados Unidos y Colombia. Si vienen, nos verán del lado patriota”, dice el periodista Manuel Isidro Molina, a pesar de ser un severo y pertinaz crítico del gobierno bolivariano, al punto de calificar la situación actual del país como una tragedia histórica.

 

Molina conversó con LaIguana.TV a propósito de que la organización política en la que milita, el Movimiento Popular Alternativo (MPA), es parte de la Plataforma Pro Referendo Consultivo, que ha propuesto una consulta nacional sobre la eventual realización de nuevas elecciones para la presidencia de la República y para la Asamblea Nacional, como salida a la actual coyuntura nacional.

 

El entrevistado no estuvo entre los promotores del referendo que se reunieron con Juan Guaidó, un cónclave que desató grandes polvaredas, pues se dijo que los exministros del comandante Chávez habían reconocido al diputado como presidente encargado. Molina sí participó, en cambio, en un encuentro interno que tuvieron los integrantes de esta plataforma para aclarar las dudas que se levantaron. Con esa información, asegura que ni los exministros ni los restantes integrantes de la alianza pro consulta han avalado al parlamentario autoproclamado.

 

A continuación, una versión del diálogo sostenido por Molina con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

-La propuesta de referendo se presentó en una rueda de prensa, pero a los pocos días se vio algo enturbiada porque una parte de sus promotores, los que se identifican como exministros del gobierno de Hugo Chávez, se reunieron con Juan Guaidó. No te vi en esa reunión… ¿No te invitaron o te invitaron y no quisiste ir?

 

-No fui porque en realidad no fue una entrevista de la Plataforma por el Referendo Consultivo, sino que había sido solicitada el 17 de enero, antes de la autojuramentación de Guaidó como encargado de la presidencia, pretensión que nosotros no reconocemos. Ellos fueron a nombre de la Plataforma de Defensa de la Constitución, que es el equipo que comenzó a plantear la posibilidad del referendo. Ellos fueron a la Asamblea Nacional a reunirse con el presidente de ese órgano, no con el Juan Guaidó que se atribuye la presidencia de la República porque, repito, no lo reconocemos como tal. No lo reconocen ellos (los exministros) ni mucho menos el resto de los miembros de la Plataforma por el Referendo. Claro, como ese es un centro de expresión política, y además, de manipulación política, se tomó como que los exministros de Chávez iban a avalar la condición de presidente encargado de Guaidó, que no reconocemos en la Plataforma. Además hubo unas declaraciones un poco fuera de contexto, que no expresan la política común. Eso lo analizamos en una reunión al día siguiente…

 

-¿Esas fueron las declaraciones de Héctor Navarro?

 

-Sí, las de Héctor Navarro… Algunos pensábamos que esa reunión (con Guaidó) ha podido aplazarse hasta después de la Conferencia de Uruguay, para no entrar en el toma y dame gobierno-oposición o Presidencia de la República-Asamblea Nacional, sino más bien dejar que bajaran las aguas.

 

Molina, analista político de larga trayectoria, valoró positivamente lo ocurrido en Montevideo, donde hubo dos reuniones paralelas sobre Venezuela. Indicó que quedó claro que la Unión Europea no reconoce a Guaidó como organismo multinacional porque no hay unanimidad debido a las posturas de países como Grecia y Turquía (que apoyan a Maduro) y la de Italia que dice que si no se reconoce a Maduro, cuya autoridad procede de unas elecciones, menos puede reconocerse a alguien que no fue electo.

 

Estamos del lado patriota

 

