El constituyente y analista político Alberto Aranguibel considera que lo ocurrido el 30 de abril en las cercanías de la base aérea La Carlota, más que un golpe de Estado puede ser calificado como un suicidio político en masa, llevado a cabo por la dirigencia opositora.

 

Aranguibel, experto en temas comunicacionales, evaluó lo ocurrido en conversación con LaIguana.TV.

 

A continuación, una versión del diálogo que sostuvo con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

-¿Qué significan los hechos del 30 de abril en la vida política del país?

 

-Creo que es un evento verdaderamente insólito, al que yo, en principio, no califico de golpe de Estado, sino de suicidio político masivo. Algo inusual en el mundo entero. La oposición acá está acostumbrada a hacerlo, pero en este caso llegó a un nivel más alto, al tope de la insensatez y el delirio. Acabamos de ver, por ejemplo, un suicidio individual, el de Alan García, pero de manera colectiva, la historia solo registra lo que hace la oposición venezolana. En algunos casos se suicida al abstenerse de manera absurda en procesos electorales en los que podría obtener algunos resultados válidos para seguir armando su fuerza política. Incluso, cuando han participado lo han hecho con desdén, con desprecio hacia el sistema democrático que estamos construyendo con tanto esfuerzo.

 

Aranguibel alega que no fue un golpe de Estado, aunque sí cabe usar el término en lo técnico jurídico, pero en el ámbito de lo político fue un suicidio. “Nadie que tenga dos dedos de frente, con un mínimo de inteligencia habría cometido ese disparate, estando en la posición en que se encontraba hasta ese día Juan Guaidó. No olvidemos que él mismo había convocado para el día siguiente a una marcha que supuestamente iba a ser la más grande y multitudinaria de la historia”.

 

A su juicio, con ese gesto, Guaidó reconoció claramente que no confiaba en la asistencia de las bases opositoras a esa marcha del 1º de mayo. Al lanzar la jugada de La Carlota le reveló al mundo entero que no creía que esa manifestación no iba a ser ni medianamente lo que había prometido. “Fue un suicidio político porque quienes estaban allí, incluyendo a Leopoldo López, se estaban jugando un albur sobre supuestos que ellos, de manera muy idílica, habían venido armando. Eso no fue sino la concreción del deseo de López de salir de su reclusión domiciliaria. Como fracasaron todos los intentos anteriores, desde el episodio del atentado contra el presidente Maduro y todas las presiones del cerco económico de EEUU, ahora estaba apostando por el títere que puso allí, su carga-maletín, para que lo liberara. Así el podría ser candidato y lanzarse a la presidencia”.

 

Añadió que el más lamentable de todos los suicidios de ese día, fue el de Edgar Zambrano, quien se presentó en distribuidor Altamira vestido de traje, aparentemente listo para asumir la presidencia de la Asamblea Nacional en lugar de Guaidó, ya sea porque él ascendiera ese día a la presidencia de la República o porque quedara privado de libertad. “Debió irse al Capitolio, a la AN, pero pensó que debía acudir al sitio de los hechos porque sigue afectado por el episodio de La Castañuela, que lo dejó sin seguidores en la oposición”, expresó Aranguibel refiriéndose a un video que se difundió en redes sociales en el que Zambrano fue captado almorzando en un restaurante de Las Mercedes mientras el país todavía sufría con el apagón general.

 

Según el entrevistado, el suicidio masivo de los políticos opositores se hizo extensivo a los oficiales que se sumaron a la supuesta rebelión, muchos de quienes acababan de ser ascendidos de rango militar. Su actitud resulta inexplicable pues tenían ya la referencia del trato indiferente de la oposición a los otros militares que desertaron en la frontera, el 23 de febrero, que ahora están abandonados a su suerte en Cúcuta.

 

-¿Qué opinas de la hipótesis de que este evento del 30 de abril haya sido una especie de ensayo, equivalente al Tanquetazo de Chile, que fue sofocado por Augusto Pinochet, quien luego daría el golpe verdadero?

