Las 50 familias de la vereda Campo Hermoso, corregimiento de Buena Esperanza, en Colombia, confesaron haber vivido más de 35 años de milagro. Nunca han tenido agua ni luz.

 

Lo que asombra es que la vereda está ubicada a solo ocho kilómetros de Cúcuta. Hasta ella se llega por una carretera llena de piedras que hace tortuoso el tránsito. Con este, son tres los males con que conviven los campesinos de esta zona en donde los animales de corral también sufren la falta de líquido.

 

Renzo Sepúlveda, quien lleva viviendo en la vereda más de tres décadas, dijo que han sobrevivido gracias a los pozos artesianos que construyeron en algunas fincas, que en verano, como ahora, se secan por completo, lo cual los obliga a ir hasta Cúcuta por agua.

 

“Es como si estuviéramos pagando una penitencia”, dijo Alejandra Mejía, vecina que reclamó a la Alcaldía por el olvido en que los ha mantenido. “Nos sentimos viviendo en la era de piedra”, dijo la mujer.

 

El Concejo y la alcaldía conocen el problema que aqueja a Campo Hermoso, pero no han emprendido acciones para dotar a esta zona del líquido y del servicio de energía.

 

El concejal Oliverio Castellanos, al enterarse del caso le hizo un llamado al alcalde César Rojas para que no se siga marginando a esta comunidad del desarrollo.

 

“Es inaudito que la alcaldía tenga privados del servicio de agua a niños y ancianos”, dijo Castellanos. El caso será analizado esta semana en el Concejo, a fin de que se ponga fin al calvario de Campo Hermoso.

 

La alcaldía indicó que Buena Esperanza es de los corregimientos más beneficiados en materia de acueducto, ya que allí se construyó la planta de tratamiento a un costo de 870 millones de pesos y en la actualidad se está a punto de culminar con el tendido de redes para llevar el agua a las 25 veredas.

 

(LaOpinión)