-Mucha gente no tiene claro que el resultado de Uruguay fue positivo –continuó- , pero creemos que sí lo fue porque estos actores entraron en la escena internacional y aplacaron un poco la pretensión invasora de EEUU, que rechazamos firmemente porque somos defensores de la paz y estamos en contra de la invasión norteamericana y colombiana que está montada. Consideramos que esto conduciría a un holocausto porque sabemos de la preparación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, de la Milicia y de las organizaciones cívico-militares que van a enfrentar esa invasión. En mi caso y el del Movimiento Popular Alternativo, nos verán del lado patriota, confrontando en la medida de nuestras posibilidades a los invasores, independientemente de las críticas que le tenemos al gobierno, y de que consideramos que vivimos una tragedia histórica. Claro que no culpamos de eso exclusivamente al presidente Maduro porque a él lo han demonizado, estigmatizado, menospreciado, subvalorado como parte de un plan consistente del Comando Sur que requiere un presidente descalificado para poder arrasar al país. Eso es parte de la preparación comunicacional y psicológica de la guerra. En esto pesa la locura de Donald Trump, que es un tipo desequilibrado, fascista en el fondo, que ha dicho que EEUU necesita ganar una guerra. Además, él necesita ganar una guerra porque resulta que es un presidente minoritario que perdió las elecciones con 2 millones 700 mil votos menos que Hillary Clinton, pero resultó presidente por el sistema de colegios electorales que rige allá. Por otro lado, perdió la Cámara de Representantes, tiene control del Senado apenas por un tilín, y está en un promedio de 35% de popularidad. Entonces quiere ganar una guerra, así sea a través de un holocausto sobre nuestra patria, con masiva destrucción y asesinato de decenas de miles de venezolanos y venezolanas, todo eso para elevar su posición en las encuestas y asegurarse la reelección. Es algo criminal que nosotros rechazamos y no nos explicamos cómo es que hay venezolanos que han sido convencidos de las “bondades” de una invasión, que creen que es un videojuego.

 

-Ustedes proponen un referendo para que el pueblo diga si quiere nuevas elecciones presidenciales y adelantar las de la AN, pero con un nuevo Consejo Nacional Electoral. El problema es ¿cómo se elegirían los miembros de ese nuevo CNE?

 

-Hemos dicho que con este CNE, que no genera confianza mayoritaria en el país, no debe hacer ningún referendo que solucione la parte política de la tragedia nacional que vivimos. Proponemos una renovación del CNE mediante un acuerdo de interés nacional, que no es un acuerdo de cúpulas. En esto puede ayudar mucho la intervención respetuosa de factores internacionales, como estos que se reunieron en Montevideo, como el papa Francisco y la iglesia Católica, que ya ha dicho que está esperando que Guaidó se lo pida por escrito, porque ya lo hizo el presidente Maduro. Estos cinco rectores tendrían que ser designados mediante acuerdo. Eso significa que el gobierno tendrá representación y la oposición también, pero no es que habrá un independiente progobierno y otro pro oposición, como hacían AD y Copei en sus tiempos. Si se hace así será una mascarada, se le verán las cuatro patas al caballo, será un nuevo engaño para el pueblo. Tenemos que ser más generosos con el país, darle señales de que hay capacidad para una nueva conducción de la política. Todos tenemos que meterle el hombro a Venezuela.

 

-Esa falta de confianza en el CNE es un hecho de naturaleza netamente política porque tanto Guaidó y todos los miembros de la AN, como el presidente Maduro han sido proclamados en sus cargos por ese CNE.

 

-Por supuesto, pero es tal la tensión que ha habido que ninguno se reconoce. El gobierno solo reconoce a Guidó como diputado, ni siquiera como presidente de la AN porque basándose en la sentencia del Tribunal Supremo, la AN está en desacato y no tiene directiva actual. El único presidente que reconocen es a Henry Ramos Allup. Esa es una parte de la crisis. Pues bien, como no nos reconocemos los unos a los otros, que hable el pueblo. Ese es el fundamento del referendo, que se exprese el soberano. Proponemos que se pregunte: “¿Está de acuerdo usted con convocar elecciones para la renovación de los poderes públicos?”, entendiendo que se trata de presidencia de la República y Asamblea Nacional. Cuando se le dice al oficialismo que se podría elegir al presidente si el pueblo lo aprueba, brincan y dicen que no, que Maduro tiene mandato hasta el 2025. Cuando se le dice a los diputados que podrían adelantarse las elecciones de la AN, pasa lo mismo: dicen que esas elecciones son en 2020.

 

Explicó el entrevistado que ya le han entregado o va a entregar su propuesta a varios de los actores internacionales que se han interesado en ayudar a resolver la crisis venezolana, como los gobiernos de México y Uruguay, el Caricom, la UE, la ONU y el Parlatino. “Son mecanismos de intervención respetuosa de la soberanía que no están acoplados a los intereses de cada bando. Nosotros debemos decirles que hay venezolanos a favor de una gestión de ellos”.