 

-He oído esa tesis y la he leído con detenimiento. Es lo que llamaba el Che Guevara “una bala trazadora”, que se dispara para ver el comportamiento del viento para hacer un mejor disparo real después. Eso existe en las tácticas militares, pero se hace cuando tienes un activo que vas a movilizar, que vas a poner en juego y estás haciendo esos ajustes, enfocando. Pero en este caso lo que ese acto reveló es que sabían que no iban a concentrar a nadie el miércoles. Si hubieran tenido un mínimo de convencimiento, de fe en reunir a alguien el 1º de mayo, no hubieran tirado esa parada. Leopoldo López hubiera esperado hasta el día siguiente y si tenían previsto algo como los de La Carlota, podrían haberlo hecho en medio de la confusión de la gran marcha. Ellos sabían que nadie les iba a ir porque este hombre (Guaidó) ha fracasado como nunca antes lo había hecho la oposición, en tan corto tiempo. La gente de la oposición los detesta. Este es un fenómeno único en el mundo: un sector político cuya militancia desprecia más a sus líderes que a los del bando contrario.

 

Señaló como ejemplo a Patricia Poleo, que ha sido amenazada e insultada por sus propios compañeros de la oposición por haber hecho críticas, a pesar de que hace poco tiempo afirmaba que la derecha, al llegar al poder, iría a buscar hasta a la última secretaria de la administración pública “para llevársela por delante”.

 

-¿Cómo fue el tratamiento de los hechos del 30 de abril por parte de la prensa internacional? Pese a que los videos de los mismos líderes opositores mostraron el armamento pesado que tenían allí, lo que se difundió internacionalmente como un uso desproporcionado de la fuerza fue el caso de una tanqueta que atropelló a una persona…

 

-Por cierto, eso ni siquiera ocurrió, es un video viejo. Es una prueba de que la afectación que causan los medios viene del uso de videos viejos o de otras latitudes para tratar de ilustrar una realidad que no ha sucedido. Es un fenómeno que debemos trabajar y no hemos hecho. Nos hemos quedado en la fraseología, en hablar de fake news o de posverdad y la gente no sabe lo qué es eso. En cuanto al desempeño de los medios de comunicación, lo más importante que debemos corregir es el desencuentro. No lo digo en términos religiosos o candorosos, sino de una forma demencial de operar las comunicaciones. La gente de la  oposición tiene una realidad virtual tan enquistada en el cerebro que no atiende de ninguna manera a la realidad verdadera. Los hechos no le significan nada ni siquiera cuando los perciban directamente de manera constatable. Hay una pérdida de la constatabilidad como referente, se ha perdido el valor de la prueba de un hecho que se está denunciando. Eso es muy peligroso para la sociedad porque conduce a la anarquización y a la pérdida de todo respeto por la institucionalidad misma del Estado. Eso es lo que persiguen los sectores que están por detrás de esa manipulación mediática: la desmovilización de la sociedad para que caiga en la anarquía. Los grandes intereses que conducen a la sociedad en ese sentido tienen perfectamente claro qué es lo que están haciendo. Buscan que haya falta de encuentro porque así se erradica el debate, la confrontación directa de razones, de puntos de vista, de ideas. Lo hacen porque en el debate de las ideas la lógica del modelo capitalista burgués no tiene posibilidades de ganar. El capitalismo no acepta que las ideas medien como factor determinante del desarrollo de la sociedad. Por el contrario, quieren una sociedad ignorante, que obedezca a doctrinas moldeadas ya desarrolladas, ya esquematizadas. Ese es el modelo de Donald Trump, que busca imponer su hegemonía planetaria a partir de sus dictámenes antojadizos y no del razonamiento. Una democracia que tiene apenas  200 años, como es la Estados Unidos, se impone así en sociedades con diez mil años de historia, de cultura, creencias, filosofías.

 

Indicó que el video del supuesto arrollamiento es de hace algunos años, lo que se nota en el tipo de separador vial o isla que existe en el distribuidor Altamira.