 

-¿Los acoplados serían la OEA y Unasur?

 

-Bueno, yo creo que hay un problema con la OEA: ella, como tal, no ha tomado ninguna decisión sobre Venezuela ni contra el presidente Maduro. Decir eso es un atrevimiento de Luis Almagro, que ya se lo reclamó el Caricom con mucha razón. Almagro no está facultado para hablar contra el gobierno de Venezuela porque ninguna votación en el seno de la OEA ha alcanzado los 24 votos necesarios para que sea un mandato. Los secretarios generales de los organismos multilaterales expresan los acuerdos no los desacuerdos ni mucho menos toman partido por una parte, que es lo que está haciendo Almagro, totalmente desaforado. De hecho, cuando EEUU, Almagro y el Grupo de Lima convocan a una reunión el jueves de la semana antepasada para reconocer a Guaidó, de 19 votos que tenían, bajó a 16, pero aún así Almagro tiene el atrevimiento de desconocer a Maduro y decir que la OEA va a sancionar a Venezuela. Lo de Almagro es un caso psiquiátrico, está haciendo un rol de cipayo, y eso es bastante antipático para cualquiera que sea patriota, latinoamericanista, con sentido de la propuesta histórica de Bolívar como la unión de las excolonias de Europa frente al panamericanismo monroista. Yo cuando veo la actuación de Almagro, siento pena ajena, como ciudadano, como periodista, como político. Es insultante.

 

Molina recalca que la UE no ha respaldado tampoco a Guaidó, como pretenden hacerlo creer algunos dirigentes y analistas. “Por eso es que la secretaria de Relaciones Internacionales de la UE encabeza el grupo de contacto en Montevideo y dice que se oponen a una invasión. Lo dice la UE, de manera que la nuez de los aplaudidores y procuradores de la invasión es sumamente pequeña. Esta es una política de Trump, no de Guaidó o de Julio Borges o de María Corina Machado, Leopoldo López o Ledezma”.

 

-El gobierno ha dicho, al menos declarativamente, que está dispuesto al diálogo y la negociación, pero el otro bando no parece querer esa salida…

 

-No, lo que quieren es claudicación, pero así no se negocia. Las posiciones extremas son esas: no queremos otra elección de presidente, no queremos adelantar la elección de la AN. Pero, además, hay sectores de la oposición que te dicen que “no aceptamos referendo si Maduro sigue en Miraflores”. Entonces, nosotros les respondemos: “Bueno, sáquenlo”… Es una insensatez…

 

-¿Cuál fue la posición de Juan Guaidó sobre la propuesta de referendo que le hicieron los exministros?

 

-Él, más que todo, oyó, según la información que nos dieron los asistentes a la reunión, que fueron los exministros y el profesor Edgardo Lander. Guaidó escuchó y dijo que lo iban a analizar. Luego nosotros hemos solicitado a través de amigos una entrevista con el presidente Maduro para hacerle una presentación de la propuesta. Ojalá nos reciba. No hemos tenido respuesta (el viernes 8 de febrero). Vamos a tener una reunión con el rector del CNE (Luis Emilio Rondón) con ánimo informativo. Vamos a hacer el planteamiento formal al directorio del CNE porque tenemos la disposición a que se aplique plenamente la Constitución y la Ley de Referendos. Vamos a solicitar todo legalmente, según las exigencias del CNE, independientemente de que en el camino, este organismo se cambie. Haremos una campaña nacional de recolección de firmas con la veeduría de la CNE, para que tenga fuerza de ley. Estamos convencidos de que el referendo tiene sentido si es vinculante. Cuando habla el soberano está por encima del presidente de la República, de la AN y hasta de la Asamblea Nacional Constituyente. Si esto se materializa, con el apoyo internacional, con la preservación de la paz, oponiéndonos a la guerra, rechazando firmemente la invasión, haciendo más política que verborrea descalificatoria, aspiramos a que ese referendo sea tomado como una participación masiva y decisoria del soberano en la solución al componente político de esta tragedia histórica. Es un mecanismo al que hemos llamado “Camino de la paz”. No nos gusta el término de hoja de ruta porque ya está muy manoseado internacionalmente, creemos en el principio de Gandhi de que no hay camino a la paz, sino que la paz es el camino.

 

Enjambre comunicacional contaminado

 

-En tu condición de periodista y analista político, ¿cómo evalúas la actuación que han tenido en esta etapa del conflicto venezolano los medios de comunicación, sobre todo los internacionales y este actor reciente de la comunicación que son las redes sociales?

 

-Viendo esto desde la teoría de la comunicación, estamos en una nueva etapa, más allá de la aldea global de (Marshall) McLuhan. Vivimos, sufrimos, estamos inmersos en lo que yo vengo llamando un enjambre comunicacional. En los estudios básicos nuestros había un emisor, un mensaje un receptor… pero ahora no se sabe dónde comienza ni donde termina la comunicación. Es un enjambre comunicacional altamente contaminado que, incluso, pasa por los servicios de inteligencia, los intereses empresariales, financieros, políticos, partidistas, sociales, institucionales. Eso ocurre a escala global, pero de ello no escapa Venezuela. Tenemos una dinámica comunicacional contaminada, manipulada. En las redes sociales hay unas expresiones realmente lamentables, muy pobres, donde anidan el odio, el desprecio, la descalificación, la desconsideración de los oponentes por motivos de raza, por niveles sociales. El sistema comunicacional dominado por el gobierno, por el Estado, está censurado, es manipulado, es unidireccional, presenta solo la cara que le interesa al gobierno de una manera muy extrema. En medios del gobierno nunca ves una entrevista sensata a un opositor o a un independiente como uno, que no esté aferrado a ninguno de los criterios de la polarización. Desatan campañas terribles de estigmatización y descalificación. Pero eso que se ve en el bando comunicacional del gobierno también se ve en los bandos comunicacionales de la oposición. Incluso hay casos extremos que evidencian cómo incide esta loca dinámica de las redes desde EEUU, desde Colombia, desde laboratorios terribles, el Comando Sur, la CIA, el Pentágono. Esto se observa en la forma cómo EEUU y los vendepatria que están solicitando una invasión militar han ido prácticamente logrando que una porción de venezolanos acepten como benigna esa opción. Esto es parte de la guerra, no es parte de la política. Es la política por otros medios ya, para citar a Clausewitz. Estamos en una complicación mediática que va desde la política hasta la guerra. Hay racismo, menosprecio étnico, social y político: el ser chavista es ser bruto, ignorante, inválido desde el punto de vista humano… algo inaceptable.

 

Agrega que es preocupante que en el debate sobre los medios de comunicación han desaparecido voces tan importantes como la de la un sector de la Iglesia católica, que se preocupaba por los contenidos. “Hace mucho tiempo que no oigo a nadie de la Iglesia hablar de eso, a pesar de que es terrible lo que nos está pasando. Pocos factores en esta contienda se preocupan por la ética en el desempeño comunicacional, que ya no se refiere solo a nuestros colegas periodistas, sino también a los productores independientes de radio y televisión y a los analistas de opinión en la prensa escrita y telemática. Ese debería ser una parte de la discusión porque cuando decimos que vamos a comenzar el camino de la paz con un referendo, más allá están los asuntos de fondo. ¿Nos vamos a empeñar o no en un reconstrucción moral de la República, que debe abarcar la política, el desempeño económico, el ejercicio de la función pública?”.

 

-Yo no puedo aceptar fríamente la idea de que los propietarios de medios privados y los que desempeñan cargos de jefatura en ellos se pueden lavar las manos y decir que la culpa de todo la tiene el gobierno –finaliza Molina-. Algunos se atreven a decir que la culpa la tienen el gobierno y “los políticos”, como si ellos mismos no hubiesen tenido incidencia… Ellos han sido parte de este desastre nacional. Finalmente debemos hacer un llamado a las Escuelas de Comunicación Social, a los investigadores, a los propios colegas en ejercicio. Todos tenemos derecho a asumir posiciones políticas, a tener militancia. Yo he sido militante desde muy joven. Pero vamos a hacerlo de una manera generosa con el país, vamos a respetarnos, a polemizar sobre el fondo y vamos a aportar para la mejora del país.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)