 

-La respuesta de 1º de mayo fue significativa. Hubo un fracaso en la convocatoria opositora, y además una respuesta tremenda por parte del pueblo revolucionario, una manifestación realmente grande. Pareciera que el efecto de los hechos del 30 de abril fue muy positivo para el gobierno de Nicolás Maduro.

 

-Sí, pero hay que leer también que esas reacciones no son producto solo de la coyuntura específica. A Guaidó se le viene desinflando todos su bluff desde mucho tiempo atrás. Ellos han estado jugando más a un montaje escenográfico que a hechos reales concretos. Lo que está sucediendo en Venezuela no es una coyuntura que se pueda examinar a partir de hechos inmediatos. No se puede decir que lo que el fracaso de la marcha opositora del 1º de mayo fue consecuencia de lo que Guaidó hizo el día anterior. Tampoco se puede decir que la gran convocatoria del chavismo haya sido porque la gente reaccionó contra el intento de golpe. Hay un proceso de acumulación de conciencia. Cada día el pueblo entiende más, en la medida en que ven las declaraciones de John Bolton o de Mike Pence, jactándose de que ellos pueden aplastar países, que les gusta asesinar y masacrar gente con sus medidas. Los fenómenos que nos están sucediendo deben comprenderse en el largo plazo.

 

Explicó que se trata del resultante de una cadena de eventos que puede remontarse hasta el día de la muerte del comandante Chávez. “Ese día se produjo el impacto más severo que pueblo alguno haya padecido por el fallecimiento de un líder, al menos en tiempos modernos. Hasta gente de la oposición quedó dolida con eso, pero los sectores más recalcitrantes de la derecha, especialmente los de las grandes empresas comerciales, pensaron que al quitar al dictador, se normalizaría la vida del país en términos del modelo burgués. Por eso desataron esa voracidad alcista de precios”, puntualizó.

 

El entrevistado mencionó varias de las medidas que tomó que el presidente Nicolás Maduro asumió el poder para enfrentar los ataques de la derecha y que, a su vez, produjeron otras reacciones de parte de estos sectores.

 

-En otros países han funcionado, incluso fácilmente, estas recetas que EEUU y el capitalismo hegemónico aplica para cambiar gobiernos. Funcionó en países árabes, en países de Europa Oriental, pero no en Venezuela. ¿Cuál es la diferencia?

 

-Son muchas. La más importante es que la Revolución Bolivariana se plantea sobre el barril de petróleo más grande del planeta. Nuestra naturaleza caribe nos lleva a tener un gran nivel de conciencia de manera natural, además del gran esfuerzo de repolitización que hizo el comandante Chávez. Eso es un gran activo. Otro elemento es que la realidad del mundo hoy es completamente distinta a la que espera tener el imperio norteamericano y la que tuvo cuando se dieron todos esos procesos de invasión, de destrucción de sociedades enteras. No es que el mundo opere hoy en función de lo que está pasando en Venezuela, pero la agresión de EEUU contra Venezuela se produce en un contexto internacional en el cual el mundo le está diciendo al imperio norteamericano que no le gusta ese modelo que se está tratando de imponer porque se basa en el exterminio del derecho internacional. Eso es muy grave porque implica volver a toda la incivilidad que había antes de las dos guerras mundiales y por la cual se llevaron a cabo esas guerras mundiales. La gran fórmula de salvación para no llegar a la tercer Guerra Mundial fue las Naciones Unidas y la búsqueda de otros mecanismos de cohesión, integración, de intercambio que ha venido de allí en adelante. Eso es lo que está destruyendo EEUU con su lógica de la Organización de Estados Americanos, que nunca sirvió para nada. La única vez que la OEA actuó en función de los intereses de los pueblos fue cuando se produjo el derrocamiento de Manuel Zelaya en Honduras, pero eso no fue por la OEA, sino por el liderazgo del comandante Chávez.

 

Para finalizar, Aranguibel recalcó que el factor comunicacional tiene cada vez más importancia en el sostenimiento del modelo capitalista. “Si no existieran medios de comunicación no habría capitalismo en el mundo. El capitalismo se sostiene por las mentiras, por las falsedades, por la manipulación aviesa que hace de la realidad el medio de comunicación”.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)